Capítulo 4: El hechicero mágico.

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Jennifer.

Hace días que no me paraba ni en la puerta de Steven ni en su trabajo, habíamos tenido una fuerte pelea aún más fuerte que la de la última vez.

Discutíamos por una estupidez, él reaccionaba repulsivo hacia mí. Con odio, cosa que es extraño de él, por más que te odie Steven nunca de los nunca te mirara con el mismo odio que yo mire en sus ojos.

Trate de pesar el peso que el cargaba en sus hombros, que tan difícil era tratar con un transtorno del sueño y cuando menos me lo esperaba Steven ya estaba gritando y pidiendo que me alejara de él.

Creí que necesitaba ayuda pero con lo que me dijo la última vez me dejó con un dejà vu horrible. Recuerdo claramente que cuando me dijo que me quería muy lejos y que no me entrometiera en lo que ya es historia había escuchado esa misma frase pero de diferente manera. En diferente tiempo.

Tal vez solo estoy demente y paranoica, debí haberle hecho caso a James y irme con él pero tenía miedo de dejar solo a Steven, su estado mental no me transmitía tanta paz. Algo había mal con él que hacía que tuviera miedo de tan siquiera dejarlo solo 5 minutos.

Estaba en mi habitación encerrada en las paredes grises y blancas. Recuerdo que mi padre había construido este edificio solo para que yo pudiera dormir en el cuarto piso y no rentara en otro lado de la ciudad.

De hecho recuerdo que cuando tenía seis años debí irme con él pero no lo hice por qué mi verdadera familia estaba corriendo peligro, supongo que desde ahí me encantaba ayudar a las personas, debí irme con él en cuanto me lo propuso.

Mi cuerpo estaba enrollado de las sábanas blancas, estaban frías al igual que la habitación. Se sentía tranquilo y estaba todo calmado, ni siquiera se oían los sonidos de los carros por la altura de mi departamento.

Estaba planeando en mi mente que debería llamar a ese mago o algo así me dijo James, la verdad no entendía por qué iríamos a un santuario la otra vez y menos lo entendía cuando nosotros estábamos en Londres y a dónde el quería ir era a Nueva York.

De igual manera mis manos estaban sosteniendo el teléfono y mis dedos apretando los números para marcar a el santuario de Nueva York, no importaba cual confundida estaba él podría tener las respuestas a mis preguntas.

Espere a que alguien contestará el teléfono, por estos momentos nadie lo contestaba comenzaba a ser agotador.

Espere y espere...

—¿Hola? —Dijo una voz masculina. Me levanté de la cama con esperanza.

—¿Wong? —Pregunté intrigada, a lo que escuche de James Wong era un muy buen amigo cercano a él.

—No, —Contesto frío y directo— Soy Stephen.

Oh maldita sea.

—¿Stephen Strange? —Replique cerrando los ojos con fuerza, claro que conocíamos a ese imbécil de...— Soy la hija de Julián Novak. ¿Me recuerdas? Es obvio que debes recordarme ya que casi demandas a mi padre por “intento” de asesinato.

Eclipse-Moon Knight. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora