Maratón 1/2
En ese preciso instante todo tomó el sentido que tenía, porqué Sean actuaba tan extraño luego de separarnos, porqué volviamos a ser los grandes amigos.
Que ingenua.
–¿Espanto? ¿Liv? ¡OLIVIA!– Grita Naia, lo que me hace volver a la realidad.
–¿Eh? Si, aquí estoy– No me esmeré en ocultar el asombro en mi voz, mucho menos la decepción.
–Espera...– Duda un poco.– Hay algo más ¿No? Pasó algo que aún no me has... No– Suelta de golpe, más asombrada que yo.–¡Te gusta Sean!– Afirma, lo que me hace sonrojar.
–¿Qué? Nooo– Respondo con un tono de voz mucho más agudo de lo normal. Lo admito, puedo mentir muy bien, pero si se trata de Shanaia, las mentiras se van al caño.
–No trates de mentirme Genevieve, sabes que es imposible –Dice en tono de reproche, a lo que bufo.
–No me gusta gusta, sólo pienso que es lindo y ya– Murmuro, rezándole al cielo para que no se de cuenta.
–Ya te lo besaste y no quieres decírmelo– Suelta, puedo deducir su seriedad y me sorprende.
–¿Cómo demo...?– Estoy a punto de gritarle pero me interrumpe.
–Eres demasiado predecible, idiota– Responde, y luego suelta una carcajada, dejándome mucho más confundida que antes.
Una pequeña parte de mi tiene la esperanza de que diga que es una broma, que Sean no tiene novia y que está confundido.
Pero no pasa.
–Ahora, ¿Porque no me habías contado que te pillaste con mi primo?– Suena dolida, pero se que finge.
–Quizá porque estás lejos y detesto hablar de esas cosas por celular– Murmuro tímida. Sincerarme (a mi manera) con Naia ha sido liberador.
Luego de un rato escuchando a mi mejor amiga hablar de lo fabuloso de su viaje, colgamos. Trato de dormirme pero las palabras de Naia no dejan de rondar en mi cabeza.
Sean. Tiene. Novia.
A las horas logro dormirme plácidamente.
···
Me encuentro en una cafetería, almorzando. Durante el día he estado evitando a Sean a toda costa, no he ido a casa de Mami Sally y me ha estado abarrotando el celular con sus mensajes todo el día. Decido terminar de comer y me apresuro en llegar al condominio, ya en el, camino hacia su casa.
Entro, como siempre, y unos ojos color avellana me ven fijamente.
Parece que tu plan de evitar a Seanie no funcionó después de todo.
Me tenso de pies a cabeza y paso por su lado sin mirarlo. Lo saludo con la cabeza, indiferente, tratando de ocultar el pequeño sentimiento de decepción y culpa que amenaza con crecer.
Parece notar la distancia, pero no dice nada. Entro a la cocina y mamá no está. Con mi mejor cara de confusión, pero sin dejar la indiferencia, me devuelvo al salón.
–¿Dónde está mi mami?– Pregunto, a lo que me escanea con la mirada. Detesto que haga eso, porque hace que mis piernas tiemblen y que sólo quiera lanzarme a besarlo.
–Fue a comprar unas cosas, no debe tardar en volver– Responde dudoso. Me siento en el sofá frente a el y saco mi celular.
Se levanta y toma asiento a mi lado. Mi corazón no deja de latir en mi pecho y en este instante odio eso. Puedo sentir la intensidad de su mirada en mi perfil, así que guardo el teléfono y me digno a mirarlo. Aprieto los labios en una fina línea, son quitar mi expresión distante.
–¿Qué?– Pregunto, seca.– ¿Tengo algo en la cara o...?– Dejo la pregunta en el aire.
–¿Te pasa algo?– Murmura. Suelto una risa agria, sin una pizca de diversión.
–¿Hay algo que debería pasarme, Sean?– Pregunto, en tono de burla. Eso parece confundirlo más.
Debe estar pensando “Esta chica está loca”.
No creo estar más loca que el.
–No lo sé, estás distante e indiferente, y pienso que has estado evadiendome– Suelta, confundido. –Por algo debes estar así – Me mira, esperando una respuesta.
Y me lanzo al agua, porque Olivia Genevieve Graham no se queda con una duda.
Liv, por el amor a Tom Holland, no lo hagas.
Tarde.
–¿Tienes novia?–...
***
Uffs returbio este capítulo.
¿Es cierto que Sean tiene novia?
¿Que hará Liv si es cierto?
Descúbrelo en el próximo capitulo.
los amo «3
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Olivia
Teen Fiction"Te conocí de repente, no era necesario, no lo esperaba. Quizá la vida tenía preparado un plan para nosotros, pero el tiempo no tenía los mismos planes. Ahora estamos tan lejos, y no puedo dejar de pensar en qué hubiese pasado. Ahora estás feliz con...