Divide mi corazón en tres || Hijas Dimitrescu

Capítulo 2

Como habías anticipado, tu familia te animó a ir. Elena estaba encantada de que te invitaran al castillo, pero fue muy firme en que deberías ser respetuosa.

La noche antes de tu partida, tu familia te ofreció un festín. La mesa estaba llena de tus productos para untar favoritos. La mayoría de ellos fueron cocinados por tu madre. Te encanta su guiso, está lleno de verduras y trozos de carne. Ibas a extrañar su comida.

—Cariño, si aceptas la oferta de la reina, por favor, POR FAVOR recuerda cuidarte —te suplicaba tu madre. Te hizo sonreír tímidamente. Tenías la costumbre de estar absorta en tu trabajo, descuidando todo menos tu proyecto. Tu madre a menudo tenía que arrastrarte fuera de tu estudio para recordarte que comieras.

—Lo intentaré, madre.

—Me preocupo por ti. —Tu madre suspiró pero cuando te miró de nuevo, tenía una amplia sonrisa—. Pero estoy muy orgullosa de ti. —La sentiste tocar la comisura de tus labios y luego besó tu frente—. Muy orgullosa.

—Gracias mamá. —Sonreíste tímidamente. Tu madre era una mujer muy dulce y la muestra de afecto era constante, pero nunca dejaba de hacerte sentir tímida.

—Morgan, recuerda traer algunas frutas contigo —tu abuela aconsejó—. Naranjas, las necesitarás si te escondes, te ayudarán con tu piel.

Te tocaste la cara con preocupación. —No está mal, ¿verdad? —Te volviste hacia Elena que estaba escondiendo una risita.

—Deberías escuchar a la abuela.

—¿En serio? —Le preguntaste a Elena y la mesa se echó a reír.

—Vamos, sean amable con Morgan. Esta será su última cena con nosotros por un tiempo. —Tu padre te salvó—. Pero recuerda llevar algunos abrigos gruesos, la capital es más fría durante el invierno.

—Dices eso como si ella fuera a salir, papá —Elena bromeó y se rió de su broma, te dio una palmada en el hombro.

—¡Me gustaría! —protestaste, pero también murmuraste en voz baja un—; Probablemente.

La mesa se echó a reír y tú también. Los ibas a extrañar mucho. Si decidieras tomar esta comisión, no estabas segura de cuánto tiempo tomaría. Podrías estar fuera por meses y no verías a tu familia por un tiempo.

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Al día siguiente, empacaste lo esencial. Decidiste no empacar ningún material además de tu cuaderno de bocetos y lápices, en caso de que rechazaras esta comisión. Tu padre te aseguró que te enviaría todo lo que necesitases, simplemente tenías que enviar una carta. Elena tenía los ojos empañados y eso hizo que tu madre llorara.

—No tienes que llorar. No me iré para siempre. —Razonaste con ellos, pero tú también estabas tratando de contenerte para no llorar. Los extrañarías.

—Lo sé, pero nunca hemos estado separados antes. —Era cierto, tu madre siempre estuvo a tu lado sin importar nada—. Saber que te vas de nuestra casa hoy, es solo...

Abrazaste a tu madre. —Lo sé, mamá. —Besaste la parte superior de su cabeza; Todavía fue increíble darte cuenta de cuánto has crecido. Solías pensar que eras alta como una niña, pero ahora eras mucho más alta—. Te escribiré mamá, sé que te extrañaría demasiado.

—Más te vale o asaltaré la capital para darte una buena regañina.

Soltaste a tu madre mientras te reías de sus palabras. Miraste a Elena. —Cuida de nuestros padres y abuela mientras estoy fuera.