"Secretos del Bosque: (Re)encuentros"

22

Tiempo después Jane despertó, se le había pasado la confusión que le provocó la bebida, el intentar recordar cómo había llegado a su dormitorio era difícil, le causaba dolor de cabeza; decidió no tomarle más importancia pero tuvo algunos pequeños flashbacks, donde estaba con Gray y le decía unas palabras que no eran claras en ese momento, eso la tenía un poco intranquila así que para liberar su mente prefirió darse un baño y acto seguido dormir.

A la mañana siguiente despertó como si nada, pero al ver la luz del día por su ventana se levantó repentinamente, se le había pasado el despertador y al mirar su reloj ya eran poco más de las 8am, se dio prisa para arreglarse y salió a hacer su trabajo.

̶ ¡Comandante ¿dónde ha estado?!  ̶ preguntó Koru preocupada ̶  La doctora me informó que ya se había ido desde ayer pero ni en su habitación hubo respuesta… ¿Se quedó totalmente dormida o dónde se metió?

̶ Ah, y-yo estaba en…

̶ Estuvo conmigo… Salió temprano pero necesitaba hablar con ella y la entretuve un largo rato  ̶ interrumpió Gray quien la había visto salir de su edificio y la siguió.

̶ Oh ya entiendo, que suerte que el coronel no se haya dado cuenta o volvería a castigarla…  ̶ la mayor se quedó callada, estaba temerosa por ello y la chica lo notó ̶  ¿Segura que se encuentra bien?

̶ S-Sí… Ya puedes ir a supervisar a los reclutas…  ̶ afirmó y la joven obedeció.

̶ ¿Te quedaste dormida?  ̶ supuso Gray y rio un poco, eso le molestó a Jane y suspiró ̶  De acuerdo, relájate; no voy a “fastidiarte” tanto hoy, sé que yo soy el que te causa estrés y no quiero que vuelvas a desmayarte, sólo ve a desayunar algo…  ̶ expresó y sin más se alejó dejándola sola, ella quedó más tranquila y le tomó la palabra.

Transcurrió el día como otro cualquiera, la comandante no vio a Gray durante ese rato pero ya comenzaba a acostumbrarse a que siempre estuviera cerca, lo extrañó de cierta forma aunque seguía sintiendo algo de odio hacia él. Por la noche estaba en el mismo lugar de ayer con otra botella de una bebida alcohólica, no iba a dejar de embriagarse hasta matar aquellos sentimientos que florecían de nuevo y en lo que dudaba si hacerlo o no, aquel hombre apareció nuevamente.

̶ ¿Qué piensas hacer? ¡No debes tomar!

̶ Ese no es tu asunto  ̶ dijo indiferente.

̶ Puede que no, pero yo tengo que cargarte hasta tu habitación  ̶ comentó gracioso pero en tono serio; ella se colocó la mano en la cara al recordar un poco de esa noche ̶  El alcohol no va a remediar tus problemas, lo sé perfectamente  ̶ le quitó la botella como la ocasión anterior.

̶ ¡Oye!

̶ ¡Lo hago por tu bien…! Y por el de mi espalda  ̶ Jane exhaló con molestia.

̶ Por cierto… No, mejor olvídalo…  ̶ se arrepintió de lo que iba a preguntar.

̶ ¿Qué sucede? Dímelo de una vez…

̶ Nada, déjalo así, prefiero no hacerme ilusiones…  ̶ vino a su mente el instante en que él la besó, había sentido lo que había hecho pero quería pensar que estaba imaginándolo.

̶ ¿Tiene que ver con lo que pasó mientras no estabas en tus cinco sentidos?  ̶ dio en el blanco por lo que la mujer se sorprendió, a lo mejor había hecho algo que no deseaba.

̶ ¡¿Qué fue lo que dije?!  ̶ interrogó alterada y éste rio.

̶ Cosas que no aceptarías estando sobria…  ̶ ella estaba preocupada.

̶ Creo que no volveré a tomar el resto de mi vida…  ̶ expresó para sí misma y bajó la mirada.