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Canción: I wanna be yours. - Arctic Monkeys.

«I wanna be yours, I wanna be yours»

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Vanya.

Fuera del club hace frío, y mientras Lyon y yo esperamos a que Legasov y Oleg salgan, el silencio es demasiado espeso.

Cuando salí de mi oficina con Raúl y Román, después de una sesión intensiva de "cardio" que duró casi una hora, casi me estrello con Lyon. La mirada hostil que le lanzó a los gemelos fue suficiente para ponerme de nuevo a mil, pero como este es un juego en el que me niego perder, le sonreí como si nada hubiera pasado y pasé de largo por su lado.

Lo que me causó satisfacción momentánea. Porque ahora, parados en la mitad de la acera esperando a mi hermano, el silencio no es muy cómodo que digamos. Yo estoy enojada por su escenita con la chica, y seguramente él lo está de igual forma por mi asunto con los gemelos, lo que nos tiene a ambos a dos metros de distancia del otro, incapaces de mirarnos a la cara, haciendo de cuenta que el otro no existe.

Y a todas estas, ¿Dónde carajos está Legasov?

La respuesta llega unos segundos después, cuando mi hermano sale del club con una botella de vodka a medio beber y Oleg siguiéndole el paso.

- Dame eso. - Le digo. Y cuando me entrega la botella, le doy un trago largo que me relaja un poco. - Ahora sí, ¿Qué era eso tan urgente que me tenías que decir?

Oleg y Legasov intercambian miradas de pesadez, una pesadez que me contagia a mí también. Me sorprende que el que hable no sea mi hermano, sino Oleg.

- Diatlov se fugó con la oficial.

Un escalofrío me recorre desde el dedo pequeño del pie hasta el último pelo de la cabeza.

- ¿Qué? - Miro a Legasov. - ¿Es en serio?

- Sí. - Se pasa una mano por el rostro y resopla. - Parece un puto quinceañero, lo juro por Lenin...

- Cuándo ponga mis manos alrededor de su estúpido cuello soviético... - Siseo. - ¿Y Nikolai?

- Siguiéndole el rastro. Aunque está un poco difícil la labor, porque Diatlov dejó su teléfono encargado a Tania. El idiota sabía que no podía llegar muy lejos con el rastreador.

Le doy otro trago a la botella. Esta conversación me está poniendo nerviosa - ¿Y qué se supone que hagamos?

- No creo que esté muy lejos. Igual... Tengo el número de la oficial. Con una llamada corta puedo rastrear su ubicación. - Me tranquiliza. - Si no aparece mañana, eso haré... Tú no te preocupes. Solamente quería que lo supieras.

- Gracias por contarme. - Me vuelvo hacia el auto cuando noto que Lyon ya se ha puesto en marcha. - En fin. Creo que hoy voy a pasar la noche fuera, que no me apetece dormir con Tony.

- Como quieras. Yo me voy a casa. Cuando tenga noticias de Diatlov, te aviso.

- Sí, por favor.

Nos damos un corto abrazo y luego él le da un último trago a la botella de vodka, antes de que cada uno se vaya hacia su respectivo auto.

Intocables (Bratvá Zonyalenski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora