❝ 2D ❞ ━ 𝐊𝐎𝐙𝐔𝐌𝐄 𝐊𝐄𝐍𝐌𝐀

❛Episode 7❜

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―¿Qué buscas, Kenma?― Aquello exaltó al chico, haciendo que su teléfono casi se cayera de sus manos.

―No me asustes, Kuroo.― Habló en cuánto pudo sostener su teléfono en sus manos. ―No busco nada importante.― Una sonrisa se mostró en la boca del contrario.

―¿En serio? Oh, vamos, tienes que estar buscando algo interesante.― Antes de que el chico pudiera reaccionar, su celular fue arrebatado de sus manos.

―¡Kuroo!

El lugar quedó en silencio mientras que el chico leía lo que estaba en la pantalla. Con sorpresa, miró hacía su amigo el cuál tenía la cabeza agachada.

―Kenma...― Lo llamó. ―¿Por qué buscas esto?― El anterior mencionado le quitó el teléfono al mayor.

―Por nada en específico, simplemente me interesó.

Nuevamente, la habitación volvió a quedar en silencio, está vez con Kuroo mirándolo con un poco de preocupación mientras que el chico cerraba la aplicación de búsqueda y tomaba su consola para comenzar a jugar.

―¿No planeas hacerlo, verdad?― El chico lo volteó a ver, estaba esperando a que su juego cargara.

―Claro que no.― Respondió, volviendo a tomar atención a su consola.

―¿Entonces..?

―Te estoy diciendo que simplemente me interesó, es todo.― Le respondió ya un poco molesto. Odiaba cuando su amigo era muy entrometido.

―Kenma, te conozco, a tí, no te puede interesar así de la nada un tema, tiene que pasar algo para que...

―(N) lo hizo.― Interrumpió al chico.

―A ver, explícamelo con peras y manzanas, porque no entiendo.

Las clases pasaron, dando inicio al entrenamiento vespertino que tenían todos los días. En cuanto ya todos estaban en el gimnasio, el capitán buscó por todos lados tratando de encontrar a su manager.

―Entrenador...― Susurró, llamando la atención del mayor. ―¿Dónde está (N)?― Aquello hizo que el contrario sonriera.

―Dijo que se tomaría un descanso por estos días, ha estado teniendo muchos ataques de estrés nuevamente, no quiere estar de nuevo en el hospital.― En cuánto terminó sus palabras, el chico asintió.

Él ya sabía que pasaba, pero le había prometido a su amigo no decir nada.

Un suspiro salió de la boca del chico de cabellos rubios, ganándose una mirada de preocupación por parte de su amigo. Ellos sabían que eso era mentira.

Pero, de igual manera, nunca dirían nada. Era algo de ellos.

―Nunca hubiera hecho eso.― Pronunció la chica en un susurro.

La noche había llegado y ella estaba caminando hacia su casa después de estar horas sentada en una banca del parque.

Caminaba mientras miraba al suelo, quedaba totalmente perdida en sus pensamientos, en su mente solo se repetían las mismas preguntas de siempre, ¿que hubiera pasado si no lo hubiera hecho? ¿Qué pasaría si, en su lugar, se hubiera quedado en dónde mismo? Eran las mismas preguntas, preguntas a las que aún no les encontraba una respuesta y nunca la encontraría. El hubiera y el qué pasaría no existen, no ahora.

Soltó un suspiro antes de regresar su mirada al frente, el semáforo estaba en verde, indicando que no podía caminar por las calles debido a los carros que pasaban por éstas mismas. Había un montón de gente a su alrededor, algunos apenas iban saliendo del trabajo, otros eran estudiantes al igual que ella, todos estaban ocupados en alguna cosa mientras esperaban a que el semáforo indicara en cuanto podrían caminar, algunos estaban en el teléfono, otros hablando con sus amigos. Lo típico de todos los días.

En cuanto el semáforo cambió de color, comenzó a caminar, con todas esas personas a un lado y por detrás de ella, estaba rodeada de muchas personas, principalmente no le gustaba, pero sus pensamientos solo se contentaban en una cosa; sus amigos. Aquellas personas que dejó atrás solo para satisfacer sus necesidades, aquellas personas en las que confiaba y terminó por olvidarse de ellas por el simple hecho de como la trataba su familia, odiaba el lugar en el que vivía con anterioridad, pero odiaba más el lugar en el que vivía ahora. Nunca en su vida se había sentido tan sola, aún que, teniendo a los chicos del club a los cuales consideraba una familia, ella se seguía sintiendo sola. Una soledad que no quería volver a experimentar en su vida.

―¡Cuidado!