Capitulo 9

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Digan PRESENTE.

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Max

Levanto mi mano derecha para posicionarla en mi frente y para que me ayude a taparme del sol. Tengo los audífonos puestos a cierto volumen para dejar de escuchar la pelea absurda de mis padres. Volteo para ver hacia mi izquierda y me quedo viendo la casa del árbol.

Hace varios meses que no entro a esa casa, la ultima vez fue antes de irme a Inglaterra unos meses antes de arrepentirme y regresar. Inglaterra es un país en donde la gente es muy fría y distante, y mi forma de ser no congenio con eso. Todo el tiempo estaba de malas, sentía que por cualquier tontería explotaba y mis calificaciones bajaron demasiado. Tuve que hablar con mis padres para que pudieran hablar con la Universidad Simón Fraser para mi regreso la cual se negó, ya que ya habían iniciado el semestre. No fue hasta seis meses después que la escuela acepto mi solicitud, para poder regresarme a Vancouver y seguir mis estudios en su campus de allí.

Hace unas semanas que iniciaron un convenio con London Film School, y creo que fue de la que hablaron con la generación de Emma. Esta semana es cuando hablaran de su propio campus que se encuentra en la provincia de Surrey, que igualmente, esta situada en Inglaterra, y en la que estudie por un tiempo.

Cada vez que observó a Emma, estoy seguro de que su forma de ser congeniaría perfectamente con Inglaterra, pero se ve que es un poco insegura con el corto que te piden para irte de intercambio. No conozco su forma de trabajo, pero estoy seguro de que ella sería de las elegidas. Tiene algo en su carisma que te asegura que podrá salir adelante en su carrera, si solo se viera como los demás la vemos.

Siento que alguien me patea repetitivamente el pie e interrumpe la voz de Alex Turner en la canción de Fluorescent Adolescent. Suspiro y me recargo en mis codos para ver la sonrisita divertida de mi padre. Me quito lo audífonos y hago un movimiento con mi mano, incentivándolo a que me diga lo que quiere.

- ¿Qué quieres? - Pregunto cuando veo que no tiene ni el más mínimo interés de decirme algo.

- No pensé que mi presencia te molestaría. - Se encoje de hombros, sin quitar su sonrisita divertida de su cara.

- Me molesta cuando interrumpes mis momentos de paz.

- Tu madre me conto sobre la chica de ayer.

- No te pudo contar nada, porque tú también la conociste al mismo tiempo que mamá. - Entrecierro los ojos.

- Bueno, me dijo sobre lo que le dijiste cuando me subí a mi recamara.

- ¿Qué te dijo exactamente?

Rezo por todos los dioses existentes que mi madre no haya dicho cosas que no, porque para quitarme a mi padre de encima con este tema, costara un millón de años.

- Dijo que le dijiste que te gustaba la chica y no te puedo culpar, es bellísima la niña.

- Eso sonó medio raro, viniendo de un hombre de tu edad. - Se encoje de hombros. - También me dijo mi mamá que no fuera un menso y fuera detrás de ella, mejor dicho - ladeo la cabeza - que no fuera como tú y no me tardara añales en ir por ella. - Le sonrió de forma divertida.

- Tu madre nunca me va a dejar en paz con ese tema. - Me encojo de hombros.

Noto que mi madre viene hacia nosotros muy arreglada, trae unos pantalones bohemios color crema con una blusa negra de tirantes y un blazer solo recargado en sus hombros. La mujer grita formalidad con tan solo verla.

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