8. BESAME

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Dar y dar vueltas en la que será mi cama, no dejo de pensar en Tristan, odio el creer que todo esto es una simple fantasía, como si al dormir la realidad se apoderará de mí, siento que esto no es más que un sueño y al despertar todo podría terminar.

Cerré mis ojos, intentando contar ovejitas, sapos o dinosaurios sin importar mi mente seguía volviendo al beso que Tristan me dio, mientras toco con mis dedos mis labios, imagino el roce de sus labios sobre los míos, cierro mis ojos y muerdo ligeramente mi labio inferior, diablos sus labios son realmente adictivos, todo el es un misterio para mi, su faceta de chico malo me encanta, podría perderme en sus ojos, si acaso ese sería un delito que me declaren culpable.

- Soy una tonta- digo en voz alta, parece que las ovejitas están cumpliendo con su propósito que mis párpados están cada vez más pesados, al cerrarlos escucho una voz que me llama.

-Alanis debes regresar

Intento moverme pero es imposible, no puedo

- Te necesito, no es justo- escucho la misma cada vez más cerca, lucho para abrir mis ojos, cuando al fin lo consigo me encuentro en medio de un bosque, no puedo ver nada debido a la oscuridad, siento que alguien toma mi mano, cuando al fin mis ojos se acostumbran, estoy en la orilla de un lago, el cielo se encuentra cubierto de estrellas.

- Debes regresar- al pararme logro ver su rostro, es el chico rubio que antes ya lo había visto.

- ¿Quién eres? - le dije mirándolo a los ojos

- Soy tu amigo, estás en peligro y odio no poder hacer nada

- Tu sabes quien soy - le digo mientras el mira para otro lado- Responde

- Eso no importa, dime ¿Por qué te arriesgas tanto por él?, hoy corriste peligro, es innecesario todo lo que haces, no sabes como quisiera que regreses

- Regresar, ¿a dónde? - le dije sin entender nada de lo que me decía - soltó mi mano y se empezó a alejar de mí

- Espera- grite al ver que estaba alejándose cada vez más, sentí un gran dolor en mi espalda.

- Despierta pequeña- sentí unos brazos a mi alrededor, al abrir mis ojos vi que era Tristan.

- Me duele- gritaba, el dolor se iba incrementando, sentía que mi espalda quemaba, las lágrimas no tardaron en salir

- ¿Que te duele? - me decía desesperado mi castaño, mientras yo intentaba tocar mi espalda.

- La espalda me quema, Tristan ¿Qué está pasándome, me quema? - dije no podía parar de llorar, el enseguida me ayudo a quitarme la camiseta, su rostro inmediatamente cambió, sabía que lo que miraba no le gustaba, me tomo en brazos.

- Tranquila mi pequeña, no llores

Entramos al baño y me colocó en la tina, el sentir el agua fría en mi espalda empezó a calmar el dolor- ¿Qué pasa conmigo? - le decía, no tenía más energía, mis ojos se cerraban

- Vas a estar bien, yo te protegeré, no cierres los ojos, por favor mírame

- Estoy bien, tranquilo- intentaba calmarlo, sabía que estaba preocupado por mi, sus facciones lo demostraban

- Debo cambiarte de ropa mi niña, solo no cierres los ojos. - odiaba verlo de esa manera, quería confortarlo pero el cansancio se apoderaba de mi, después de sacarme de la bañera me rodeo con una toalla

- Solo dormiré un momento si

- No pequeña- me tomo en brazos, al regresar a mi habitación cerré mis ojos, lentamente me depositó en la cama.

Después de ello volví a dormirme, por suerte no volví a soñar nada, esto era frustrante al abrir mis ojos, la luz entraba por mi ventana y empezaba a ser molesto, cuando intente levantarme algo me lo impedía, a mi lado se encontraba Tristan dormido, y su brazo estaba alrededor de mi cintura, al intentar moverme el aumento su agarre.

- Solo unos minutos más por favor - me dijo mientras depositaba un beso en mi frente, al moverse vi que no llevaba camiseta, de solo mirarlo sin ropa sentía el rubor subir por mis mejillas

- Tristan debo ir al baño. - le dije, a regañadientes me soltó, salí corriendo del lugar, al llegar al baño intenté controlar mi corazón, su cercanía hacía que lata a mil por hora, al verme en el espejo llevaba la camiseta de Tristan, las mejillas estaban teñidas de rojo, con ello vino a mi mente los recuerdos de la noche, el dolor que sentía por ahora había desaparecido, me quite la camiseta, al mirar mi espalda en el espejo no había rastro de nada, acaso lo de ayer era un sueño, pero si por alguna casualidad lo fuera porque llevaba su ropa, enseguida escuche dos golpes en la puerta.

- Pequeña, ¿Estás bien? - se notaba preocupación en su tono de voz.

- Si tranquilo

- Ya no te duele la espalda- me pregunto, aquellas palabras demostraban que mis recuerdos no eran un sueño, pero eso me dejaba con más preguntas que respuestas, toque donde ayer sentía que mi espalda quemaba pero no existía rastro de nada.

- Si tranquilo, estoy bien- le dije mientras volvía a vestirme

- Nena te espero afuera debemos de hablar

Rápidamente me lave el rostro con agua fría, respire intentando calmarme, mientras andaba de un lado al otro, no quería que me viera de esta manera, después de varios minutos, decidí salir u ahí estaba mi nemesis, parado contra la pared solo en bóxer, definitivamente esté hombre quería matarme era como un dios griego, vaya cuerpo, no pude evitar mirarlo, y moder levemente mi labio inferior, por lo que veo lo hago frecuentemente.

- ¿Cómo te sientes? - me dijo mientras se acercaba a mí

- Estoy bien, disculpa por lo de ayer no se que pasó

- Déjame ver- cuando intento acercarse me paralice.

- De verdad estoy bien

- Tengo que verlo- como si no pesará nada me tomo en sus brazos, al llegar a la habitación me colocó en la cama- no te haré daño solo quiero ver si todo esta bien.

-Tristan

- Tranquila- me giró y alzó lentamente la camiseta por la parte de atrás, el sentir sus manos recorrer donde ayer quemaba, me hizo erizar mi piel, sus manos se encontraban frías, pero no me molestaba su tacto.- Parece que realmente esta mejor.

- Te lo dije- me giré rápidamente hasta quedar frente a él, miraba sus labios

- Besame mi preciosa Alanis

No podía resistirme, sentía que yo también quería besarlo, como si mis labios le pertenecieran, tenía la sensación de haber recuperado algo muy valioso para mi, al fin estaba en casa.

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¿QUÉ PASARÁ CON ALANIS?

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