𝐂𝐚𝐩.𝟕: 𝚂𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚞𝚗 𝚌𝚘𝚜𝚚𝚞𝚒𝚕𝚕𝚎𝚘.

393 30 4
                                    

⚠️𝗔𝗱𝘃𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮: 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒂𝒃𝒖𝒔𝒐𝒔 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂𝒓𝒆𝒔, 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔, 𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒔𝒖𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒔.
𝑳𝒆𝒆𝒓 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒔𝒖 𝒑𝒓𝒐𝒑𝒊𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒔𝒂𝒃𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅.
_________________________________________

Pasaron 3 semanas desde ese intento de suicidio, en el que perdiste la compostura totalmente.
Vivías con Orien, un hombre un tanto extraño, del que aún no sabías casi nada.
Lo único que conocías de él es que su comida favorita era la pasta, igual que la tuya.
Es lo único que sabías que teníais en común... Bueno eso y que os encantaba salir de compras, ver tiendas de ropa, ver series y películas juntos... Lo pasabas genial con él.
Aunque no solía hacer bromas, la única que te hizo fue la de que era mitad humano y mitad maldición, ahora que lo pensabas no sabías que viste de gracioso en eso, pero en su momento lo dijo tan serio que no pudiste evitar reír.

—Demasiado tranquilo— Dijiste en voz alta.
Orien te miró confuso.
—¿A qué te refieres?— Te preguntó.
—Eres demasiado tranquilo, muy quieto— Le comentaste.
—¿Eso es malo?— Éste te preguntó con una expresión muy confusa, eso te hizo gracia.
—Eres tan tranquilo y tan serio que me dan ganas de discutir contigo, haz algo, búscame pelea, no sé— Le dijiste riendo.
Éste simplemente te miraba.
Tú te quedaste observándolo, como si fuera una guerra de miradas.
—Mira da igual... ¿Y si vamos a algún restaurante?— Le preguntaste.
El chico asintió con la cabeza.

De camino al restaurante charlabais de cosas cotidianas.
Comentabais películas y series que habíais visto juntos y que os encantaba y de la próxima tienda en la que entraríais para comprar ropa.
Era vuestra rutina.

—Oye Orien... ¿Cómo crees que murió mi madre?— Le preguntaste de repente.
Éste se quedó mirándote.
—No lo sé...— Te respondió.
—Es que cuando la vi en ese momento... La estaban tapando, no pude verle ninguna herida, solo vi mucha sangre y su rostro...— Le dijiste.
Éste te abrazó.
—Ya no pienses más en eso, querías pasarlo bien hoy... ¿No? Pues pensemos cosas que nos gusten, como por ejemplo ir al restaurante de allí— Te dijo señalando al lugar.

Rápidamente entrasteis al restaurante, tenía una decoración muy bonita, te encantaba.

—Orien, sentemonos en esa mesa— Le dijiste.
Él asintió con la cabeza y tomasteis asiento juntos.
Cogiste la carta para leerla.
—Uumm, que debería comer... ¿Tú que vas a pedir?— Le preguntaste.
—Pasta— Te respondió.
—Siempre igual— Te reiste.

El camarero se acercó a vosotros.
—¿Qué vas a pedir?— Te preguntó sonriendo.
—Oh, me gustaría un plato de macarrones a la carbonara y otro de boloñesa— Le pediste.
—Perfecto, enseguida te lo traigo— Te respondió con una sonrisa y se fue del lugar.
No sabías porqué, pero notaste como si el camarero te mirara raro, aunque lo más seguro es que fueran imaginaciones tuyas.

Al rato, trajeron vuestros platos.
Estabais comiendo plácidamente, pero de pronto en la televisión de ese restaurante, escuchaste algo que te dejó fría.

[𝐔𝐧𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐚, 𝐝𝐞 𝟒𝟗 𝐚ñ𝐨𝐬 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨́ 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐜𝐚𝐥𝐥𝐞𝐣𝐨́𝐧 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐚.
𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐛𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐚 𝐳𝐨𝐧𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨́ 𝐞𝐬𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚.
𝐒𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐮𝐦𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐮𝐢𝐜𝐢𝐝𝐢𝐨, 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐧 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐡𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐲 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐭𝐞𝐧𝐢́𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐚𝐯𝐚𝐣𝐚 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐚.
𝐂𝐨𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐨𝐛𝐣𝐞𝐭𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐮𝐦𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐨́ 𝐥𝐚 𝐠𝐚𝐫𝐠𝐚𝐧𝐭𝐚.
𝐒𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐥𝐮𝐲𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐮𝐢𝐜𝐢𝐝𝐢𝐨, 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞, 𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐦𝐮ñ𝐞𝐜𝐚𝐬 𝐲 𝐩𝐢𝐞𝐫𝐧𝐚𝐬, 𝐡𝐚𝐛𝐢́𝐚𝐧 𝐜𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬, 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐮𝐦𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐥𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬].

¿Mitad Humano Mitad Maldición?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora