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Desde que salió de su casa todo apuntaba a que sería un hermoso día, no se encontró con Alfas desagradables buscando cortejarlo; ser un "Omega fuera de los estándares'', era genial.

Como todos los días, los estudiantes recibiendo su llegada con una cordial sonrisa y amables gestos, los cuales algunos no se molestaba en corresponder, no era grosero, solo consideraba que las muestras de afecto que se extienden de su límite personal eran molestas e innecesarias.

Eso por supuesto que no se aplicaba con cierto castaño con la apariencia de un tierno conejito, en un momento aquel pensamiento le dio gracia, su mente era experta en recrear escenas para nada inocentes en las cuales la mayor parte del tiempo son de JungKook vestido con un lindo traje de conejo y él haciendo el papel de lobo salvaje. Sin lugar a duda lo pondría en práctica dentro de ya no mucho tiempo.

Existían momentos en los cuales se plantea el por qué no ser alguien ''normal''; Ok entremos en contexto. Desde temprana edad, JiMin se había dado cuenta de que su lobo reaccionaba de forma agresiva al mantener una mínima interacción con un Alfa y no siempre por voluntad propia.

Si bien la mayoría no pasaba de rabietas, habían otras en las que se había enfrentado a Alfas como un igual y eso lo asustaba aunque no quisiera admitirlo, por supuesto que eso no era de conocimiento de Kook y mucho menos de sus madres. De lo contrario, tendría estrictamente prohibido salir de casa.

Borrando aquello prefería mantenerse como ahora, ansioso y feliz porque las clases se terminen lo más pronto posible a pesar de no recibir ninguna aun.

Jeon JungKook es el chico por el que moría darle una buena follada y llevarlo al más placentero éxtasis. No era romántico y esperaba que JungKook lo supiera.

Había esperado mucho para contenerse a último momento, no es como si fuera su culpa, había estado en abstinencia aproximadamente un año y medio y no creía ser posible soportarlo por más tiempo.

Caminando por aquellos pasillos desolados que conducían al salón de música entro, pero de inmediato se sorprendió.

¿Qué se supone que haría sin un pequeño conejito al que molestar?. Suspiro ante el pensamiento, a quien intentaba engañar, por JungKook era capas de convertirse en el Omega más detallista que el mundo pudiese presenciar.

¡Lo amaba demasiado!, oh si

Observo que a su alrededor las personas caminaban de un lugar a otro, seguramente dirigiéndose a sus respectivos cursos, era genial ver a diferentes personas tan distintas compartir un lugar en común. Nunca fue partidario de participar en grupos selectos, era ridículo cuando todos eran exactamente iguales con pequeñas diferencias que los hacían ver tan distintos.

Todos tan diversos, tan únicos como el amor que compartían él y su mejor amigo, que es importante mencionar que en pocas horas el mejor amigo cambiaria por algo completamente distinto, cosa que le provocaba cosquillas en el corazón.

Por fin podría decir que eran pareja, aunque cree que siempre fue muy obvio al respecto y agradecía que JungKook en ciertas ocasiones le siguiera la carrera, se consideraban la pareja perfecta no oficial. A pesar de que más claro no podida ser.

Las clases estaban trascurriendo con completa naturalidad, cosa que agradecía porque no sabría que hacer cuando el ambiente se volviera intolerante, era un lobito muy hiperactivo por lo que quedarse quieto era una tarea muy difícil de cumplir.

Siempre se consideró un estudiante muy aplicado; sin embargo la desesperación se lo estaba poniendo difícil porque vamos, ¿Quién puede estar tranquilo cuando su pareja está en casa en espera para que lo ayude a apaciguar los síntomas del celo?.

Al escuchar el timbre resonar por todo el lugar, no espero a que el profesor los despidida y se marchó tal como un alma que se la lleva el diablo.

Lo más rápido que pudo se subió a su bicicleta de un bonito color azul y se colocó el casto partiendo a toda velocidad al lugar que desde que inicio de su día había anhelado llegar.

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El calor invadió por completo su cuerpo provocando que pequeñas gotas de sudor llenaran su cuerpo, permanecía recostado en su cama en forma de caracol intento deshacerse de la terrible sensación de humedad e incomodidad y tratando de contener sus inmensas ganas de introducir sus manos en su ropa interior y acariciar su miembro, lo necesitaba tan mal.

Pero no podía, ¿Por qué?, no estaba con ánimos de aguantar los berrinches que JiMin le haría al enterarse de que se había corrido por primera vez sin su presencia, conocía muy bien al Omega y lo molesto que podía llegar hacer cuando hacia algo de lo que no estaba de acuerdo. JiMin era un completo bebé, bebé del que le fue imposible no enamorarse.

Desde que despertó por la mañana su cuerpo ha estado temblando descontroladamente; angustiado de la sensación desconocida, se despojó de la última prenda que le quedaba, lamentaba que JiMin se tuviera que perder el espectáculo, pero sentía que si se contenía por un minuto más no lo soportaría y explotaría una bomba de tiempo dentro de él.

Por lo que sin poder evitarlo llevo su mano a su miembro acariciándolo de arriba hacia abajo con lentitud, cosa que provoco que de sus labios escaparan pequeños jadeos de satisfacción, deseoso de un poco más de contacto con su segunda mano acaricio la base de su falo concentrándose con la mano derecha en acariciar en círculos la punta.

Perdido en la deliciosa sensación, no se percató cuando la puerta de su habitación fue abierta abruptamente mostrando a un pelirosa agitado del otro lado, sus ojos de un color violeta intenso y llenos de lujuria se fijaron al instante en los movimientos de su pequeño y no pudo evitar soltar un gruñido.

-Kooki te has portado muy mal- sonrió de lado caminando lentamente.

JungKook al escuchar su voz, sus movimientos se aceleraron llegando a ser bruscos y salvajes, se estaba masturbando bajo la atenta mirada del mayor, el calor se hizo más intenso y su respiración comenzó a fallar, una extraña sensación se apoderó de su cuerpo haciéndolo arquear la espalda, estaba a nada de llegar cuando fue abruptamente interrumpido por un fuerte golpe en sus manos.

Con los ojos cristalizados, JungKook levanto la mirada conectándola con la del mayor quien lo miraba con seriedad, un escalofrío recorrió por completo su cuerpo y ansioso de lo que pasaría llevo su mano a la entrepierna de JiMin sintiendo como esta estaba completamente dura, aquello lo hizo sonreír orgulloso.

-¿Yo lo hice Minnie?- pregunto fingiendo inocencia.

JiMin al ver lo travieso que estaba siendo su menor ladeo la cabeza y aun con una sonrisa coqueta formada con sus apetecibles labios, se agachó a la altura del castaño y respondió.

-Lo hiciste mi amor y ahora te encargarás de solucionarlo.






Actualización lindxs gracias por la paciencia 🤧❤️

𝐸𝑙 𝑒𝑠 𝑚í𝑜 ➻𝙹𝚒𝚔𝚘𝚘𝚔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora