CAPÍTULO 5

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RUNNING FROM AN INMINENT DEATH
[HUYENDO DE UNA MUERTE SEGURA]

 
 
 

Scarlett no podía seguir soportándolo. El contacto con esas personas le parecía tan asqueroso que quería arrancarse la piel a jirones. Pero no podía: tenía las manos esposadas. No quería obedecer sus órdenes, pero cada vez que las ignoraba o les llevaba la contraria recibía un golpe. Tenía que aguantar que la tocaran, que la pellizcaran, que la sobaran, que jugaran con su cuerpo como les viniera en gana...

Tenía ganas de vomitar. Se sentía asquerosa. Tenía la sensación de que esas manos aún la tocaban.

Despertó de golpe al escuchar unas cuantas hojas dispersarse por el piso y un par de maldiciones susurradas, como si no quisieran despertarla. Abrió un poco sus ojos y vio a Roy junto a Jason recogiendo varios papeles impresos que habían caído al suelo. Parecía que el culpable había sido el pelirrojo ya que repetía varias disculpas en medio de algunos comentarios burlones.

—Creía que era tu chica—Susurró una voz gruesa con un ligero acento que no lograba ubicar, la voz de Roy.

—No es mi chica—Respondió Jason con su voz gutural sin apartar la mirada de las hojas regadas en el piso.

—Pero yo creía que...

—Creíste lo mismo de Kory—Espetó rápidamente.

—¿Y quién en su sano juicio dejaría escapar tremendo pedazo de carne?

—En primera, ella era la ex de uno de mis significantes incordios personales. Y, en segundo, no estaba para nada interesado en mantener una relación. Tenía otras prioridades.

—Bueno... ¿Entonces podría...?

—No—Espetó aún sin apartar la vista de las hojas en sus manos.

—¿Hm?—Balbuceó ella medio dormida y las dos voces se callaron.

Abrió los ojos del todo y se incorporó hasta quedar sentada en la cama. Roy se le acercó un poco. Dejó su bulto de papeles en el escritorio y se sentó en el borde de la cama, quedando cerca de ella.

—Disculpa, nena. ¿Te despertamos?

—¿Qué...? ¿Cuándo...? ¿Dónde...?—Balbuceó nerviosa mirando hacia todos lados excepto a los dos hombres en la habitación.

—Te quedaste dormida, así que te puse en mi cama mientras nosotros trabajamos—Le respondió Jason.

Había terminado de recoger los papeles y ahora la miraba a los ojos. Tenía unas imperiosas ganas de desviar la mirada. Sin embargo, la sostuvo por educación.

«Quiero que me mires a los ojos cuando me hables. Es de mala educación no hacerlo y así podré prestarte atención mucho mejor. Cuando las personas quieren ser escuchadas, se miran a los ojos. Recuérdalo»


—Ya... veo. Gracias... ¿Qué hora es?

—Las 9:13 pm.

Asintió a modo de agradecimiento y fue hacia la cocina. Normalmente se despertaba una hora antes, pero como había estado despierta durante su ciclo de sueño había dormido de más. Fue consciente de que había una presencia tras ella, pero decidió ignorarla ya que satisfacer su hambre era más importante.

Preparó uno de sus inventos culinarios favoritos. Se lo había cocinado su padre una vez cuando le había preguntado qué quería de comida y ella le dijo «sorpréndeme». Él solo sabía hacer tortillas y ensaladas, así que le cocinó una tortilla con trocitos de jamón, queso y tomate junto a jengibre en polvo y un poquito de cayenna roja para darle más sabor. Contrario a lo desastroso que se veía, sabía como un regalo de los dioses. Se había vuelto el platillo favorito de ambos.

LEGENDS NEVER DIE [Jason Todd/Red Hood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora