Amor en acuarelas II

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La alarma sonó una vez más, mi cuerpo dolía.

De fondo se escuchaban voces cantando alegremente, como cada mañana. Lave mis dientes, me di un baño, cepille mi rebelde melena Azabache ¿Por qué no fui hombre? Dios, tomé mi mochila y baje para encontrarme con el concierto que brindaba mi hermano Tengen a lado de mamá, papá y yo intercambiamos miradas, ya era costumbre.

-¡Buen día cariño!–. Saludo mamá, tomé asiento a lado de Tengen y respondí casi arrastrando las palabras.

-Hola má…

-¡Oi! ¿Qué son esas ganas mujer? Hoy es un grandioso día para disfrutarlo–.  Tengen tomó la comisura de mis labios y los forzó hacia arriba–. Sonríe más para tu hermano.

El había heredado la actitud extrovertida de nuestra madre, mientras que mi padre y yo no sabíamos como salir de nuestra actitud introvertida, siempre me preguntaba ¿Cómo conquistó a mamá? Dios mío, a veces quería ser yo quien hubiese heredado la actitud atrevida de mi madre, a Tengen le sobraban las puertas abiertas, y a mi me sobraban las ganas de huir cuando se trataba de la gente en multitudes.

-¿Tú no deberías estar en el trabajo?–. Indague mientras tomaba sus manos y las apartaba de mi rostro, el enarco una ceja.

-¿De que hablas? Hoy es sábado, mi entrada es hasta medio día–. Le miré incrédula

¿En que planeta estaba? Bufé por lo bajo, papá me dio una sonrisa con total comprensión, el sabía lo mal que me traía el último año de universidad. Decidí seguir con mi desayuno, hasta que entró una llamada a mi teléfono. Mamá me dio una mirada interrogativa. Tengen solo se acercó de lado para ver quién me llamaba, no conoce de espacio personal.

-Es Shinsou–. Abrí la llamada y unas risas se escuchaban de fondo tras el teléfono. Es probable que estuviesen con Monoma y Kendo.

‐¡Hola Yeli! Soy Denki. Hablo para decirte que pasaremos por ti a las 6:00 en punto.

-¿A dónde iremos?–. Le di una mordida a mi pan tostado mientras veía como mis padres se miraban entre sí.

-¿Lo olvidaste? Hoy es la fiesta anual.

-Oh..–. Mierda, ni siquiera lo recordaba, ¿Era hoy?

-Shinsou dijo que iría si tú aceptabas ¿Qué dices? –. Maldito, siempre arrojando sus decisiones sobre los demás, casi siempre.

-¿La fiesta anual eh? Es probable que mi familia tenga planes para esta tarde y…–. No, era claro que no los tenían, pero yo tampoco tenía ánimos de asistir a una fiesta en dónde probablemente Shoto y sus demás amigos también estarían.

-Escucha chica, vas a ir con nosotros por que no quiero ser la única chica entre tantos idiotas–. Un “¡OYE¡” como reclamo se escucho de parte de los chicos. Era Kendo quien hablaba.

-No lo sé Ken…–. Mi mamá me mostró una nota desde su teléfono “Tienes permiso, si no vas ahora no lo harás nunca. Divierte linda”. Yo solo sonreí y asentí con la cabeza–. Esta bien, iré con ustedes–. Se Escucharon gritos de victoria del otro lado de la línea, tuve que alejar el teléfono de mi. Nos despedimos y colgué la llamada. Terminamos de desayunar y mi hermano mayor y yo apoyamos a mamá a lavar los platos y vasos que restaban de la noche anterior.

-Puedo pasar a recogerte después, saldré a las 10:00 de la noche–. Dijo mientras secaba los utensilios.

-Claro, robare una botella para ti si eres puntual.

-¡LOS ESCUCHE!

Tengen y yo salimos disparados de la cocina en cuanto escuchamos que mamá venía de la sala, nos metimos cada uno a nuestra habitación y cerramos la puerta con seguro. Mamá y papá no le gustaba escuchar que sus hijos se comportaban de esa forma.

FRÍOS Y ARDIENTES ESCENARIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora