Capítulo 11

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Digan PRESENTE

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Emma

Abro un bloc de notas en mi laptop, para escribir algunas ideas que tengo para mi corto. El cursor esta al inicio del documento, indicándome que mi mente no tiene ninguna idea sobre algún posible tema del que tratar para el corto.

Me paso las manos por el cabello en frustración, suspirando. Pongo mis manos encima del teclado, sin tocarlo, viendo cada una de la teclas, tratando de buscar algo que me pueda ayudar a iniciar este proyecto.

Niego con la cabeza y me resigno. Abro el buscador para poder observar algunos cortos que hicieron personas, las cuales fueron aceptadas en London Film School. Salen mas de mil resultados, en donde la mayoría de las personas trabajaron sobre temas relevantes en la sociedad. Hay bastantes sobre la contaminación, el feminismo, la desigualdad económica, entre otros tantos. Temas que en los últimos años la humanidad ha intentado hacer algún cambio para el bien.

Frunzo el ceño, pensando en si hacerlo de alguno de esos temas. Veo videos sobre el feminismo, en donde muestran videos de algunas marchas que se han hecho en lo largo de los años, mujeres peleando para ser tomadas en cuenta en la sociedad. Me rasco la cabeza, mientras veo una marcha que se hizo en 1981, Bogotá; fue el primer movimiento feminista en donde se hizo oficial el día 25 de noviembre como el Día de No Violencia en Contra de la Mujer.

La pantalla de mi celular se enciende, indicando la llegada de una notificación. Aprieto la barra espaciadora para parar el video y agarro el celular. Siento que mis manos me sudan cuando veo que la notificación viene de un mensaje. Desbloqueo mi celular y abro la aplicación de mensajes. Suspiro en decepción cuando veo que solo es un mensaje de Sam.

Sam

¿Qué tal te fue en la fiesta?

Emma

Bien, estuvo divertida.

Sam

Quiero detalles, hagamos una pijamada.

Emma

Claro, te estaré esperando.

Le envió mi respuesta y vuelvo mi atención a los videos. Después de dos videos más, termino resignándome. Así que, apago la laptop y me tiro en la cama con mi celular en la mano. Me acuesto boca arriba, con el celular en mi estomago y empiezo a repiquetear la pantalla, debatiéndome entre si mandarle mensaje a Max o esperar quien él sea que lo haga.

Después del beso, solo me quede una hora más. Me fui directo a casa, con la promesa de que a Max no se le iba a olvidar y me iba a contactar para que pudiéramos hablar sobre lo sucedido. Ha pasado todo el fin de semana y hoy es domingo, y ni siquiera me ha contactado. He querido justificarle con que no ha tenido tiempo, ha estado ocupado; tratando de que de ninguna manera pase por mi cabeza que se le ha olvidado de lo que paso entre nosotros esa noche.

Levanto la mano y paso mi dedo índice encima de mis labios, imaginándome como fue que me sentí cuando me beso. Todos los movimientos que nuestros labios hicieron fueron de puro deseo. Nunca me hubiera imaginado que un beso pudiera sentirse así de intenso, eso solo lo leía en mis libros favoritos de romance. El brillo de los ojos de Max cuando solo nos quedamos observándonos, tratando de recuperar el aire. Su aliento rozando mi nariz, el calor de sus manos acunando mi cara.

No se porque no he sido capaz de coger el celular y llamarle. Probablemente sea el miedo a ser rechazada, que se haya dado cuenta de que fue un error. O peor, que no haya sido posible de acordarse. He querido evitar cualquier posible rechazo de su parte y eso es lo que me ha mantenido al margen de llamarle.

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