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Al día siguiente, todos comenzaron sus actividades con normalidad, pero de pronto un soldado del rango “cabo jefe de 1ª clase” se acercó a Jane, quien estaba supervisando a algunos reclutas.
̶ Comandante Lambert, el coronel quiere hablar con usted… Parece molesto…  ̶ le informó.
̶ Ok, iré ahora, continúe con estos soldados  ̶ le pidió y se dirigió a la oficina de su superior  ̶ ¿Coronel, me llamó?  ̶ preguntó y él la miró desde su asiento; era un hombre mucho más viejo que ella pues tenía canas, cabello corto y algunas cicatrices en el rostro de las guerras en las que había participado, su uniforme era negro con tonos verde olivo que denominaban su máxima autoridad en la institución.
̶ Así es… ¿Recuerda en lo que quedamos ayer antes de que saliera a su misión?  ̶ ésta asintió un poco preocupada ̶  Me dieron a saber las cifras de los soldados que fallecieron, usted aceptó las consecuencias y ya tengo preparado su castigo, el sargento se lo mostrará, retírense…  ̶ finalizó y le dio la espalda desde su lugar; aquel sargento salió y la llevó al sitio.
̶ Comandante, creí que usted tenía todo bien planeado y aseguró que no habría bajas…
̶ Yo también lo pensé… pero no esperaba a que Jacob equipara tan bien a su gente…
̶ ¿Entonces… aceptará el castigo por un mal cálculo?  ̶ cuestionó impresionado.
̶ Aceptaré lo que tenga que venir  ̶ contestó con decisión firme.
̶ ¡Que valentía! No por nada es la mejor comandante que ha tenido la academia, deberían ascenderla a Teniente coronel y sería la segunda mayor a cargo aquí.
̶ Para mí es suficiente el tercer lugar, es lo que mi padre era y me conformo con eso  ̶ opinó nostálgica.
̶ Si usted lo dice, no lo discutiré  ̶ terminó su conversación y minutos después, retirado del ruido de los edificios, llegaron a una pequeña habitación ̶  Su castigo es estar en aislamiento total por 24 horas sin ningún tipo de alimento, fue lo que dictó el coronel… Para serle sincero, no quiso aplicarle uno peor  ̶ abrió la puerta de ese cuarto y lo único que había era una cama muy vieja, por lo que no era nada cómoda y todo el espacio era de un color grisáceo.
̶ No pasa nada, puedo soportarlo  ̶ comentó no tomándole importancia, ella entró y el sargento suspiró.
̶ Discúlpeme comandante…  ̶ dijo sin más y la encerró; Jane exhaló y se sentó en el suelo tratando de pensar algo productivo.

Las primeras doce horas no fueron muy complicadas de soportar para ella, practicó algunos movimientos de combate y se ejercitó para que el tiempo se le pasara rápido; Gray la buscaba pues necesitaba arreglar las cosas, preguntó a todos sus conocidos si la habían visto pero no tenían idea, incluso Koru estaba preocupada y al pedirle información al coronel se enteraron de que había sido castigada, para ellos había sido algo cruel y no tuvieron más que esperar la hora de su salida.
Cuando llegó otro día, Jane ya comenzaba a sentir el hambre y la sed pero se concentró en jugar con una pequeña pelota que se había colado en su bolsillo; también estaba pensativa y se preguntaba qué hora era, igual llegó a su mente que ese castigo no era nada a comparación de otras situaciones que había sufrido y no era suficiente por haber mandado al matadero a sus soldados, podría pedir otro y de ser posible más fuerte, pero su estómago rugió y mejor se arrepintió, trató de mantenerse distraída lo más que pudo.
Y en un rato finalmente aquella puerta se abrió, se levantó de esa horrible cama y caminó a ella sin imaginar que del otro lado estaba no sólo el sargento, sino también Koru.
̶ ¡Comandante ¿Se encuentra bien?!  ̶ preguntó la chica intranquila al verla salir, no le dio tiempo de responder pues la arrastró de la muñeca rumbo a la cafetería ̶  ¡Venga, debe de comer ahora!  ̶ al llegar ahí le sirvió grandes porciones de comida en una bandeja y se la colocó en la mesa ̶   Cómalo todo como si no hubiera un mañana  ̶ tomó lugar frente a ella; Jane sonrió y no lo dudó, de verdad estaba hambrienta que en tan sólo unos minutos acabó dejando el traste limpio.
̶ Gracias Koru, de verdad…
̶ Usted es muy resistente, por favor, la próxima vez piense mejor sus decisiones para no tener consecuencias tan terribles.
̶ Lo tendré en mente  ̶ se levantó y la abrazó unos segundos ̶  Sí que Han es muy afortunado en tenerte...  ̶ opinó para después salir a cumplir sus deberes.

