16. Hola, María

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Ya era otro día

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Ya era otro día. Mika y Yuu se dirigían a su trabajo en el scooter del más bajo, obviamente; pero el blondo se desvío hacia su izquierda.

-¿A dónde vamos? La estación queda por allá -pregunta el moreno en voz alta, además señalaba hacia la dirección opuesta.

-Al hospital -responde una vez que se detuvo en un semáforo en rojo.

-¿Por qué? -inquiere confundido.

-¿Cómo que "por qué"? -mira molesto a su compañero -. Tienes amnesia, seguramente tu cerebro está inflamado y te ha de dar dolores de cabeza -comenta viendo de nuevo al frente; nuevamente siguió avanzando una vez que el semáforo se puso el verde.

Llegaron al hospital y lo primero que hicieron fueron con el neurólogo, para que este le hiciera un estudio a Yuu.

No tardaron mucho, lo que fue un alivio para los dos; una vez que el médico detectó la anomalía en el cerebro, procedió a hacerle una receta para bajar la desinflamación de uno de los lóbulos.

Al salir, se fueron directamente a un restaurante para desayunar.

Tras una hora y media, llegaron a la estación.

Bajaron de la moto y entraron a la edificación para ir a su oficina y comenzar con su plan, para después informarle a Guren y al resto.

Nadie, ni siquiera Gurencio, les llamo la atención. Cosa que extrañó a Yuu.

-¿Por...? -estaba a punto de continuar pero Mikaela se adelantó.

-Avisé que iríamos al doctor para ver tu estado de salud -responde -. Así, nadie, ni el wey de Guren nos diría algo.

-¿"Wey"? -pregunta riendo un poco, nunca escuchó a alguien decir esa palabra.

-Nací y viví la mayor parte de mi vida en Saga. Acá termine el último grado de preparatoria y la universidad -aclara -. Allá, suelen hablar de esa manera... Algunos a mi parecer, mis padres fueron estrictos con mi vocabulario, así que... No digo muchas groserías, por profesionalismo y por valores.

-Oh, está bien. Como si no le hubieras dicho imbécil testarudo a Guren cuando no te ve -se ríe y recibe un golpe en su brazo, así sobó la zona de dolor.

Le agradaba molestar a Mikaela, parecía un gato. Primero sereno y luego furioso si lo hacía enojar. Le parecía muy tierno.

Pronto llegaron a su oficina, la cual el menor la abrió con su llave, mientras tanto Yuu observó al final del pasillo, viendo como una chica de pelo rojo, agradecía en una reverencia a Kureto por alguna cosa que desconocía.

Sus ojos se abrieron como platos, al notar el color de ojos de la tipa. Eran azules pero se podía notar que usaba pupilentes, además usaba lentes sin graduación. Rápidamente miró a Mikaela, quien ya había abierto la puerta.

𝓚𝓲𝓵𝓵𝓮𝓻 【𝕐𝕦𝕦𝕄𝕚𝕜𝕒】 [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora