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El silencio se instauró entre los dos, no es como si tuvieran algo más que decirse después de exponer el dolor. Quizás sólo hacer algunas preguntas para llenar vacíos, claro, Haechan lo haría si Renjun tenía fuerzas para responderle.

―Debes tener muchas preguntas ¿Verdad? ―murmuró desde la cama.

Lee buscaba algo de ropa cómoda en las gavetas del placard, ladeo la cabeza mirando al omega y asintió.

―Sabes que puedo esperar, no quiero presionarte... ―quedó la frase incompleta. Deseaba mucho usar apodos tiernos, pero por mucho impulso que tuviera se negaba a hacer cualquier cosa que pudiera incomodar al omega.

―Usa los apodos si quieres, son lindos, como tu… cariño. ―Un leve sonrojo adorno las mejillas del chino tras mencionar aquellas palabras.

―Me gusta como suena eso en tus labios, bebé ―se acercó, dejando la ropa en un costado de la cama, montó despacio sobre el cuerpo blanquecino y beso sus labios. ―No quiero que te sientas obligado a contarme de tu pasado.

―Nada de eso ―suspiro y acarició su mejilla. ―Quiero contartelo, me hace bien.

Sus labios se encontraron, gozando de su cercanía.

―Primero vamos a vestirte o te enfermaras. ―dijo Haechan separándose de él.

Renjun se puso los pantalones y permitió al alfa colocarle el resto de su ropa. Una vez que estuvo cubierto, separaron la sábanas de la cama, listos para recostarse. Dado que los eventos ocurridos fueron extensos, se hizo tarde, la noche comenzaba a caer de a poco, razón por la que preferían estar en cama un rato.

El alfa abrazo a su omega, arropados entre los cobertores, dedicaron el tiempo a mimarse mutuamente por un rato.

―Me recuerdo gritando, haciendo todo lo posible para que me soltará, ―tembló al recordarlo. ―Jisung me dejó ir una vez que la sangre fresca me cubrió la mitad del cuerpo, fue escalofriante.

Haechan lo escuchaba con atención, besando su cuello repetidas veces.
―¿Por qué lo ocultaron? Fue algo muy grave. ―suspiró sobre el cuello terso, erizando su piel.

―Miedo, no sabíamos lo que estaba pasando, incluso los médicos me preguntaron si pensaba levantar cargos y me negué. ―acaricio las manos del alfa, posadas sobre su estómago. ―Era algo que estaba más allá de lo que mi ex esposo podía controlar, después, gracias a los médicos supimos que tenía una razón. ―lo que él le confesó en el baño. ―Nos vimos en la presión de decidir que hacer, había un tratamiento viable, en un centro de rehabilitación.

―Imagino que no lo hizo.

Lee tenía razón, Huang hizo un pequeño ruido con los labios, dando a entender que estaba en lo cierto.

―Moría de miedo, los dos. Jisung me juro que podía controlarse si se esforzaba, que lo haría por si mismo.

Claro que, al final de cuentas no pudo cumplir con su promesa.

―Dime, con sinceridad. ―se movió quedando encima del omega. ―¿Te hizo daño otra vez? ―preguntó inquieto.

―No, es decir, me levantó la voz discutiendo, y una vez me empujó, pero nunca volvió a ser como ese día. ―respiró, relajando sus nervios, ya que hablar de eso le quitó un gran peso de encima.

Haechan apoyo su frente sobre la ajena, respirando el mismo aire, le acaricio el rostro, perdido en su belleza y todo lo que Renjun estaba significando para él.

―De ahora en adelante nadie te volverá a tocar ni un solo cabello, no me moveré de tu lado. Lo prometo. ―dejó un dulce y suave beso en sus labios.

Lento bajo hacia el cuello, hipnotizado, fue dejando una hilera de pequeños besos. Renjun le acarició el cabello y pensó de repente en la marca.

―Dongsookie... no te he dicho, pero, hoy Jisung me contó demasiadas cosas. ―habló llamando su atención.

―Lo había olvidado, ¿Qué te dijo? ―preguntó sin dejar de degustar la piel del cuello.

Le detalló todo lo que hablaron, cosas que sorprendieron al castaño, ambos se miraron pensativos, mientras Renjun recordaba esas palabras sobre la mujer y la marca.

―Puedes marcarme temporalmente, aún no puedo aceptar tu marca oficial. ― suspiró, deseando que todo fuera más fácil.

―¿Intentarás ayudar a la primer amante de Jisung? ―para Renjun el buen corazón de su omega no tenía límites.

―¿Qué más puedo hacer? Esa mujer ni siquiera sabe que su vida corre peligro, imagínate que yo estoy a salvo contigo, pero ¿Si Jisung intenta marcarme? ¿Y si marca a alguien más? No estaré tranquilo sabiendo que una persona puede morir solo por haberse cruzado en el camino equivocado.

Deslizó sus manos por la cintura del alfa, subiendo a su espalda, amaba la sensación de acariciar esa zona.

―Bien, te ayudaré a encontrarla, para eso por desgracia debemos ir a la casa que compartías con Jisung, debe haber alguna pista ahí, la tarjeta del bar o algo. ―Resoplo, no le gustaba mucho pero si quería ser su guardián debía estar donde su omega estuviera.

―Si, espero que encontremos algo. ―esparció más caricias, gustoso. ―¿Qué opinas sobre marcarme? No me haz dado ninguna respuesta.

Le sonrió, ansioso por saber si al menos podría tener una muestra de lo que se siente pertenecer a quien ahora es su alfa.

―Bueno, no puedo rechazar esa oferta. ―Haechan mordió su labio inferior, colocando las piernas del pelinegro rededor de su cadera.

Su mano acarició el muslo, dando ligeras presiones hasta llegar al glúteo y masajearlo a gusto.

―¿Pero? ―Renjun suspiró, dejándose hacer, mientras con las manos levantaba la camiseta de Haechan, acariciando su piel tan suave.

―Soy consciente de que es una marca temporal, y que aún estás en celo, ahora que lo pienso. ―miró al omega con preocupación. ―¿Crees poder resistir tanto? Es decir, si no encontramos a esa mujer antes que tu celo acabe ¿Podrás soportar hasta el próximo celo? ―le sostuvo la mirada expectante.

―Lo haré, pero se que no hará falta, tenemos una semana y media más, con tu marca en mi cuello podré soportarlo, después de todo una mordida temporal dura una semana ¿No?

Mordió y tiró del labio inferior de su pareja.

―Si… Cuando todo esto termine serás mío, mi omega, y por fin tendremos un lazo. ―Sonrió.

Renjun asintió, ansioso por continuar la sesión de besos y caricias.

―Ahora si, voy a marcarte. ―levantó el rostro y se acercó a su oído, ―Después de hacerte el amor. ―Le susurró, seductor.

―Me siento como un adolescente, tan inexperto. ―murmuró quitando la camiseta del alfa.

Para Renjun, su compañero tenía un cuerpo hermoso, el abdomen marcado, pero sin exagerar, era el volumen perfecto, un tatuaje cubría su costilla derecha, así como tenía tatuajes en los codos y las muñecas, le daba un aspecto realmente sensual.

―Te haré sentir muy bien, seré tu guía esta noche, solo déjate llevar.

Esas palabras eran tranquilizadoras para Renjun, el omega se sintió a salvo por primera vez, al fin estaba en un lugar seguro. Haechan era su lugar seguro.

INFIDELIDAD  °Renhyuck°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora