4. Secuestro

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Ambos iban caminando hacia la casa de María

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Ambos iban caminando hacia la casa de María.

Yuichirou llevaba las cosas de ambos en una sola mano y la cargaba sobre su hombro izquierdo, mientras abrazaba a la pelirroja quien no lo dejó de abrazar desde que salieron del parque.

Al llegar a la morada, la muchacha preparó té verde, en lo que hervía el agua, le dió consuelo a su "hermano mayor".

-Tranquilo, Yuu-Nii. Seguro, tus papás no quisieron hacer eso... Posiblemente fue por algún problema económico del cual no quisieron que te enterarás y pues para ellos fue la salida fácil -comenta acariciando la espalda del moreno, quien tenía recargada su frente sobre su mano derecha.

Yuichirou dejó salir un suspiro, la chica se levantó y fue a servir el té en dos tazas, solo que a una le puso un poco de azúcar para que no amargara y esa era para el moreno, ya que ella estaba acostumbrada a tomar un poco amargo el café o té.

Llevó ambas tazas a la sala y una se la dió al moreno.

-Gracias -dice con una sonrisa mientras ve a la menor.

-Anda, toma un poco y relájate. Te hará bien -sonríe dulcemente. Yuu asiente, estaba a punto de tomar un sorbo, pero le entró una llamada.

A María le molestó un poco que los interrumpieran, ¡Era el peor momento para una llamada! Yuu apenas estaba asimilando lo que Guren le dijo. El moreno dejo la taza en la mesita y sacó su celular. En la pantalla vio el nombre del contacto, era Mitsuba, su amiga y vecina.

-Lo siento, debo contestar -dijo levantándose, la ojizafiro asintió, así, Yuu camino hacia afuera. Una vez que cerró la puerta del patio delantero le devolvió la llamada a la rubia, a los pocos segundos contestó -. ¿Qué pasó, Mitsuba?

-Ahh... Vino a buscarte la chica de cabello morado de esa vez, la del caso que llevabas. Dice que recordó algo más -comenta la rubia.

-¿Qué fue? -cuestiona nuevamente el moreno.

-Que el atacante, tenía unos ojos azules muy brillosos y cabello castaño o rojo algo oscuro, pero que estaba entre esos dos tonos -el moreno recordó el cabello de María, pero la descartó como sospechosa, ya que su cabello era un rojo intenso.

-Oh, ya veo... ¿Y le dijiste a Chess que ya no trabajo para la policía? Le hice llegar la carta por correo, pero no dijo nada.

-Se puso a llorar, realmente estaba destrozada -la chica hace una pausa para suspirar -. La calmé un poco, aún no quería admitir que habías renunciado. Le dije todas las razones por las que renunciaste, así la logré convencer.

-Gracias, Mitsuba. ¿Ella ya se fue? -cuestiona nuevamente.

-Sí, tiene como quince minutos más o menos -responde.

-Bueno, luego la iré a ver. Ahora estoy con María, la estoy cuidando un rato.

-Oh, está bien. Dile que le mando saludos -dice la rubia.

𝓚𝓲𝓵𝓵𝓮𝓻 【𝕐𝕦𝕦𝕄𝕚𝕜𝕒】 [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora