Zayn caminó lentamente por el corredor sin ver nada. Después de todos los años pasados entre soldados, debería estar acostumbrado al hecho de que casi todos los Alfas resultaban guapos con uniforme. Se sabía de omegas sensibles que se habían desmayado de admiración al ver a Alex vestido con todas sus galas militares.
Incluso así, el comandante Payne algo especialmente atractivo. El uniforme verde oscuro de los fusileros era más austero que el de los otros regimientos; sin embargo, hacía un maravilloso juego con sus ojos, que eran de un café chocolate. El uniforme también complementaba la anchura de sus hombros, sus cabellos castaños y su cuerpo delgado y potente...
Aunque le había gustado hablar con él, lo encontraba inquietantemente perspicaz. Debería preocuparse de que el comandante Payne no tuviera ninguna oportunidad de ver bajo la lustrosa superficie que tanto esfuerzo le había costado perfeccionar.
Era raro que pensara en él de un modo tan formal. Seguramente sus instintos le querían decir que no le permitiera intimar demasiado. Por suerte es un experto en mantener a los Alfas a una distancia prudente.
Moviendo la cabeza se dirigió a su dormitorio a remendar la ropa que le llenaba una cesta. No hay nada como zurcir para bajar a la tierra.[...]
Zayn estaba a punto de bajar a la cocina para ver cómo iba la cena cuando entró su Alfa.
– Hay varios caballos nuevos en el establo -comentó, quitándose el casco negro de piel y tirándolo en la cama-. Y buenos caballos también. ¿Tenemos un nuevo alojado?
Él asintió y dio una puntada pequeña y precisa.
– El comandante lord Liam Payne, de los fusileros. Se retiró del ejército el año pasado, pero la fuga de Napoleón lo persuadió a volver. Pertenece al personal directivo del duque, al menos por el momento.
Alex alzó las cejas.
– Uno de los oficiales de alta cuna que le gustan al viejo Hockey porque saben bailar tan bien como combaten -se quitó la chaqueta y la camisa-. Podría ser útil conocerlo. ¿Actuó como si se fuera a derretir por ti?
Zayn bajó la vista y cortó un hilo con los dientes, deseando que Alex no fuera tan descarado en sus intereses propios. Era cierto que un omega atractivo era una ventaja para un oficial, pero detestaba que la apremiara por coquetear con sus superiores. La primera vez que lo hizo Zayn se resistió, pero él se apresuró a hacerle ver que era el deber de un omega promocionar la profesión de su Alfa. La implicación tácita era que Zayn era una omega insatisfactorio en otros aspectos. Desde entonces, había hecho lo que él deseaba.
Aunque lord Liam había admirado visiblemente su apariencia, se resistía a exponerlo a las especulaciones de Alex.– El comandante Payne no mostró el menor indicio de estar embobado por mis encantos -dijo en tono indiferente-. No sé nada de sus dotes de bailarín, pero participó en la mayoría de las batallas importantes en la Península.
– Da la impresión de que es una buena adquisición para la casa. Muéstrate encantador con él; ya me toca un ascenso a comandante, y Payne debe de tener influencia en el duque.
– Tu promoción llegará pronto -suspiró Zayn-. En los próximos meses habrá amplias oportunidades para la gloria.
– Eso espero, ciertamente -empezó a ponerse el uniforme de etiqueta.Alex se pasó el peine por sus cabellos negros-. Voy a cenar con unos amigos. Probablemente estaré hasta muy tarde, así que esta noche no volveré.
Zayn pensó con indiferencia quién sería la mujer. Las damas de Bruselas eran muy hospitalarias con los oficiales aliados que habían venido a salvarlas de tener que soportar nuevamente a el emperador.
Se levantó y recogió la camisa y la ropa interior para la cesta de la lavandería.
– Que tengas una noche agradable.
– La tendré -contestó él alegremente.
Zayn no lo dudó.[...]
Liam cenó con amigos del ejército que estaban destinados en la zona.
