Altibajos

𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐨𝐩𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

Sarah condujo tranquilamente hasta la casa de Viole, no tenía ninguna prisa ya que, cada minuto cuenta en todo esto, mi móvil vibraba y vibraba, pero decidí no hacerle ningún caso ya que quería darle importancia a lo importante.

S: Oye, me ha dado curiosidad, ¿qué era lo que habías comprado cuándo te recogí?

La miré, tenía una sonrisa lateral, sabía que algo había visto.

M: ¿Acaso señorita anda mirando compras ajenas? - me toqué disimuladamente las mejillas, estaban ardiendo.
S: ¿No irá usted a hacer maldades sin mi? - tocó mi mejilla y pasó su dedo índice suavemente por mis labios - pero si anda nerviosa.

No lo negaba, esta asombrosa mujer me ponía, me ponía tierna, me ponía roja, me ponía nerviosa, me ponía así, a secas.
Le iba a contestar pero llegamos a casa de Viole, nos bajamos del coche y nos acercamos a la puerta.

S: Si te tengo a mi lado, nada malo puede ocurrir - me agarró la mano

Y cómo si el mundo tuviese micrófonos y estuviese planeando todo lo contrario, la puerta de esa casa se abrió, dejando ver a Bianca, la directora del instituto y madre de Viole, rápidamente separamos nuestras manos y nos alejamos notoriamente.

B: ¿Sarah? - la miró de arriba hacia abajo, la pobre de Sarah tenía una cara de susto que no le cabía en su pequeñita y linda cara. - Míriam, ¿qué hacéis aquí juntas? - su pose cambio totalmente, tensó cada uno de sus músculos.

Miré a Sarah, buscando en su mirada una respuesta pero al parecer teníamos la misma neurona, ya que ella me miró de vuelta.

M: Bianca querida, yo vine a ver a Viole y Sarah, vive súper cerca, estábamos hablando juntas y decidió pues venir a saludarte.
S: Eh, sí, sí, quería hablar contigo un tema, pero, no corre prisa, te veo apurada
B: La verdad si Sarah, mejor hablémoslo en otro momento, chicas, os dejo.

Nos apartamos a un lado y ella salió hacia su coche, se subió y se nos quedó mirando, nosotras nos quedamos algo estáticas. Sarah me dio dos besos en la mejilla y se despidió falsamente y yo por mi parte entré a la casa, cerré la puerta y cuando oí el coche de Bianca yéndose, la abrí para que Sarah entrase corriendo.

S: Dios santo, por qué poco joder - me miró a los labios

Me acerqué y la agarré suavemente de la cadera, la atraje hacía mí, junté nuestras caras quedando frente a frente esperando a que ella tomase la iniciativa, cosa que cuándo vio la oportunidad la aprovechó y me besó, los tomó cómo si fuesen de ella y a decir verdad, lo son.
Primero se tornó a un beso suave, dulce, de esos en los que te sobra el tiempo, cuando ambas sabíamos que no era así.

V: Ejem, ejem, no anden comiendo delante de los hambrientos - se comenzó a reír.

Ambas nos separamos pero continuamos agarradas, no quería por nada del mundo, tener que decirle adiós, me iba a doler, me iba a quemar por siempre. No podría aceptar perderla, simplemente no quería.

V: Bueno, mis damas, tenemos que ponernos serias, este asunto ya se nos está escapando de nuestras manos - las lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento - venid, vamos a la sala y lo hablamos bien.

La acompañamos y nos sentamos en la mesa, había tensión por parte de Sarah, se le notaba mucho ya que no tenía esa bella sonrisa que siempre la caracterizaba.

M: Bueno, comienzo a relatar los hechos - me miraron fijamente - hoy Sarah y yo íbamos a pasar la noche juntas, mi madre estaba de acuerdo en ello, ella fue la que le pidió incluso. Cuándo en un momento, ejem, acalorado, llegamos a la habitación de mi madre, nos topamos con una especie de ladrillo que llevaba pues, la carta - saqué todas las pruebas que teníamos - las fotos y este amiguito de aquí - saqué el peluche tuerto - se llama Nachete y lo encontré después, en la chimenea de mi salón.

Viole me miró y por mi último comentario se empezó a reír.

V: Está claro que la culpable aquí es Jess, se sabe desde el principio que os a tenido asco. La cosa está en qué hacer, cómo actuar y ser precavidas dando el siguiente paso.
S: No sabes las ganas que tengo de ir a su maldita casa y plantarle o romperle la cara. No nos puede estar haciendo esto, es injusto.
V: Técnicamente esto es ilegal, si es verdad que por su parte está cometiendo delitos y bastantes graves, pero, vosotras no estáis libre de pecado tampoco y por ahí nos tiene pilladas, por las pelotas.
M: ¿Alguna sugerencia? ¿O me puedo ir cortando las venas ya? Aunque ir pidiendo cita en el psicólogo no me vendría mal, lo digo para que me saque de la tremenda depresión que voy a tener - noté la mano de Sarah posarse en mi muslo.
S: No me pienso separar de ti, busquemos cualquier otra solución, pero ¿alejarme?, nunca.
V: Tenemos varias opciones; Miriam te vas del colegio o tú Sarah te vas del colegio. También podéis dejar-
M: No es una opción - la corté.
V: Está bien, ¿si lo hablamos con tu madre o incluso con ella?
S: El asco nos lo tiene igual, poco sacaríamos nada hablándolo con ella, quizás mi amor, tú madre sea comprensiva - me miró y fue subiendo poco a poco la mano que tenía en mi muslo.
M: Cariño mío, aunque mi madre lo sepa, el problema sigue igual, las fotos, todo, lo tiene ella, mi madre aquí ha caído en sus mentiras. Propongo ir a hablarlo con Jess, quizás, quién sabe, nos sorprenda, pero, solamente iré yo y más adelante.
V: Ir a hablarlo con ella puede traer muchas consecuencias, os va a chantajear y tonta no es, va a querer que acabéis con lo vuestro, Miriam, piensa antes de actuar.
M: ¿Acaso tenemos un mejor plan? - el silencio reinó en la sala - pensaba.
S: Pero cariño, Viole tiene raz-
M: ¿Y qué pretendes Sarah? - me levanté de la silla - que pierdas todo tu trabajo, tengas una gran mancha en tu historial laboral, que incluso si las cosas se ponen feas llegues a ir a prisión, ¿en serio quieres arriesgar toda tu vida por una cría? No te merezco Sarah, ere-s - las lágrimas salían sin control - eres la persona que yo más he amado, no te puto merezco, prefiero tres balazos en el pecho antes que arruinarte la vida. Lo siento pero no me va a quedar más remedio, iré a hablar con ella, mientras tanto, disfrutemos el momento, aprovechemos bien el tiempo.

Me fui, salí al jardín, necesitaba un respiro, tomar aire y tranquilizarme. Algún día me dará un infarto si sigo así.

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