Capitulo VII: Mentiras

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Ese beso duró segundos, pero que a mi me parecieron horas, pero a la vez me parece muy corto. Al separarnos uno nuestras frentes, pero algo en su semblante cambia.

–¿Quieres ver una película?– Dice al alejarse, con un tono de voz muy extraño. Toma el mando de la TV al ver cómo asiento con la cabeza y en un minuto estamos riendo a carcajadas con “Retorno a la casa de Madea”. Película espectacular.

Al terminar veo la hora, 9:00 PM. Me levanto exaltada, Mamá va a matarme. Salimos de su casa a paso apurado.

–Fue una linda velada, Morena– Me dice cuando llegamos al frente de mi casa.

–¿Podrías dejar de llamarme así?– Enarco una ceja

–No lo sé, ¿Podría?– Sonríe inocente. –Que tengas una linda noche, Liv– Me aprieta una mejilla y se va.

Entro en casa y para mí sorpresa no hay nadie. En la pequeña isla de la cocina yace una nota.

“Hemos salido a ver a tu abuela, volveremos mañana por la tarde. En la nevera hay comida y Snacks.

-Te quiere.

Mamá.

La verdad no me sorprende, la abuela Helena ha estado enferma del oído, y mamá vive visitando la constantemente, claro, es hija única.

Entro al baño y luego de una relajante ducha, me visto con el pijama. Me dispongo a llamar a Naia, para haberse ido hace unas horas ya la extraño.

–Hola hola, cara de bola– Digo divertida, a lo que suelta una carcajada sonora. Tuve que alejarme un poco del teléfono así que se podrán imaginar lo sonora qué fue.

–¿Cómo estás, Espanto?– Responde con la respiración agitada por la risa.

–Eh... He estado mejor– Me muerdo el labio al recordar lo que pasó.

Ni un mensaje de las Buenas Noches de Papá. Nuestra tradición Padre e Hija fue esa, darnos las Buenas Noches sin falta. Hasta el día de Hoy.

–¿Problemas en el Paraíso Graham?– Pregunta, adivinando todo.

Le cuento desde que Papá llegó a la casa hasta la fuerte discusión en la que terminó. No puedo evitar soltar unas cuantas lágrimas, siempre había sido súper unida con él, pero lo que nos hizo no puedo perdonarlo, simplemente.

–Me vas a disculpar Liv, pero tu padre se volvió un imbecil desde que se comprometió con esa arpía– Bufa a través del teléfono.

–Triste pero cierto– Susurro. El acordarme de lo que pasó luego de eso me saca una sonrisa, y parece notarlo.

–¿Hay algo que no me has contado?– Ronronea sacándome una sonrisa.

–Puede ser– Suelto, riendo.– También he pasado mucho tiempo con Sean– Murmuro.

–¿Con Sean? Espero no me reemplaces con ese cabeza hueca– Responde divertida.

–Eso jamás y lo sabes.

–Ajá, pero ¿Que tipo de “tiempo” han pasado juntos? Deberías cuidarte, no vaya a ser que su novia se ponga celosa– Dice.

Espera ¿Qué?

¿Sean Reynolds con Novia?

¿El mismo Sean con el que me había besado dos veces?

Pobre Livvie, dónde pones el ojo nunca es.

Maldición.

OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora