¿Alguna vez haz sentido tanto, que de un momento a otro, dejas de hacerlo?
Esta es la historia de un chico roto, quien creció en un ambiente oscuro y la única luz que llegó a su vida se le fue arrebatada antes de llegar a tocarla.
¿El nombre del chi...
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Jay, Jongseong, Park, ¿alguna otra forma de llamarlo?
Dios, Jungwon llevaba poco más de veinticuatro horas dentro de esas cuatro paredes del hospital y cada minuto era peor que el anterior.
¿Por qué no se siente herido? ¿Cuál fue la razón para que Jay lo observara con tanta pena el día que se fue? ¿Acaso había hecho mal en contarle? ¿Él sabe que actualmente es adoptado?
La mayoría de personas creen que, sino asistes a terapia, jamás podrás sanar.
Pero Jungwon lo logró... Al menos parcialmente.
Bien, él no sanó, sin embargo, destacó algo en el mar de emociones y pensamientos, mismo que navegaba desde hace días.
A veces resulta de gran ayuda el verte desde otra perspectiva, meditar hasta sentir que el alma abandona tu cuerpo, que te sientes volar, sin dolor, sin arrepentimientos.
¿A quién guardaba rencor?
¿A Jay o Wonnie?
Ese niño de cinco años que pidió ayuda y en su momento creyó que se le había negado, que lloró y lloró hasta quedarse seco.
Porque tal vez, el rencor jamás fue a un joven Jay y su ausencia. Fue a un Wonnie que no supo defenderse.
Era patético, ¿por qué se había dejado hacer todo eso? ¿Qué buscaba con ello? ¿Llamar la atención?
Su madre biológica afirmaba que eso era lo que quería, cualquier forma de expresar tus emociones siempre sería con ese propósito, hacerte notar.
Jay, el sol que lo inspiró para sobrenombrar a Jongseong... ¿Park sabía que solo una vez en su vida había visto televisión?
Fue cuando su padre -como de costumbre- no estaba y su madre estaba demasiado borracha para prestar atención al infante que salió de su vientre.
Jungwon tenía tres años, copió las acciones de la mujer y descubrió cómo cambiar el canal, avanzó hasta encontrar algo que llamase su atención, una vez lo hizo, centró toda su atención en ello durante hora y media.
Terminado ese tiempo, su madre despertó y lo abofeteó por atreverse a hacer aquello... Todo un rebelde, ¿no?
Es una pena que Jungwon fuese demasiado pequeño para guardar en su mente recuerdos de aquel programa, solo su subconsciente pudo grabar algunas oraciones expresadas por el sol, por ejemplo:
"Lo estás haciendo bien"
"Excelente"
"Sé feliz"
Una verdadera lástima que Jungwon no supiera lo que conllevaría el haber visto ese programa en un momento de necesidad como lo era toda su infancia, forjó a la persona que diez años después, ayudaba a los demás.
¿Por qué lo hacía? Simple, a él le hubiera gustado que lo hicieran por él.
Jay sí lo hizo, pero al pobre Wonnie jamás lo supo, tal vez si lo hubiera hecho, ahora estaría viviendo su adolescencia como cualquier otro.
Pero había un enorme peso en su espalda que le decía que jamás sería merecedor de hacerlo. ¿Por qué? Simple, si no lo hizo cuando tenía cinco años... ¿por qué debería de merecerlo ahora?
Fue así como, en esas horas en el hospital, las cuales para muchos es poco tiempo, pero él logró unir las piezas en su cabeza, ver lo que vivió desde tercera persona y encontrar la razón del por qué no se molestó con Jay. El por qué jamás pudo ofenderlo sin sentirse culpable después, por qué por más que lo intentara no podía culparlo de lo que sucedió, después de todo, el culpable era el tonto e iluso Wonnie.
Porque lo que necesitaba era perdonar a su niño interior, decirle que no había sido su culpa, que era normal que él no hubiera sabido cómo reaccionar.
Un niño no debería pasar por eso, su mayor preocupación debería ser el elegir el color de su próxima pelota, más nada.
Pero Jungwon creía que si no había podido ayudarse a sí mismo, era porque su papel en la sociedad era el ayudar a los demás, no a él.
Jay no tenía la culpa de nada, él solo tenía cinco años. Pero, entonces, ¿por qué no podía verse desde la misma perspectiva?
Ambos eran unos niños.
Esa noche en el hospital después de haber recibido la segunda visita de Sunghoon, misma donde le entregó su agenda personal, en la cual estaba su horario extracurricular, cosas como: Pasear perros, dar clases de apoyo, asistir a un internado a jugar con los niños, plantar árboles e iniciar la planeación de propuestas para aplicarlas en la preparatoria; todas ellas se repetían en su apretado horario.
Lloró como no lo hacía desde hace tantos años, porque esa vez que lloró con Sunoo en el baño, no había sacado todo lo que sentía. ¿Por qué debería de hacerlo? Nadie está obligado a escuchar sus penas y él no quiere ser una molestia.
Lloró y visualizó al joven Jungwon, aquel que debía perdonar, decirle que no había sido su culpa... Que fuera libre.
Lo que nuestra mente puede lograr resulta tan fascinante como aterrador, Jungwon abrazó a Wonnie, lo consoló y sanó sus heridas, mismas que se desprendían como abejas con las flores de su piel, cicatrices borradas, sanadas.
Era mágico, aunque las heridas de botellas rotas, rasguños y golpes aún estaban grabadas en su piel, como un viejo recordatorio del lugar donde nació... Él ya no las sentía.
No cosquilleaban en su cuerpo, no picaban, no dolían.
Ahora, para Jungwon era su razón de seguir adelante, de no olvidar, pero si cerrar el ciclo y aprender de ello.
Aunque solo fueron horas el tiempo que le tomó entender y hacer lo que su corazón deseaba, él ya había vivido diez años corriendo a contra corriente.
Retrocediendo y undiéndose más.
Pero tuvo que tocar fondo para poder ver lo que había en la superficie, un niño de preciosos hoyuelos, ojos que reflejaban el cielo... Y lágrimas.
La mañana llegó, no, no se sentía completamente bien, pero, entre bajos sollozos, continuó con el siguiente paso.
Aunque había cometido varios errores con sus amigos durante el trayecto a su sanación, Jungwon es alguien que le gusta tomar las cosas por las raíces.
Tomó su celular y llamó a su madre, ella no respondió, directamente apareció en la habitación del chico.
-¿Necesitas algo, cariño? -Preguntó dulcemente mientras acariciaba su cabello.
-Mamá... ¿Puedes llamar a Jay? Quiero hablar con él.
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SE VIENE EL ARREGLO ENTRE ESTOS DOS 😭😭😭 La verdad hoy no tengo gran cosa que decir jsha, solo recuerden que Jungwon SI va a terapia, comenzó a recibirla justo después del ataque, se perdonó por su cuenta pero le dará seguimiento junto a un psicólogo ¡Nos leemos pronto!
