¿Y si la sociedad estuviera dividida en dos?
Está la gente "normal" como tú que vive en la ciudad, pero después está la gente que vive al otro lado, a los que llaman los "Salvajes".
Muchas cosas pasarían, pero ninguna de ellas buena para ti.
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― ¿Quién es ella?― preguntó la chica de pelo corto y más baja que tú que apareció por la puerta con un vaso de agua.
― Ella es una chica que trajo Baji, creo que es de la ciudad.― contestó Emma por ti.
La chica de pelo corto te miraba con bastante curiosidad, a sus ojos eres realmente bonita. Bueno, lo serías más si no parecieras un perro rabioso, estabas enfadada y a la vez en pánico, pues estabas en un lugar que no conocías con gente que no eran para nada de confiar y lo peor de todo es que como te habías pasado gran parte del camino inconsciente no sabrías como volver de vuelta en caso de intentar escapar del lugar, irías sin rumbo a cualquier parte.
― ¿Cómo te llamas? ― te preguntó "Hina" con curiosidad.
― ¿Y piensas que te lo diré? Me habéis traído aquí en contra de mi voluntad, ¿y me preguntáis mi nombre? No me jodas, no pienso decírtelo.― respondiste con rabia. Pero te sorprendiste al ver como la pelirroja bajaba la cabeza.
― Perdón por la acciones de mis amigos, de verdad. ― se disculpó la pelirroja de parte de sus amigos con un pequeño sonrojo y agachando la cabeza.
Te sorprendió un poco la actitud de la pelirroja, pues todos allí parecían estar mal de la cabeza, pero en cambio ella actuaba como una persona normal y educada, no se veía nada salvaje comparándola con los de su "especie" que habías conocido hasta ese momento.
― Vale... ― respondiste bajito con confusión. ― Mi nombre es ____.
― ¡Es un bonito nombre! Yo me llamo Emma y ella Hinata, espero que podamos llevarnos bien contigo.― dijo Emma con una sonrisa y con energía, se notaba que ella si era tan energética como los demás. ―¿Puedes disculparnos un momento?― preguntó Emma, pero sin ni siquiera dejarte responder agarró de la mano a Hina y se la llevó por la puerta por la que había aparecido antes la pelirroja, así desapareciendo las dos de tu vista.
Cuando desaparecieron por aquella puerta, casi al momento intentaste hacer fuerza con tus muñecas viendo si la cuerda se podía romper un poco con esa fuerza, pero contando que tenías la muñeca rota un intenso dolor apareció al instante, lo que te hizo no intentarlo más de esa forma.
Te levantaste de aquella cama y buscaste un objeto como unas tijeras o una cuchilla en aquella habitación, pero el único objeto cortante que viste fue una pequeña aguja, esta no te serviría para cortar una cuerda tan gruesa como la que te ataba las manos.
Tus ojos iban con rapidez de un lado a otro de la habitación, pero no encontrabas nada con lo que se pudiera cortar una cuerda. Fuiste hacia unos cajones, pero al tener las manos atadas en tu espalda, te pusiste de espaldas al cajón e intentaste empujarlo con tu mano sana, logrando abrirlo. Al no encontrar nada que te sirviera, fuiste así con cada uno, hasta que llegaste al penúltimo y encontraste una navaja.
Pero justo cuando ibas a agarrarla, una voz hizo que tu cuerpo se tensara.
― ¿Qué narices haces?― preguntó una voz femenina.
― N-no hacía nada, solo quería mirar toda la habitación desde más cerca.― dijiste con nervios que ocultabas todo lo bien que podías, tapando mejor el cajón con tu cuerpo y cerrándolo con lentitud.
― ¿Por eso estabas abriendo cajones? ― preguntó la chica de pelo blanco, esta era más baja que tú pero no exageradamente.
― Solo me dio curiosidad.― respondiste mientras movías los hombros mostrando desinterés.
― Ajá... ― murmuró la chica con desconfianza.― En fin... ¡Emma! ―gritó la peliblanca haciendo que un escalofrío recorriera todo tu cuerpo.
Después del grito, se oyeron pasos correr por la casa, hasta que Emma apareció por la puerta.
― ¿Qué ocurre Senju? No hace falta que grites tanto, ni que la casa fuera tan grande.― soltó la rubia con molestia.
― Mikey me llamó para que la llevara junto a ellos.― dijo "Senju" mientras te señalaba con el dedo, ignorando así las quejas de la rubia.
― ¿Tan pronto? Que pena...― dijo la rubia con leve tristeza.― Yo quería estar más con ella, pero parece que será para otra ocasión... ¡Adiós ____!
Antes de poder decir algo, Senju te empujó por la espalda hasta la salida de la casa de Emma, tomándote después de los brazos y dirigiéndoos de nuevo hasta el bosque.
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