Volvió tarde a su nuevo alojamiento y entró silenciosamente. En el vestíbulo y el corredor de arriba habían dejado velas encendidas. Ciertamente Zayn y Anne dirigían una buena pensión.
Bajo la puerta de la habitación del frente asomaba un resquicio de luz, de modo que golpeó allí en lugar de entrar en su habitación. La conocida voz de su buen amigo Harry Styles le dijo que entrara.
Entró y encontró a su amigo ocupado en un cuaderno de dibujo. Harry era caricaturista y delineante de primera clase, arte que le había servido en su trabajo de oficial de reconocimiento en España. Harry abrió los ojos muy grandes al levantar la vista de su dibujo.
– Liam. ¿De dónde sales?
– ¿No te dijeron nuestras hermosas caseras que ahora ocupo la habitación del frente? -preguntó Liam riendo.
– No. Hace poco que llegué y todo el mundo ya se había ido a la cama -se levantó y le estrechó la mano-. Pero me alegra verte, maldita sea.
Blanco, de hombros anchos y facciones marcadas, Styles tenía más aspecto de príncipe que de comandante. Era uno de los raros oficiales ascendido desde soldado raso, honor generalmente reservado para los actos de valentía suicida. Cuando todavía era sargento, había salvado a Liam de dificultades cuando era un subalterno muy novato en su primer puesto de mando. La amistad había nacido a partir del respeto mutuo.
Liam observó atentamente la cara de su amigo mientras se estrechaban las manos, y se alegró de ver que de ella había desaparecido parte de la terrible tensión dejada por la campaña en la Península.
– Tengo un poco de whisky en mi habitación. ¿Lo traigo?
– No he bebido ni un trago de esa bebida desde que te fuiste de España -dijo Styles con un destello de humor en sus ojos verdes-. Lo he echado bastante de menos. El whisky hace parecer excesivamente civilizado al coñac.
Liam fue a buscar la botella y casi tropezó con
Luis el Perezoso, que estaba echado delante de su puerta. Cuando volvió al cuarto de Harry, el perro lo siguió, y se echó de forma que la mandíbula quedara reposando sobre su bota. Lo miró divertido.
– ¿Esta bestia acoge así a todos los recién llegados, o simplemente yo tengo mala suerte?
Payne sacó dos vasos y sirvió un poco de whisky en cada uno.
– Considérate bendecido. Teniendo a Luis de guardia, cualquier posible atacante se va a morir de risa.
Después de conversar un rato intercambiando noticias, Liam preguntó:
– ¿Zayn y Anne son reales o son productos de mi imaginación?
– Son increíbles, ¿verdad? Tuve la suerte de compartir un castillo con ellos en Toulouse. Cuando supe que estaban en Bruselas vine de rodillas a preguntar si había habitación para un fusilero. Son expertas en el arte de mantener abrigados, bien alimentados y felices a los Alfas.
– ¿Cómo son sus afortunados Alfas? -preguntó Liam, sabiendo que no debía parecer tan interesado.
Styles bebió un buen trago de whisky.
– Te gustará Niall Horan. Es callado, pero muy capaz, y tiene un gracioso sentido del humor.
– ¿Y Alex? -ante la vacilación de su amigo, comentó-: Hay algo ominoso en tu silencio.
Harry miró atentamente su vaso de whisky.
– No conozco bien a Alex. Es un tosco oficial de caballería hasta la médula. Ya conoces el tipo, no le falta inteligencia, pero no ve ningún motivo para usar su mente. De todos modos, es un buen oficial, por lo que he oído. Bastante intrépido.
– En la caballería es corriente la valentía. Es el juicio el que es raro. ¿Es digno de él admirable Zayn?
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Arcoiris roto [Ziam]
FanfictionZayn Malik el omega mas pequeño de su familia, criado para ser el sucesor de la corona, sin embargo sin pareja no podrá ceder el puesto de Rey. Liam Payne un Alfa que sirve para el ejército de la época, con un pasado realmente interesante. Zayn Mali...