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Liberándome

Luego de aquella presentación, bajo con el corazón en la mano y a pasos rápidos volvió al camerino.

—¡Joder, Minnie! —gritó Namjoon con entusiasmo— ¡Estuviste fantástico!

—Siento que voy a vomitar —se sentó rápidamente en uno de los sillones del lugar.

Hoseok, quien acaba de llegar, soltó una sonora carcajada y se sentó a su lado.

—Si eres exagerado —lo abrazó por los hombros— Como si nunca te hubieses subido a un escenario.

—Una cosa es la danza contemporánea y otra muy diferente es cantar y bailar reggaetón —se quejó.

—Lo hiciste genial —afirmó el moreno— Además, tu pronunciación fue perfecta. Las horas de práctica valieron la pena.

—Es cierto —el peli naranja asintió con la cabeza repetidas veces— Tu coreografía fue tan sensual y a la vez delicada. Si le sumamos a todo eso el perfecto culito que te cargas ¡Fue una bomba total!

Jimin le dio un golpe en el pecho y los tres rieron. Luego simplemente se fueron a casa del moreno a comer una deliciosa pizza para festejar que la primera presentación del bajito fue un rotundo éxito.

Sinceramente lo había disfrutado demasiado, se sintió libre y feliz haciendo lo que le gustaba por primer vez sin que nadie se lo recriminara. Al contrario los aplausos de parte del público le confirmaron que ese era el lugar donde quería estar. Aunque no iba a negar que se sintió mal al ver un leve deje de tristeza en los ojos profundos del tatuado, pero al entrar en ambiente se distrajo tanto que siguió sin importar nada, luego podría hablar con él. Hoseok tuvo la razón, soltar todo eso le ayudó, ahora sí tenía el valor para enfrentar al dueño de sus pensamientos y dejar las cosas claras.

***

Al día siguiente, cuando llegó al instituto todos le miraban y susurraban cosas cuando pasaba. Sin darle mucha importancia siguió caminando hasta ver a su moreno amigo, al llegar donde estaba lo saludo con un abrazo.

—¿Cómo está mi puta favorita? —preguntó con diversión, cuando se separaron.

—Chúpame un huevo, enano —respondió sorna.

—Wacala —usó la expresión que le había enseñado Becky e hizo una mueca— Que rico.

Diciendo todo con un español ya más fluido, provocando que ambos soltaran una sonora carcajada. Luego de eso unas chicas pasaron frente a ellos mientras los miraban y susurraban. Ya estaba empezando a desesperarse.

—¿Acaso tengo monos en la cara? —preguntó a su amigo— Desde que llegué todo el mundo no quita su asquerosa, sorprendida o juzgona mirada de mí.

En eso, vieron como un peli naranja corría en su dirección. Al llegar no pudo frenar a tiempo y tropezó con ambos, casi cayendo todos al suelo.

—¡Carajo, Jung! —se quejó el de cabellos platinados.

—¡Cállate, cachapa quemada! —gritó en castellano y los otros dos lo miraron confundidos.

—¿Pero qué mierda has dicho? —preguntó el castaño. Todavía no dominaba por completo el idioma, al igual que el moreno.

—¡Cierra esa boquita linda que te cargas, chichón de piso y escúchame con mucha atención! —gritó nuevamente en el mismo idioma.

—Deja de hablar en español que no te entendemos un coño, Hoseok —se quejaron al unísono.

—Ya, ya —bufó— Es que, no traigo buenas noticias.

—¿Qué pasó? —preguntó el bajito.

Hoseok y mostró la pantalla de su celular. Se podía ver un corto segmento de la presentación de Jimin ¡Tenía millones de reproducciones!

—Esto no puede estar pasando —tragó en secó, sus manos empezaron a sudar frío.

—Sí que está pasando —mencionó el peli naranja, ganándose un golpe en la cabeza por parte de Namjoon.

—Okey —sonrió con nerviosismo y empezó a juguetear con sus dedos— No voy a entrar en pánico, tal vez acá en Corea no lo haya visto tanta gente. Ya que es un bar latino y la canción es el español.

Que equivocado estaba, porque al pisar la sala de su casa lo primero que recibió fue una cachetada de parte de su madre.

—Te crié de la mejor manera, Park Jimin... Tanto dinero invertido en buena educación para que fueras alguien de bien —hablaba desesperada— ¿¡Cómo pudiste hacerme esto!?

El chico guardaba silencio, no sabía qué decir. No pediría disculpas porque no se arrepentía y tampoco iba a refutarle a su madre, fue la mujer que le había dado la vida y por ende merecía respetó.

—¡Jamás pensé llegar a sentirme decepcionada de ti! —gritó con lágrimas en sus ojos— ¡Terminaste siendo igual que tu hermana!

Eso fue el detonante, se había metido con lo más preciado que tenía. Su madre había echado de casa a su hermana mayor, cuando se enteró que le gustaban las chicas. Él tenía apenas doce años cuando ocurrió ese suceso, le había dolido tanto, nunca antes algo en su corta vida lo lastimó de esa manera. Ella era su figura materna, ya que su madre nunca había sido cariñosa o comprensiva con él.

—Ah no —bufó molestó— ¡A Rose no la vas a meter en esto!

—Jimin... —le reprendió su padre.

El mencionado abrió los ojos con asombro, entre los dos él había sido el que lo apoyaba o ayudaba en ocasiones. Así que le sorprendió, o más bien le dolió, que se pusiera de parte de su progenitora.

—¡Basta! —gritó— Ya basta de toda esta mierda, estoy cansado de estar jugando a la familia perfecta. ¡Joder, son mis padres! Deberían ser felices sí yo lo soy, pero son unos egoístas.

Suspiro y silenciosas lágrimas bajaban por sus mejillas.

—Por eso vas a quedarse solos —escupió herido— Ya perdieron a su hija, ahora también olvídense de mí. No voy a soportar más vivir en esta farsa.

Corrió escaleras arriba, tomó una maleta y guardo sus pertenecías. Agradecía que sus abuelos mensualmente le enviaran algo de dinero, así que tenía sus ahorros intactos y al fin les daría un buen uso, así que tomó la tarjeta de crédito y la guardó.

Bajó con pasos fuertes para que lo notarán y vio a su madre llorar desconsolada en un sillón de la sala de estar, con su padre a un lado abrazándola. Sintió como su corazón se encogía, pero ya no había vuelta atrás.

Camino hasta la puerta de entrada y los miró una última vez.

—Jimin, hijo... Por favor no hagas esto —le suplico su padre.

—No —susurró— Ojalá podamos vernos luego, no me gustaría que las cosas terminaran así.

Sin más y con lágrimas empapando sus mejillas, salió del que había sido su hogar desde que tenía memoria.

Amor Al Ritmo Latino - ☆🄺🄾🄾🄺🄼🄸🄽☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora