CAPÍTULO 8

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EXPECTATIONS
[EXPECTATIVAS]

 
 
 

Odiaba el plan. Era el peor plan. Iban a fracasar y ni siquiera lo habían hecho. No le gustaba para nada. Especialmente por el pequeño detallito de que, si fallaban, valdrían madres.

—¿Ya terminaste, Scarlett? Ya es hora de irnos—Roy llamó a la puerta impaciente por segunda vez.

—Harper, déjala tranquila. Las mujeres nos tomamos nuestro tiempo para estas cosas—Le reprendió una voz femenina, la de Bárbara. Ella había ido al departamento para ayudarla con el disfraz para el plan.

—¿Entonces aún no ha terminado? ¡Pero si dijiste que terminaste!

—Dije "yo", no "ella". Pareces un mocoso haciendo un berrinche por no haber llegado a su destino aún.

—A mucha honra.

Scarlett ya había terminado, pero se encontraba inmóvil a dos metros de la puerta, incapaz de avanzar. Se mordía el labio nerviosa mientras varias dudas la asaltaban. ¿Y si fallaban? ¿Y si Roy no lograba convencerlos? ¿Y si ella era capturada? ¿Iban a hacerle lo mismo que a todos esos doctores y científicos que habían estado secuestrando? ¿Vería a su tío? ¿Él la ayudaría o la dejaría a la merced de Takabayashi o de Zēng?

No sería la primera vez que me dejaba a mi propia suerte. ¡Qué tío más devoto tengo!—pensó con un nudo en la garganta y la respiración frenética.

Le iba a dar un ataque de pánico como siguiera con esas dudas y esos escenarios  pesimistas en los que se veía muerta o secuestrada por esos mafiosos de Japón y de China.

—Bueno, como amigo tuyo respeto tu privacidad al llamar a la puerta; pero como dueño de esta habitación demuestro mi autoridad entrando de todos modos—Fue lo último que dijo antes de abrir la puerta con una mano mientras se cubría los ojos con la otra.

—¡¡Roy!!—Vio detrás del pelirrojo a Bárbara fulminándolo con la mirada.

—¿Estás presentable?

Como un bebé recién nacido.

Miró el vestido. Era de color blanco con algunas líneas negras que simulaban ramas de árboles y diamantes haciéndose pasar por flores, adornando la cintura, el borde de la falda y su pecho. Tenía un escote delantero en forma de corazón y dejaba al descubierto toda su espalda. Afortunadamente esos eran los únicos cachos de piel expuestos, ya que el resto de la prenda caía hasta sus pies con una cola de sirena. Aún así, le resultaba incómodo que estuviera tan ajustado como un traje de baño; la hacía sentir desnuda.

Pero ya te han visto desnuda—le atormentó una voz sombría y venenosa: su pesimismo.

Tenía ganas de vomitar. Se sentía asqueada consigo misma. Hacía tres noches que no vomitaba, así que creía que ya estaba superándolo. Pero no era así, aún sentía un tóxico desprecio hacia su cuerpo y el contacto humano.

Tragó en seco tratando de retener las náuseas. No podía vomitar sobre el lujoso vestido. Tendría que dedicarse a la prostitución o al tráfico de órganos en el mercado negro para poder pagar por su lavado y ella no tenía pensado terminar en alguna de esas profesiones en un futuro.

Asintió como respuesta a la pregunta de Roy, pero recordó que estaba con los ojos cerrados. Se sonrojó de la vergüenza por su torpeza y carraspeó antes de balbucear:

—Sí... Estoy presentable.

—Wow—Roy se la quedó mirando un buen rato de arriba a abajo y de regreso, haciéndola sentir incómoda—Jason tendrá que patear muchos culos esta noche.

LEGENDS NEVER DIE [Jason Todd/Red Hood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora