FRÍOS Y ARDIENTES ESCENARIOS

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>>¿Puedes salir un momento? Serán solo unos minutos, a las 2:00 en punto, estaré a seis cuadras, frente al pórtico de autos<<

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Un silencio se hizo presente entre ambos, mi vista estaba al frente y mis manos rodeaban el volante con fuerza, me sentí abrumado por soltar las palabras de aquella manera, por más más luchaba no pude sacarla de mi mente, y eso me estaba consumiendo, Amy es su amiga, me vi desesperado y probablemente estúpido por la forma de expresar lo que sentía, estaba hecho de todas formas.

-Se bien que mi amiga te interesa, lo pude ver desde el primer momento en que ambos se conocieron–. Mi vista se posó en ella cuándo escuché como se aclaro la garganta–. Tal vez no me corresponda decírtelo, pero…

-Tiene novio–. La interrumpí, ella hizo una mueca antes de responder.

-¿Sabes? Aun que Shigaraki sea su novio, no creo que lo quiera como tal–. Me sorprendió aquello que dijo, pero quise saber de más, así que seguí escuchando.

>> Cuándo ellos dos se conocieron, ella estaba en su punto más bajo en aquel entonces, su madre la había abandonado, igual que a mi, ambas nos conocimos en las calles a la edad de doce años, nos habían echado a la calle después de  no pagar meses de renta, así que ambas nos hicimos amigas, pasaron al menos dos años en el que Yelena y yo nos la pasamos de trabajo en trabajo, buscando de alguna manera sobrevivir, fue entonces cuando ambas conocimos a Shigaraki, al principio éramos muy buenos amigos, no había nada que no hiciéramos juntos, pero un día Shigaraki me confeso que estaba enamorado de Yelena y quería darle un futuro acogedor, yo apoye su decisión, pero nunca supe de sus planes, tan solo éramos unos jóvenes para aquellos tiempos y se me hacia imposible creer que lo lograríamos, pero el no se rindió, así que a espaldas de ambas, el empezó con un pequeño negocio que creció con el paso del tiempo, el dinero que recaudo lo invirtió en un lugar en mejores condiciones, fue así como ‘Coffe, un lugar para respirar paz’ surgió a base de esfuerzo, Yelena y yo estábamos fascinados por el logró de nuestro amigo. Fue de un momento a otro cuando Shigaraki le propuso a Yelena empezar una relación, todo marchaba bien, ella se veía feliz, ambas empezamos a trabajar en el aquel lugar… pero todo cambió cuando Shigaraki se hizo socio de un tal Chisaki, él le ofreció extender el negocio. Los meses pasaron y el lugar cambió, pasó de ser solo un café por las mañanas, a ser un Bar también por las noches, el cambió no solo apareció en el negoció, Shigaraki también cambió y eso afecto a Yelena de forma emocional, todo se volvió rutina entre ellos, lo que era amor, felicidad, paz y cariño entre ambos, se volvieron gritos, noches de llanto de parte de Yelena, falta de atención de Shigaraki, y algunas veces llegaron a los golpes. Puedo asegurarte que ambos se sostienen en una relación por mero compromiso, Yelena no puede soltarlo por qué cree que le debe todo a  Shigaraki, y él cree que debe compensar a Yelena por todas las malas acciones que ha hecho en su contra<<

-¿A que te refieres con eso último?–. Pregunte con deje de sospecha.

>> Shigaraki no solo dejó de prestarle su atención a Yelena, nos hizo a un lado rotundamente a ambas. En una ocasión, Yelena y yo volvíamos de hacer las compras, habíamos rentado un departamento cerca del negocio, los tres vivíamos allí, así que Yelena y yo decidimos llegar más temprano de lo normal al Bar por que Shigaraki no llegó a dormir esa noche por asuntos de negocio con Chisaki, Yelena insistió en llevarle algo de comer, así que preparo algo para él y para cuando terminamos, ambas nos dirigimos al lugar, abrimos el lugar debido a que era día libre para todos y  por ello estaba cerrado por dentro, al dar el primer paso al interior un sonido llamó nuestra atención, vi a Yelena estremecerse en su lugar, aún así ella avanzo hasta la puerta de la oficina en dónde Shigaraki se encontraba, yo la seguí por detrás temiendo lo peor, la mano temblorosa de mi amiga tomó el picaporte y lo giró, jamás sacaré de mi mente el rostro destrozado de Yelena en aquel día, Shigaraki tenía a Toga encima, una chica rubia que trabajaba con nosotros en el Bar, a Yelena se le destrozo el corazón cuando vio como Tomura Shigaraki la engañaba con una que también decía ser su amiga, el sonido de la puerta los puso en alerta a ambos, Shigaraki vio con terror a Yelena, se quito de encima a Toga y tomó apresuradamente su ropa con el fin de alcanzar a Yelena. No supe lo que pasó entre ellos, pero se muy bien que ambos decidieron seguir con lo que llamaban relación <<

-Fue el quién la golpeó–. Solté con rabia, vi a Amy removerse incomoda sobre su asiento, de forma indecisa me hizo saber que estaba en lo correcto.

-Es la primera vez que lo hace–. Se retractó de inmediato al meditar su palabras–. A menos la primera después de mucho tiempo. De nuevo. No se que sucedió, Yelena no ah querido decírmelo.

-¿Crees que pueda hablar con ella?

-Por supuesto, te daré su número–. Ella sacó un bloc de notas y empezó apuntando los números en esta–. Procura llamarla entre nueve y doce de la noche, a esa hora Shigaraki se encuentra en el Bar y Yelena acaba su turno media hora antes de las veintiún horas–. Dijo mientras me extendía el papel con tinta–. Suerte Todoroki-San.

Sin más, salió del auto y la vi avanzar dos cuadras adelante, vi a Bakugou abrazarla y llenarla de besos, ambos subieron a la moto del rubio y yo me quedé meditando en todo lo que Amy me había contado sobre Yelena. Mi corazón dolía al recordar cada una de las palabras que salieron de su boca.
Encendí de nuevo el auto y me dirigí a mi departamento.
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Termine de darme una ducha, me senté sobre el sillón de la sala y mi vista se posos en aquella hoja de papel amarilla, solté el aire de forma lenta y pausada, tomé el papel entre mis manos y pase el número a mi teléfono, lo registre. Tecleé unas cuantas veces hasta armar un texto y medite una vez más, pensando en si debía o no enviarlo. Mis dedos se detuvieron sobre aquel táctil…
Presione “enviar” y tan rápido como lo hice, apague el teléfono.

>>Midorya, necesito un consejo<<

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No me atreví a tanto, lo mejor que podía hacer era meditar con alguien más, una decisión apresurada podría traerme problemas, ella estaba de por medio.