❝ 2D ❞ ━ 𝐊𝐎𝐙𝐔𝐌𝐄 𝐊𝐄𝐍𝐌𝐀

❛Episode 5❜

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Una sonrisa nerviosa se escapó de la boca de la chica al escuchar el "una vez más" del chico pelinaranja que, a pesar de haberse estado moviendo por toda la cancha durante casi 4 partidos consecutivos seguía teniendo la misma energía que cuando habían llegado al gimnasio. Algo de admirar, sin duda.

La chica se levantó del asiento en cuanto el menor aceptó el hecho de que ya no podían jugar un partido más. Se acercó a sus chicos y les entregó una botella de agua a todos, y en cuanto llegó a Kenma, le dió una sonrisa.

―Jugaste muy bien, Kenma.― El chico miró hacía el suelo, avergonzado.

―Gracias...― Habló en un susurro, lo suficientemente fuerte para que la chica escuchara.

―¡¿Por qué no nos dices eso a nosotros, (N)-chan?!― La chica quitó su sonrisa y se dió la vuelta para regresar a la banca en dónde también se encontraban los entrenadores.

―¡Yamamoto, cállate!― El chico se disculpó con el líbero de su equipo

Una sonrisa tímida salió de la boca del chico de cabello largo, no lo iba a admitir pero le gustaba cuando la chica solo le decía aquellas palabras a él. Era algo que le motivaba a seguir con el voleibol.

―¿Estás sonrojado, Kenma?― Kuroo al acecho.

―No.

―Claro que sí.

―No.

―Sí.

―No.

―...

―...

―Sí.

―¡Shimizu-san!― La mencionada volteó a ver a la chica que le había hablado.

―Oh, (N)-chan.― La mencionada sonrió.

―Disculpe no haber podido hablar con usted por un tiempo, los chicos son demasiado escandalosos y hay veces que Yaku no puede solo.― Kiyoko soltó una risa en cuanto la chica terminó su explicación.

―Esta bien, no te preocupes.― Los gritos de dos chicos del equipo contrario no se hicieron esperar. ―Espero que podamos vernos pronto.― La chica parpadeó.

―Sí, espero lo mismo.― Estrechó la mano que se le era extendida. ―No creo que volvamos a vernos...― En cuánto el equipo contrario se marchó, la chica tomó rumbo hacia dónde estaba su equipo, el cuál la estaba esperando al ver que se despedía de la manager del Karasuno.

―¿Estás sentimental, (N)-chan?― La chica no respondió ante la pregunta.

Kuroo volteó a ver a Kenma con confusión, esperando para saber si él tenía idea de que le pasaba, sin embargo, este simplemente se encogió de hombros. La chica soltó un suspiro en cuanto estuvo un poco alejada de los chicos. Necesitaba un tiempo a solas.

Cerró la puerta de su departamento con cuidado, el silencio inundaba todo el lugar, no había ni un alma ahí adentro, todo el lugar estaba desordenado, había cajas en casi todos lados y un montón de cosas tiradas por el suelo, todo estaba hecho un desastre.

La chica abrió la boca para hablar, cómo si alguien fuera a escucharla, sin embargo, antes de poder decir algo, un sollozo salió de su boca y seguido de eso, las lágrimas comenzaron a salir.

El miedo se apoderó de ella, se arrodilló en el suelo mientras tenía sus manos en sus ojos para evitar que las lágrimas siguieran saliendo, fracasado totalmente, pues hiciera lo que hiciera, no podía parar de llorar por más que ella quisiera.

Los rostros de sus amigos comenzaron a pasar por su mente, provocando que el llanto fuera aún más constante y haciendo que sus sollozos se escucharan hasta afuera de la casa, cosa que había alarmado a un vecino que estaba cerca el cuál conocía a la perfección a la chica, pues ella lo consideraba un figura paterna.

Los toques en la puerta no fueron impedimento para que la chica siguiera con su llanto, no escuchaba a su alrededor, lo único que escuchaba era su llanto y nada más.

Los extrañaba.

Pero, sabiendo que eso pasaría, aún así tomó aquella decisión.