Si el destino quería que Harry le ofreciera una disculpa a Draco, era definitivo que no lo estaba haciendo bien.
Lily había insistido en dejarlo tirado en la cama, ni siquiera dejó que se colocará las gafas al despertar. Y quizás eso era porque Harry había sido demasiado ruidoso al estornudar y toser dormido.
—No vas a ir a ninguna parte, no mientras parezcas estar a segundos de caer muerto —dijo con firmeza, recibiendo el termómetro que Harry le devolvía—. No tienes fiebre... Aún así podría ser peligroso que salgas. La fiebre no es el único síntoma que deberíamos tomar en cuenta en una enfermedad.
Harry rodó los ojos. Su cabeza aún no dolía lo suficiente para que sus ganas de salir disminuyeran, y tal vez la única razón por la que quería salir era porque realmente le debía una disculpa a Draco.
Se sentía demasiado confundido consigo mismo. ¿Como había dejado que su instinto ganará? Eso era tan ridículo, odiaba a su instinto alfa al que Draco probablemente también odiaba.
Lo extrañaba, no al instinto, sino a Draco. Extrañaba la sensación de que el omega estaría feliz de verlo, porque sabía que ahora esa felicidad había sido reemplazada por una mirada decepcionada. Eso solo le daban ganas de llorar como el patético, débil e idiota alfa que era.
Lo único bueno que sucedió ese día fue que se sintió libre de dormir todo lo que él quisiera. Comió solo cuando Lily le subía la comida a su cuarto y se entretenía con los chismes que James llegaba a decirle cada dos horas.
Sin embargo, seguía sintiendo que no estaría tranquilo hasta que le ofreciera disculpas a Draco y este las aceptara. El omega siempre había sido muy orgullosos con sus ideales, así que sería normal que no aceptara sus disculpas, pero su mirada la noche anterior decía que ya no se trataba de orgullo; se trataba de algo mucho más grande que eso, y es que quizás Draco lo había dejado con altas expectativas de lo que podía llegar a ser, y eso lo llevó a sentirse traicionado por el único alfa que le agradaba realmente.
O eso creía Harry, porque realmente no tenía ni idea de la manera en que pensaba Draco ahora. Ni siquiera sabía si estaba bien u horriblemente mal con esa lejanía entre ellos.
Afortunadamente, cuando la hermosa luna comenzaba a aparecerse por su ventana, Lily subió y abrió la puerta de la habitación, notándose más alegre de lo que había estado aquella mañana.
—Tienes una visita, cariño —dijo, haciéndose a un lado. Y Harry casi cae de la cama al ver a Draco parado detrás de ella, sosteniendo una canasta con una manta encima, portando sobre sus hombros una capa larga de ese color champagne que tanto le gustaba.
—Muchas gracias por el recorrido, señora Potter —agradeció suavemente el menor, susurrando un suave y educado "permiso" mientras pasaba por el marco café de la puerta—, fue muy agradable.
—Cuando gustes, cielo —sonrió la pelirroja alfa, inclinándose hacia la puerta para cerrarla un poco—. No es bueno dejarlos encerrados...
Draco soltó una risita algo forzada mientras la veía ir hacia las escaleras. Harry solo pudo mirar sorprendido hacia la puerta, había entendido lo que su madre había querido decir.
—Estas rojito —dijo el rubio, dejando la canasta sobre los pies de la cama, tomando asiento junto a la silla que había junto a la mesilla de noche del lado izquierdo—. ¿Como te sientes?
—Bien —respondió, tan rápido que le dio hasta pena mirarlo a los ojos.
—Eso es bueno —murmuró el omega—, supongo... —poso su mano sobre la frente del alfa, sintiéndola fría y algo temblorosa—. No tienes fiebre... ¿Has tenido ganas de vomitar, de ir al baño?
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In the november rain
FanfictionConocerlo fue increíble. Ser su amigo lo fue aún más. Enamorarse de él... quizás fue lo más doloroso y hermoso que le pasó en la vida. Fanfiction del universo de Harry Potter. Harco/Drarry AU sin magia. Omegaverse. DracoOmega! HarryAlfa! El unive...