¿Y si la sociedad estuviera dividida en dos?
Está la gente "normal" como tú que vive en la ciudad, pero después está la gente que vive al otro lado, a los que llaman los "Salvajes".
Muchas cosas pasarían, pero ninguna de ellas buena para ti.
✘✘✘✘✘...
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― ¿Estás bien?― preguntó "Shinichiro" mirándote con preocupación.― Lo siento demasiado por lo que te ha hecho mi hermano, mi nombre es Shinichiro Sano.
Tu respiración se mantenía pesada mientras tu pecho subía y bajaba con rapidez ante lo que acababa de pasar, por más que intentaras respirar bien tu pánico no desaparecía.
― Creo que está teniendo un ataque de ansiedad, Shinichiro túmbala.― habló Mitsuya al notar tu respiración pesada y al ver como tus manos temblaban.
Shinichiro te tumbó, pero ni siquiera te fijaste demasiado, solo podías recordar la sensación y el miedo que sentiste mientras tocaba tu cuerpo sin tu permiso.
A pesar de que no pasó a mayores, te sentías asqueada y asustada con lo que acaba de pasar.
Los pensamientos y emociones negativas comenzaron a arremolinarse en tu mente, así que tu pecho comenzó a subir y bajar con más fuerza, al punto de que tu cabeza retumbaba al mismo tiempo que tus pulsaciones.
― Controla tu respiración, coge aire y después suéltalo.― dijo Shinichiro, su voz y presencia se te hacían tranquilas, como te pasaba con Mitsuya. Te transmitían tranquilidad, pero eso no haría que confiaras en ellos ni de lejos.
Hiciste caso a lo que te dijo, y poco a poco tu respiración se calmó. Unos minutos después, tu respiración había vuelto a la normalidad.
― ¿Ya estás mejor?― preguntó el más mayor, mirándote preocupado y pensativo. ¿Quién eras tú? Era la primera vez que te veía y la verdad es que a simple vista no parecías de allí.
Miro tu traje y vio que ponían las siglas PMGC (Protección de los Muros de la Gran Ciudad), lo que hizo que Shinichiro quedara perplejo y te preguntara sin pensarlo:
― ¿Eres de la Gran Ciudad?― preguntó con cierto interés.
― Sí...― respondiste sin mirarlo.
Entonces Shinichiro lo entendió todo, pues sabía que hoy su hermano menor y los de su equipo hoy iban a ir a los alrededores de por allí. ¿La razón? No la sabía, pero la sabría pronto pues le preguntaría a su hermano.
― Mitsuya, llévala a una habitación.― dijo Shinichiro, tras mirarte un momento.
― Está bien.― obedeció Mitsuya, a pesar de saber que Mikey había mandado que estuvieras junto a Emma y Hina.
Mitsuya se agachó junto a ti, que estabas al lado de Shinichiro, pero al ver que estaba con intenciones de tocarte te echaste un poco para atrás, chocando con Shinichiro.
― No me toques.― dijiste intentando sonar firme, pero tu voz sonó temblorosa.
― No te preocupes linda, solo te llevaré a una habitación, ¿sí?― dijo Mitsuya con ese tono pacífico que transmitía tranquilidad.― Tengo que llevarte a cuestas por tu tobillo roto, en un rato iremos a que te lo curen.
Asentiste y dejaste que te cargara, menos mal que fue en su espalda, no habrías aguantado la humillación de que te llevara al estilo princesa.
Te agarraste de sus hombros con un poco de fuerza para no caerte, era raro que te cargara pues no era mucho más alto que tú, aunque a pesar de ello no parecía costarle mucho esfuerzo llevarte a cuestas.
Le diste una última mirada a Shinichiro antes de salir de la habitación, quien te llevaba mirando todo el rato.
El pelimorado caminó un rato por el gran edificio, hasta que abrió una puerta que dejó ver una habitación simple y de tamaño medio. Solo tenía una simple cama, un armario y una mesita de noche que tenía una lámpara encima de esta.
Mitsuya te posó suavemente en la cama y entonces te dijo:
― Te quedarás aquí hasta que yo o alguien venga y te lleve junto al médico, ¿está bien?
― Sí.― murmuraste secamente. A pesar de que te estaba ayudando y él te transmitía algo de confianza, no te dejarías llevar.
Mitsuya se dirigió a la puerta y salió, pero antes de volver a cerrarla te dedicó una última mirada y te sonrió amablemente, para después irse, dejándote sola en la solitaria habitación.
Te tumbaste en la cama sin ni siquiera abrirla ni taparte con las sábanas, solo te acostaste mirando a un punto fijo de la habitación, con una sensación de vacío en el pecho mientras algunas lágrimas silenciosas salían de tus ojos.
Nunca pensaste que te sucederían cosas así
Lo malo es que eso no sería lo peor que te pasaría.
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Shinichiro interrumpió en la gran habitación de Mikey, quien estaba sentado mirando a través de su ventana, que tenía vistas de gran parte del pueblo y del mar.
― ¿Quieres algo, hermano?― preguntó Mikey sin mirarlo, manteniendo la vista fija en el exterior.
― ¿¡Qué significa esa chica, Mikey?! ¿¡Por qué fuisteis a los alrededores de la Gran Cuidad?!― preguntó Shinichiro a su hermano con exigencia, no entendía nada de lo que hacía su hermano.
― Fuimos para explorar los alrededores, tan simple como eso.― contestó tranquilo a las preguntas de su hermano.
― Sé que tienes una razón para hacer todo esto, te conozco.
Mikey se giró a mirar a su hermano con expresión neutral, los dos hicieron contacto visual. Shinichiro sabía que su hermano había cambiado, antes era un muchacho alegre y energético, pero ahora parecía estar vacío y actuar por impulsos.
Ahora, Shinichiro, cuando miraba los ojos de su hermano menor, solo veía sufrimiento. Pero cuando intentaba hablar de eso, era evitado completamente, no sabía como ayudarlo.
― Pronto lo sabrás.― dijo, levantándose y saliendo de la habitación, dejando a Shinichiro con las palabras en la boca.
Pronto lo sabrá...
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