Cuarta Noche

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El cuerpo le dolía cada vez que hacía un intento por moverse.
No podía ver claramente a su alrededor y la cabeza de daba vueltas.

—¡Ya déjalo! —gritó una voz femenina, la cual no supo descifrar de dónde venía.

Intentó tragar pero se vio interrumpido por un líquido con sabor metálico en la boca, mismo que escupió.

—¿Te atreves a proteger a esta cosa? —la voz de un hombre sonó bastante cerca, pero él no lograba verlo tampoco.

— por favor —sollozó la mujer —Te lo suplico

Cuando sus ojos comenzaron a pesar, creyendo que se desmayaría, alguien lo tomó por el cuello y lo sacudió sin delicadeza alguna.

—Me das asco —escupió aquel sujeto.

Luego de eso, un pitido caló sus oídos, pues al abrir los ojos  encontró el rostro de mismo hombre de su antigüo sueño.

Ellos...

Ellos lo saben

La respiración seguía acelerada cuando se despertó aún sintiendo la voz repetirse como un eco.
Tenía la frente y la espalda cubierta por una fina capa de sudor, mientras sus sentidos intentaban entender que ahora no estaba soñando.

Soltó un suspiro largo, inflando su pecho para soltar el aire segundos después, con alivio.

Era una pesadilla

La extraña voz del violín volvía a resonar contra sus oídos, como si quisiera arrullarlo y al mismo tiempo mantenerlo en vela; aún así, le generaba un singular peso en el corazón.

Se permitió por primera vez disfrutar de las notas sin pensar de más, llegando incluso a calmarse después de su resiente letargo.

La canción siguió su curso de siempre y Taehyung se sorprendió a si mismo al notar que la estaba memorizado.

Sin embargo, al igual que las otras noches, está terminó de repente y el sonido seco cerca de su ventana se escuchó momentos después, solo que ahora ya no se asustó; de hecho comenzaba a familiarizarse con aquel inusual ciclo.

¿Qué podría ser?

Aquella noche, sin darse cuenta, el menor de los Kim se vió envuelto en una ola de incertidumbre, dejando su temor de lado para comenzar a convertirlo en curiosidad, misma que lo llevaría a dónde menos imaginó.

Aquella noche, sin darse cuenta, el menor de los Kim se vió envuelto en una ola de incertidumbre, dejando su temor de lado para comenzar a convertirlo en curiosidad, misma que lo llevaría a dónde menos imaginó

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Cuando la mañana llegó y el sol, con su poco resplandor, inundó los confines de la propiedad, NamJoon preparó un par de cosas (bajo la atenta mirada de su hermano).

—¿De verdad tienes que irte? —Taehyung preguntó con voz baja.

—Es importante que lo haga —respondió su hermano sin mirarlo, al tiempo que guardaba un par de cosas en su maleta.

—¿Por qué? —para el menor fue una simple pregunta, pero su impacto fue tal que logró parar toda acción de NamJoon.

—Brindar un poco de ayuda a los otros nunca está de más —respondió antes de soltar un gran suspiro y cerrar su valija.

—¿A quien vas a ayudar? —Siguió preguntando.

—A quienes que no pueden encontrar paz —susurró antes de comenzar a caminar fuera de la habitación con su hermano pisando sus talones.

Fue NamJoon el primero en abrir las puertas de la casa, encontrando fuera de ella una neblina grisácea que le limitaba la vista, sin embargo, aquel no fue motivo suficiente para que se retractara.

—Te voy a extrañar — confesó Taehyung con pesar.

—Confia en mi —con una sonrisa, el mayor acarició su cabello —Nos veremos pronto.

Dicho esto, le regaló un último abrazo antes de separarse y avanzar.
Taehyung aferró sus manos al marco de la puerta mientras veía a su hermano caminar hasta perderse en la espesa neblina.
Sintiendo que la casa se hacía aún mas grande con cada paso que el contrario daba.

Y pase lo que pase

Voy a esperarte...

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