•Marín•

10 1 0
                                    


☆ ☆ ☆ ☆
.
.
.
......_♧_......
.
.
.

Verano de 1914, el año que cambiaría para todos, no había excepciones ni clasificación social para el pueblo de Hosu, los altos mandos del gobierno habían dado la orden de evacuar la ciudad, disputas entre países, había provocado el desenlace de una guerra a nivel mundial, la urgencia de llegar a los refugios era anhelante para ellos.

La noticia que se extendió como pólvora solo se aplico para aquellos que no estaban al servicio del gobierno, la guardia marina y los pies de la milicia se movían de un extremo a otro para socorrer en ayuda de los civiles y llevarlos a lugar seguro.

-Yelena, mueve los pacientes a la zona 12

-¿Qué sucede?

-Son ordenes de directiva

-Soy enfermera, no soldado

Ambas reímos en busca de calamar nuestro cansancio y lamento, la rutina de siempre se había removido hace más de 3 años, la guerra seguía y lamentablemente las bajas eran enormes. Personas heridas, hombres destrozados de las piernas incapaces de volver a caminar por si solos, fallecidos cada 5 minutos, ni hablar, no se dejaban de atender heridos por doquier. La mayoría de los hospitales habían sido destruidos, sabrán los cielos como es que Amy y yo sobrevivimos, éramos una de las pocas enfermeras que habían logrado salir ilesas de aquel bombardeo.

Por razones lógicas se hizo una zona de carpas improvisadas como sanatorio de atención para los civiles y afiliados de la guardia marina y la milicia que resultaban afectados, estaban establecidas en 14 divisiones, cada área estaba clasificada según la urgencia necesaria. De la sala 1-2 se encontraban las personas relativamente estabilizadas, mientras que en el área 3-5 estaban destinadas a las operaciones quirúrgicas, incluso se había realizado un área a mujeres en labor de parto, su área abarcaba desde la 6-8, yo seguía preguntándome ¿Cómo podía haber mujeres en esa situación? ¿Quién en su sano juicio concebía en plena guerra? Pensarlo me erizaba la piel, no quisiera estar en esos zapatos. A lado de ellas se encontraba el área de urgencias, desde el área 9-11 era una de las zonas más ocupadas y con mayor espacio de acceso, la 12 siendo la última área se enfocaba en revisión de los pacientes, todo con el fin de evaluar y en el mejor de los casos, darlos de alta.

-Yelena, necesitamos ayuda con el paciente de la camilla 13

-Deberíamos llamarlo el loco de la camilla trece, no hace mas que gritar-. Solté fastidiada, de tan solo pensar que tenia que ir y atender a aquel rubio cenizo de pelo pincho me acongojaba de estrés.

Una suave risa se escucho del otro lado de la cortina, era Ami.

-Dame un minuto, iré contigo-. Dijo de forma dulce, su rostro se vio acalorado con esas mejillas que se teñían de rosa coral, algo raro sucedía con ella, tenia al menos dos semanas en la que su comportamiento era extraño e intrigante…. ¿Estaría agotada? No, han sido días “tranquilos” en lo que respecta, ¿Estreñida? Tampoco, eso no explicaría su comportamiento tan suave, además, ella cuida mucho su salud y la de los demás. ¿Acaso ella…? No podría… eso es imposible, Ami jamás había tenido un interés amoroso con alguien, mucho menos a estas alturas.

-Oi ¿Te sientes bien? Tus mejillas están rojas

-E-e claro que sí, es solo el fresco.

-¿Cuál? Estamos a más de cuarenta grados, podría poner insectos a hornear con este sol, Dios.

Ambas nos dirigimos para dar la atención que requería  el susodicho, llevaba a penas tres semanas de estar en la zona de chequeo y nos daba problemas para cuando le tocaba ser evaluado, no me pagaban por soportar un carácter tan explosivo. Al girar a nuestra última derecha del pasillo que daba hacia el área, escuchamos los gritos ya conocidos que expresaba dicha persona.

FRÍOS Y ARDIENTES ESCENARIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora