POV KARI:
La noche podía sentirse, no sabía si estaba lista o tan siquiera me sentía preparada para tan siquiera imaginar que realmente Smith podría estar aquí, en lo más mínimo, me sentía atrapada y sin comprender, era casi imposible que me sintiera atraída a Jungkook, ya que no lo conocía, solo era alguien con quien tenía que formar un vínculo comprometedor solo por términos de tierras, familia, apellido... solo era eso.
- ¿Señorita Kari? - Ana entró a la habitación - Un caballero la ha estado buscando todo el día, no se ha detenido, su nombre es..
- Smith - miré a Ana y ella asintió - Dile que bajaré en un momento - Ana asintió y comenzó a caminar fuera de la habitación - Espera Ana - ella se detuvo y nuevamente me miró - No me dejes sola con el.
- ¿Todo bien princesa? - pude sentir mis ojos calientes, no se que esta pasando, Smith y yo tenemos una historia demasiado larga y que cumplir, hicimos juramentos que deben cumplirse.
- Si, solo no es correcto que una princesa comprometida se quede con un.... - lo pensé, que diría - un extraño.
Ella me miró confundida pero asintió y salió de la habitación, me acerqué al espejo.
¿Qué es lo que quieres Kari? Me miré de nuevo, desde que Smith se había ido me había sumido en una depresión de lo más voraz e indeseable, no había siquiera comido o dormido por escribirle miles de cartas en donde le mencionaba lo enamorada que estaba, y lo tanto que esperaba su regreso, pero... No se si realmente deseaba con tantas ganas su regreso.
La primera vez que me acerqué al chico de bella sonrisa y nariz expresiva, fue solo uno de aquellos que las nuevas generaciones llaman, amor a primera vista, pero no fue solo eso lo que me cautivó de él, sino, lo competitivo que parecía ser solo para hablar de un pan, de lo sincero que fue en expresarse, y lo rápido que supo reaccionar cuando le dije que yo era la princesa y era mi receta, su cara de sorpresa siempre será mi recuerdo favorito.
Cuando solía cocinarle a Smith, el solo la comía solo por ser comida, a veces decía que estaba demasiado dulce, o demasiado salada, sonreía pero eso era todo.
Siempre he sido fanática del cielo, las aves, el día, la noche, hablar de la belleza no solo de la naturaleza, ni animal, sino humana.
Nadie nunca me había regalado una estrella, pensé que debía tocarla para poseerla, pero Jungkook me demostró que también puedes regalar aunque no te pertenezca sin esperar nada a cambio.
¿Por qué regalar tu estrella favorita a una completa desconocida?
Nos han regalado tantas cosas por ser solo de la realeza pero, nunca algo así o parecido.
Miré el final de las escaleras con miedo, pero decidida, tenía que ayudar a mi pueblo, eso era más importante que lo que sentía por Smith.
Comencé a bajar las escaleras mientras tomaba el agarre de esta misma, podía sentir mis manos demasiado frías y sudorosas a la vez, aún así no era momento para mirar atrás y correr, pude mirar sus zapatos, y su traje, perfectamente planchado para la ocasión, tragué saliva.
Me encontré con su cara y una sonrisa demasiado tosca, no era nada comparada con la de Jungkook, cuando él sonreía sus ojos se achicaban y su nariz se arrugaba. La nariz de Smith era aguileña y sus ojos fríos y grandes, a pesar de tener un azul en ellos, se veaía vacío. ¿Cuántas personas habrían muerto por su mano?
Miré al piso, no quisé sonreír, al llegar al piso, él se acercó corriendo y me abrazó, no correspondí al abrazo, solo lo deje pasar, no podía solo ignorarlo, o soltar su agarré, tenía que ser sincera.
ESTÁS LEYENDO
Té de Dalia (Fanfic OT7)
Подростковая литератураEn los años 1810, 4 princesas de un reino son obligadas a salvar a su nación de una guerra que puede traer mucha desgracia. La forma de salvar a su gente es casándose con los príncipes de la nación enemiga, y formar alianzas. La nación enemiga tien...