Todo continuó como debía hasta que anocheció, la comandante se encontraba en una banca del campus analizando su vida… Se preguntaba si de verdad valía la pena continuar ahí, había perdido personas valiosas por querer cumplir su sueño, pero dejó de disfrutarlo un tiempo, aunque si no hubiera conocido a Koru ya habría tirado la toalla y después de su partida su trabajo se volvió cotidiano y sin sentido…
̶ ¿Qué haces aquí? Está haciendo algo de frío…  ̶ expresó una voz tras ella, lo miró y se enteró que era Gray; recordó nuevamente su pasado trágico por lo que no quería estar cerca suyo.
̶ T-Tienes razón, debo irme…  ̶ se puso de pie y caminó a otra parte; él notó que se alejaba de su dormitorio y le siguió el paso. Metros más adelante se sentó inconscientemente en donde antes ellos dos solían estar juntos sin que nadie los viera, Gray sí lo recordaba y pensaba en cómo llamar su atención sin que huyera; minutos después tomó el valor y se sentó a su lado.
̶ ¿Qué es lo que quieres?  ̶ preguntó seria y sin observarlo pues había sentido su presencia.
̶ Quiero que… me dejes explicarte…
̶ ¡¿Explicarme qué?!  ̶ ahora estaba enojada por su insistencia.
̶ El por qué comenzaron todos los problemas que hay entre los dos…
̶ Mira Gray, eso sucedió hace mucho, no ganarás nada con confesarlo casi 30 años tarde… Lo que sentía por ti lo abandoné hace mucho…  ̶ terminó y ésta vez fue a su cuarto dejándolo solo.
̶ ¡¡Jane, por favor, espera!!  ̶ le pidió pero ella lo ignoró, suspiró frustrado por su negación a saber la verdad. No iba a rendirse, lo que más anhelaba era revelarle la razón y estar a su lado nuevamente, lucharía lo que fuese necesario para cumplirlo.

Llegó otro día y la comandante estaba con un grupo nuevamente, Koru se alegró de verla mejor, así que fue a ocuparse en otros asuntos o a mirar a Han; Jane la vio irse pero de pronto observó a Gray caminar hacia su dirección, eso la puso inquieta así que para perderlo, llevó a sus soldados a practicar al campo de tiro y de esa manera no lo escucharía si deseaba decirle algo por el tiroteo. Pero éste era impaciente, sin importarle le tocó el hombro para llamar su atención y a ella se le ocurrían formas de evitarlo; eso lo desesperó y la sujetó del antebrazo para alejarla del escándalo.
̶ ¡Ya deja de molestarme!  ̶ exclamó furiosa por su comportamiento.
̶ ¡¿Por qué me ignoras así? Sólo ansío platicar contigo y no voy a dejarte en paz hasta que me escuches!
̶ ¡No tengo tiempo! Estoy muy ocupada ¿acaso no lo ves?
̶ ¡Lo sé! Pero no creo que te necesiten ahora…  ̶ la mujer respiró hondo para calmarse y cruzó los brazos, accedió a escucharlo ̶  Yo de verdad quiero estar contigo y te pido perdón por todo el daño que te causé con mis estúpidas acciones; deseé venir aquí no nada más por mi hermano, sino para volver a verte a pesar de que me faltaba valor para preguntar por ti, te extrañé tanto y te aseguro que estoy arrepentido por absolutamente todo…
̶ No pienso caer ante tus palabras, siempre jugaste con mis emociones y me heriste esa última vez hasta lo más profundo… ¿Quieres que vuelva a enamorarme de ti para que otra vez me desprecies y cuando me jures amor eterno nos distanciemos? Ya no soy esa tonta que conociste, a aquella la sepulté con las fuerzas que me quedaban para avanzar.
̶ Sé que no vas a creerme, por eso te pido que confíes en mí y te demostraré que el loco que era antes desapareció, soy alguien nuevo…
̶ No lo sé… No me gustaría ilusionarme de nuevo, creo que ni siquiera podría tener una amistad contigo  ̶ estaba dudosa, pero en realidad sí que veía que había cambiado, pues Erick ya no lo trataba como un desgraciado que había destrozado el corazón de su amiga y eso le daba credibilidad.
̶ Podemos intentar… digo, el ser amigos…
̶ No, es mejor ser desconocidos… Me tengo que ir…  ̶ se despidió firme pero por dentro sentía que iba a romper en llanto; se tragó sus emociones y siguió su trabajo mientras que Gray bajó la cabeza, pero tal vez después se le presentaría otra oportunidad.
A la hora de la comida él decidió buscarla en el comedor, pero se topó con ella saliendo de su oficina y se notaba muy angustiada, no dudó en ir directo a ella.
̶ Oye… ¿Estás bien?  ̶ Preguntó pues se miraba muy extraña, ésta al reconocer su voz quiso huir, dio algunos pasos pero de repente cayó al suelo sin previo aviso ̶  ¡¡Jane!!

Datos del Bosque:
Cuando Jane apenas apareció, me recordó mucho a la profesora de Kim Bok Joo en el dorama del cual había hablado antes (Hada de las pesas en español), esta un poco inspirada en ella de cierta forma.

Hasta la próxima aventura...

"Secretos del Bosque: (Re)encuentros"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora