En los años 1810, 4 princesas de un reino son obligadas a salvar a su nación de una guerra que puede traer mucha desgracia. La forma de salvar a su gente es casándose con los príncipes de la nación enemiga, y formar alianzas.
La nación enemiga tien...
- No lo sé, no me lo había preguntado - Nanda me mirá - ¿Tu si? - ¿Que debo contestar a eso? Como le explicó que acabo de soñar algo extraño y relacionado al baile de 3 días.
- No, hasta ahora me surgió la duda - Mentí.
- Pues, dicen que son diferentes a nosotros ¿No? - Pregunto Kari.
- Si, pero no tanto - Nanda miró el libro - Bueno no lo sé.
- ¿Y si son feos?, y ¿Si son muy mayores? - Kari nos miró con terror, haciendo que ahora yo sintiera ese pánico, no estoy lista para eso.
- Padre dijo que son de diferentes edades y que escogieron a nuestras parejas por las edades, asi que mayores no serán - Le contesté.
- No sabemos si son de nuestra edad o más, esto me hace sentir mal e incomoda - Kari me secundaba.
Estábamos dentro del castillo, habíamos tomado una ducha, y nos reunimos a cenar, bajando las tres en conjunto.
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Elizabeth nos miró, pidió disculpas y se retiró, dejándonos así solas.
- Sigue molesta - comenté.
- Es con todas - Nanda tomó asiento - Alguien tuvo que decirle a donde fuimos.
Kari, la miró a lo lejos, mi hermana solía mantenernos a todas juntas no quisiéramos.
- Me siento mal por ella - Nanda miró a Kari - Pero ella no puede estar a cargo de nuestras vidas, ropa y comida toda la vida, ni siquiera a mi me permite hacer las cosas por mi cuenta.
- Está bien, cambiemos este tema, Elizabeth tendrá sus razones para haberse retirado - ella volteo a ambos lados - Hablemos de lo que nosotras soñábamos del amor.
Nanda comenzó a toser, y yo solo las observé.
- Sabes que no podemos hablar de eso aquí, la gente pensará que somos, ya saben promiscuas.
- Ay - Kari se acomoda en la silla - Por favor, se que no lo somos, pero nunca hemos hablado de algo así, Elizabeth siempre está aprovechemos que no está aquí por ahora.
¿Soñar del amor? Nunca lo había pensado, ni siquiera había pensado que alguna vez me tendría que casar.
- Empieza tu Kari - Nanda señaló a Kari con el tenedor.
- Bueno, siempre he soñado con el día de mi boda - ella acomodó su cabello detrás de la oreja - Quiero un hombre que me haga sentir protegida, de todo, y de todos, que por fuera sea frío y complicado, pero por dentro, amigable, amoroso y comprensivo, un hombre tierno, y con el mismo deseo que yo de poder formar una familia y una vida a mi lado - soltó la cuchara en su sopa y nos miró - Que me traté como una bella flor en primavera, y a las demás casaderas de la nación, como flores silvestres, que hay que arrancarlas para que eviten enredarse en el rosal, que me diga lo bella que soy todos los dias, y me llené de besos y caricias - azotó sus manos en la mesa - Fin.
