Jeonmin estaba en el suelo de la sala principal, encogido como un niño perdido, los brazos rodeando sus rodillas y el rostro enterrado entre sollozos. Su respiración era entrecortada, su mente un torbellino de culpa.
No podía dejar de pensar en lo que había hecho.
El sonido seco de una llave girando en la cerradura lo hizo temblar.La puerta se abrió con lentitud.
Hyunjin entró, mirando alrededor. Su expresión se tornó preocupada al ver el estado de Jeonmin, encogido en el suelo, hecho un mar de lágrimas.
—¿Jeonmin...? —cerró la puerta con suavidad y se acercó rápidamente.
Jeonmin bajó aún más la cabeza, incapaz de sostenerle la mirada.
—No... Hyunjin, no —murmuró entre sollozos cuando el otro intentó abrazarlo.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —preguntó con voz temblorosa, agachándose frente a él.
—Lo siento... lo siento tanto... —su voz se quebró.
—Cariño, por favor, deja de llorar, dime qué ocurrió...
—¡No me llames así! —gritó, levantándose de golpe.
Hyunjin se quedó helado.
—Yang, yo... de verdad, lo siento si hice algo. Pero por favor dime qué pasa.
—¡Cállate! —le interrumpió Jeonmin, con lágrimas resbalando por su rostro. Tragó saliva, apenas podía hablar—. Lo siento...
Hyunjin intentó acercarse de nuevo, los brazos abiertos, pero Jeonmin retrocedió un paso.
—¡No me toques!
Un silencio denso se apoderó del lugar.
Entonces lo dijo.
—Yo maté a tu perro...
El aire pareció detenerse.
—¿Qué...? —susurró Hyunjin, sin comprender.
Jeonmin se dejó caer de nuevo al suelo, temblando.
—Tu perro está muerto… y… yo lo hice… ¡Yo lo hice!
El rostro de Hyunjin palideció. Sus labios se entreabrieron, pero ninguna palabra salió. Solo lo miró. El tiempo se rompió en mil pedazos entre ellos.
Jeonmin se cubrió la cara con las manos, sin dejar de repetirlo como un mantra de autodestrucción.
—Yo lo maté... yo lo maté...
Y el silencio que siguió no fue consuelo. Fue condena.

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Neurocognitivo
Misterio / SuspensoEntre el manto de la ignorancia y la realidad que se asoma, la vida de Han Jisung no es más que una ola que va y viene sin explicación alguna. Pero una decisión de su madre cambiará su camino para siempre. Un psicólogo será su compañero de viaje y u...