Cuando se estudia un fenómeno enmarcado con una palabra tomada del habla popular, la definición del objeto no es un asunto de poca importancia. La palabra necesita una definición rigurosa, pero a la vez esa definición rigurosa tiene que coincidir aproximadamente con el uso popular de la misma. Estos dos objetivos no son fáciles de satisfacer ambos
Implícita en Hobbes está la definición de la guerra como la ausencia de una ley en común. El estado de guerra existe allí donde dos grupos de hombres no reconocen una ley común. Los combates son sólo una consecuencia del estado de guerra, no algo esencial en este.
Von Clausewitz definía la guerra como "la imposición por la fuerza de nuestra voluntad a otro".
Estas definiciones filosóficas tienen el inconveniente de abarcar también muchos fenómenos que popularmente no se llaman guerras. ¿Hobbes consideraba al crimen una guerra? ¿Según la definición de Von Clausewitz una paliza doméstica es una guerra?
Por eso se prefieren con frecuencia otras definiciones de origen empírico, más vagas en sus conceptos, como "violencia organizada a gran escala", o "Dos grupos de hombres armados que se disputan un territorio".
Personalmente prefiero la definición de Hobbes y, en consecuencia, considero que, en efecto, no hay ninguna diferencia esencial entre la guerra y el crimen. El crimen es una pequeña guerra; la guerra, un crimen a gran escala. Las guerras para cobrar una deuda, hoy infrecuentes, pero uno de los tipos de guerra más comunes hasta hace un siglo, no se diferencian del envío de rompe-huesos típico de todo usurero más que en la escala. Por no mencionar el fenómeno frecuente en que una mera excursión de piratería, al encontrarse con una resistencia menor a la esperada, se convierte en una invasión.
Esta definición, por otra parte, tiene algunas virtudes sobre la definición de la guerra por los combates o por las declaraciones formales. Dos grupos de hombres que no reconocen una ley común no necesariamente se combaten todo el tiempo: a veces pasan años o incluso generaciones de una operación militar a la siguiente y, sin embargo, el período intermedio no fue de paz. Por otra parte, las declaraciones formales de guerra suelen coincidir sólo de modo muy superficial con las verdaderas relaciones diplomáticas, como ocurre con todo formalismo. El inicio de la guerra debe establecerse en el momento en que se deja de reconocer una ley en común, no en el momento de la declaración formal, si es que la hubo, ni en el momento de la primera operación militar. En una guerra, quien dejó primero de reconocer una ley en común es el agresor, no quien hizo la primera operación militar.
Otra consecuencia importante de definir la guerra como la ausencia de una ley en común es que elimina la distinción entre la guerra y la esclavitud. La esclavitud no es otra cosa que la perpetuación del estado de rendición incondicional. En las rebeliones de esclavos, por lo tanto, lo único que ocurre es que se reanudan los combates, pero el estado de guerra en realidad nunca había desaparecido.
Por último, si la guerra no es otra cosa que piratería a gran escala, la inmoralidad de la guerra es indudable. Algo que no queda tan claro en otras definiciones. La guerra es la continuación de la piratería por otros medios. No verla como lo que es ha llevado a postular toda clase de disparates, como el principio de ocupación prolongada. Pregunta, si haber estado ocupando un territorio por mucho tiempo te da derechos sobre el mismo, ¿después de cuantas horas una toma de rehenes empieza a ser legal?
ESTÁS LEYENDO
Algunas reflexiones acerca de la guerra.
Non-FictionUn ensayo en donde se ofrece una definición acerca de qué es la guerra, se analizan sus causas y se discuten, desde una perspectiva realista, no romántica, los pros y los contras de varias propuestas que se han hecho acerca de cómo evitarla.