Cuestión de tiempo.

Ese lugar

Habían pasado varias semanas desde que Ranma Ryoga y las dos Akanes habían llegado al futuro, todo este tiempo se habían dedicado a investigar ¿quién era ese sujeto?, tratando de que no los viera, escondiéndose de él y caminando entre las sombras, aunque en varias ocasiones habían tenido la mala fortuna de encontrarse con él, habían salido ilesos casí de milagro.

-Por más que buscamos, no encontramos nada.

Había estado buscando el lugar donde se encontraba oculta Shampoo, ya que la habían escuchado decir ¿cómo la había encontrado?, así que era obvio que ella lo conocia.

-Saben una cosa, estoy un poco cansada, ¿podemos detenernos un momento?.

-Si, esta bien.

-Descancemos aquí.

Ryoga y Ranma buscaron un lugar y lo revisaron, al percatarse que era seguro llevaron a las dos Akanes al sitió.

-Gracias chicos.

-Y bien, ¿dónde más revisamos?.

-Ya no se me ocurre ningún lugar, hemos buscado por todas partes y ni rastro.

-Debe haber por lo menos una pista de ¿dónde puede estar?.

-Akane ¿cómo estas?.

-Bien.

-Recuerda lo que dijo el doctor.

-Eso ya no importa, desde hace mucho.

-Claro que importa.

-¿Qué dijo él doctor?.

-Que ella debe tener reposo.

-Y hasta ahora lo dicen, deberíamos ir a dejarla a nuestro tiempo.

-No por favor, yo estoy bien, sigamos buscando.

-¿Pero?.

-Por favor, necesito rescatarlos.

Akane recordaba que todos sus seres queridos se encontraban dentro de aquel horrible lugar.

-Pues bien, repasemos a donde no hemos ido.

-Ya recorrimos los restaurantes de u-chan y la abuela.

-También fuimos a la mansion de los Kuno y al dojo.

-Fuimos a la familia Daimonji.

-Y al centro.

-También al hospital.

-Ya no se me ocurre ningun lugar.

-Esperen, todavía nos queda un lugar.

-¿Dónde?

-Es verda que fuimos al instituto, pero no visitamos el antiguo instituto donde conocimos a...

-¡¡KOGANE!!.

-Es cierto.

Todos instantáneamente mencionaron el nombre de aquella fantasmita, todos a excepción de Ryoga.

-¿Quién es Kogane?

-Ahorita no importa, vamos al instituto.

Todos se dirigieron ahí, al llegar se encontraron con un montón de puertas y salones que había que revisar.

-Bien, manos a la obra.

Una por una revisaron todas las puertas, hasta que Akane ya no aguantaba más así que se detuvieron.

-Akane ¿esta bien?.

-Si, estoy bien.

-¿Segura?.

-Si.