Una Fuerte Revelación

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Uno de los restaurantes más populares y reconocidos en denver era sin duda, "El sazón tenorman". Cualquiera que llegara a la ciudad y se cruzará con dicho restaurante debía detenerse a probar uno de sus deliciosos platillos. Aunque para tener la dicha de comer en ese lugar el presupuesto era lo primordial. No era un restaurante precisamente barato, por así decirlo, y cualquiera que haya estado ahí sabía que cada platillo valía la pena.

Era un sitio espacioso, con grandes y elegantes mesas, música clásica en vivo y barras de licorería para poder escoger hasta el más fino vino. En resumen, hacía notar bien esas cinco estrellas con las que lo calificaban.

La gente disfrutaba tranquilamente de la comida mientras platicaba con amigos o familiares, luego la música dejó de sonar y en eso apareció un hombre joven y pelirrojo, esté con el rostro lleno de pecas y usando un traje de corbata, subió una pequeña tarima que se encontraba cerca del acceso a la cocina y le pidió el micrófono uno de los músicos. Todos al verlo mostraron una sonrisa de admiración y empezaron a aplaudir. Scott parecía tener cierta popularidad, cosa que le hacía creerse muy superior a los demás.

—Gracias, muchas gracias, en serio, jejeje —decía con una sonrisita soberbia mientras se paseaba por la tarima.

Entre todos los fanáticos que lo elogiaban cómo si fuera lo mejor del mundo, un rubio aplaudía con notable desinterés y sin ánimo, tenía la mirada seria y Lucía una camisa negra con saco de igual color.

Tweek fue a echarle un vistazo al tan reconocido restaurante y tenía curiosidad por saber que era lo que lo hacía tan especial. Le pidió a Kenny estar al pendiente del gimnasio el resto de la tarde mientras el investigaba, y al probar uno de sus platillos debía admitir que si tenía su pecurialidad. Sin embargo, ese tal tenorman no podía estar limpio ni mucho menos ser un ejemplo a seguir, así cómo les quería hacer creer. Él no era tan ingenuo...

—¿Desea pedir algo más, señor? —dijo el mesero, haciendo que tweek apartará la mirada de su presa.

—... Si. Un vino blanco, por favor.

—Ahora mismo se lo traígo.

—Ah, disculpe. También llévese ésto —añadió haciendo a un lado su platillo sin terminar —. Se me acabó el apetito.

El joven mesero miró el plato y luego al rubio con algo se extrañeza. No era común ver a los clientes dejar casi toda la comida, pero sin poner peros ni preguntas asintió  sujetando el plato, y retirándose de la mesa.

—...

Scott daba un largo y aburrido discurso sobre emprendimiento y trabajo duro, contó su estúpida y probablemente falsa historia de cómo llegó humildemente a dónde estaba ahora. Ya hasta le estaba provocando una ligera sensación de náuseas al rubio, quien de repente tuvo un extraño presentimiento con la comida y luego vio atentó al hombre sobre la tarima.

Cuando tenorman terminó de hablar recibió otra ronda de aplausos y se bajo del escenario, se dirigió hacía unos sujetos con traje y se quedó a platicar con ellos. Tweek no lo perdía de vista en ningún momento, y cuándo estaba por ponerse de pie vio llegar el mesero con la botella de vino, la cuál dejó sobre la mesa.

—Gracias... —dijo tweek, viéndolo asentir e irse. Luego regresó su atención en scott y sujetó la botella, le quitó el corcho y se sirvió un poco en la copa vacía. Tenía que pensar bien, en cómo hallar la manera de entrar a la cocina y ver que sucedía ahí, colocar un micrófono ocultó cómo fuera y así poder obtener más información.

Tweek respiró profundo y se arregló el fleco con la mano, seguido se puso de pie y caminó disimuladamente por toda la sala. Observó detenidamente la tarima en donde el idiota se encontraba minutos antes y noto que los músicos se alistaban para volver a tocar. Scoot por otro lado parecía estar pasándola muy bien entre risas con sus tontos amigos.

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