17. SERÁ MI PERDICIÓN

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NARRACIÓN DE TRISTAN

Desde aquel momento en que me dijo que era mía, solo afirmo algo que yo lo sentía, desde aquel día en el cual la conocí, recuerdo su rostro cuando le hable por primera vez, aquellos ojos verdes, por ello ella es y será para mi.

Pasaron los días uno tras otro, hasta que se convirtieron en meses, este día se cumplían seis meses desde que la recuperé y yo me sentía cada día más unido a ese pequeño ángel, existían momentos en los cuales me volvía loco, no entendía su manera de meterse en problemas, era otra de sus virtudes, pero yo la amaba.

Sin embargo, teníamos un problema su memoria no regresaba, y a pesar de que su relación con mi amigo aún era terrible, al menos podían estar en el mismo lugar sin matarse.

- ¿Qué haces amor? - escuche su dulce voz, mientras ella se movía entre mis sábanas, acaso podría ser tan hermosa

- Tengo que alistarme bonita, tu sigue durmiendo, aún es temprano

- ¿A dónde vas a ir?- me dijo mientras pasaba la mano por sus ojos

- Tengo que arreglar lo de la carrera de la noche- en ese momento se puso tiesa en el lugar donde estaba, sabía cuanto odiaba que siga haciéndolo.

- Pero pensé que era en un mes

- Leonardo adelantó la carrera

- Desde cuando lo sabías

- Hace unas semanas, pero no quería que te preocupes por mi

- Tristan- conocía esa voz, estaba frustrada

Me acerque lentamente a donde se encontraba, y le di un beso en la frente en ese momento ella se levanto y me abrazo

- Nena, tranquila estaré bien

- Tristan, sabes que no me gusta

- Calma mi niña, te prometo que estaré bien,

- El diablo va a participar- me dijo aún abrazándome

- Si pero, deja de preocuparte estaré bien

- ¿Cuándo piensas dejar de hacer esas cosas, no me gusta que te arriesgues de esa manera

- Nena, es más complicado de lo que piensas

- No quiero perderte

- Tranquila no lo harás.

- Me lo prometes

- Claro que si bonita, nunca podría dejarte sola

- Me esperas y voy contigo

- Mejor descansa, van varios días que has pasado sintiéndote mal, antes de la carrera paso por ti

- Pero eso será en la noche, que haré todo el día sola- replicaba, haciendo un puchero.

- Aún tienes muchas tareas de la escuela, falta un mes para la graduación, y accedieron a pasarte el año siempre que te iguales.

- Hay como odio la escuela

- Tu mismo quisiste ingresar

- Solo quería estar contigo- me decía haciendo drama, amaba esta mujer, con todas sus facetas

- Recuerda que iremos juntos al baile de graduación, y deseo que mi novia se gradué junto a mi, además eres demasiado inteligente, te aprendiste todos mis libros en pocos meses, solo tienes que realizar las tareas.

- Creo que aprendo rápido, porque no tengo ningún otro recuerdo en mi mente

- Así que, mientras estas aquí espero que termines todo lo que tienes pendiente

- Te odio

- Sabes que me amas- logré escapar de sus brazos, tomo una almohada para golpearle, sonreí al ver su pésima puntería.

- Ya verás, terminaré todo en un solo día, y para la próxima tendrás que llevarme.

- Siempre y cuando nos graduemos juntos- le dije, mientras le daba esa media sonrisa que ella tanto odiaba

- Idiota- me grito, mientras salía de la habitación.

Al fin sentía que este departamento como un hogar, ella da luz a donde va, y fue su presencia la que me dio ganas de querer algo más, ella es y será mi perdición, así que en la graduación, al fin la haré completamente mía, debo salir a terminar con todos los detalles para al fin pedirle que sea mi esposa.

Al llegar a mi auto, no puedo dejar de sonreír, al fin tengo todo lo que nunca espere tener, me alegraba que ella no se frustrara, por no recuperar sus recuerdos, ahora no importaba nuestro pasado, solo el futuro, para ello debía terminar las cosas con Leonardo, sin embargo de este mundo solo se sale, con suerte o muerto, por lo que realmente debía ir a hacer un trato con El jefe.

Acelere al máximo, la velocidad daba energía a mi vida, calentaba mi sangre, nací para esto, en cuanto llegue al bar de Leo, deje el coche en la parte de atrás del mismo, este lugar me provoca escalofrío, solo de pensar en Alanis y el peligro que corrió en este lugar, me hace querer matar a esos tipos, pero gracias a Leonardo ellos ya no están en este mundo, en cuanto atravieso a los guardias me dirijo a la oficina, entro sin avisar, después de todo no le tengo miedo.

- Tenemos que hablar

- Retíresen todos, les dice a los demás, con aquella voz que a todos paraliza, pero conmigo no tiene el mismo efecto, me siento en uno de los muebles de su oficina y pongo mis pies en su mesa, sus expresiones nunca cambian, es algo que me perturba, ya que la única vez que lo vi salirse de esta máscara llena de oscuridad, fue aquella noche que lo encontré con Alanis, eso me molesta aún más.

- Deberías estar en la pista practicándo

- Sabes que soy el mejor

- Sabes que ese orgullo tuyo, se convertirá en tú peor enemigo

- Ve al grano Tristan

- Quiero salirme

Escucho su risa, realmente siento que podría hacerme daño, pero tomé una decisión, y quiero formar mi familia lejos de todo esto, por lo que después de comprometerme con Alanis, la llevaré lo más lejos posible de toda esta mierda de ciudad.

- Realmente eres tan inocente, esperaba un poco más de ti, aún me sirves

- Te daré todo el dinero

- Tengo más dinero del que necesito - me responde, mientras se sirve un trago y se sienta frente a mi, e visto miradas vacías pero la suya era la peor, el era el rey de las tinieblas.

- Todos tienen un precio, dime cual es el tuyo

- Por eso me agradas, piensa bien lo que haces, podrías estar vendiendo tu alma al diablo- su expresión realmente hizo que me paralizará.

- No importa, haré lo que me pidas - respondí confiado.

- Entonces, prepárate muchacho

¿Qué le pedirá Leonardo?


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