Crazy Over You (TPN)

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If I told you I loved you
Would it open my eyes?
Would it pick at my mind?
Would it kill me at night?
- Ellise 2018

07 de Abril, 2021.

POV Lucas:

Han pasado tres interminables semanas desde la misteriosa e inesperada muerte de Liv. Al principio, la gente estaba genuinamente conmocionada por el suceso. Lágrimas y dolor abundaban, pero con el tiempo, esos sentimientos dieron paso a una amalgama de culpa y dudas que se apoderaron de quienes rodeaban a la fallecida. Las mismas preguntas insípidas seguían resonando en los pasillos y los murmullos, como una maldición: ¿Qué sucedió en realidad? ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta de que necesitaba ayuda? Y así seguían, sin respuesta, flotando en el aire. Eventualmente, la comunidad escolar pareció aceptar el amargo hecho de que la humanidad, en su mayor parte, era indiferente, y nadie hizo el esfuerzo necesario para detener el sombrío destino que llevó a Liv. Ya no había remedio, solo quedaba la esperanza de que los oscuros secretos de la chica no causaran más problemas después de su muerte, permitiéndole finalmente descansar en paz.

El tema se había convertido en un tabú que rondaba constantemente por los pasillos de la escuela. La gente no podía evitar hablar sobre ello; después de todo, nunca antes habían presenciado una tragedia similar. Sin embargo, a medida que pasaban las semanas, el asombro inicial cedía ante la rutina de la vida escolar. En mi caso, había visto y vivido muchas cosas a lo largo de los años, lo que me hacía sentir cierta hipocresía en la manera en que todos parecían haber olvidado tan pronto. Pero, según los murmullos, la policía se estaba enfrentando a serias dificultades con el caso. No habían encontrado pistas sólidas ni motivos aparentes que explicaran por qué Liv había decidido quitarse la vida. Según la versión oficial, era una joven feliz y sin problemas aparentes. Sin embargo, en lo más profundo de mi ser, sentía que algo no encajaba en esta historia aparentemente perfecta.

Me desperté temprano, como era mi costumbre en los días escolares. La rutina era la misma de siempre: vestirme, bajar las escaleras y dirigirme a la cocina, donde mi tía estaba ocupada preparando el desayuno.

—Buenos días —saludé mientras me acercaba a la cafetera y servía una taza de café.

—¡Buenos días, Lucas! —mi tía respondió con su característica sonrisa.

—Estaba haciendo unas tostadas. ¿Quieres? —ofreció mientras me servía un par de rebanadas en mi plato.

—Claro —acepté, devolviéndole la sonrisa. Tomé la taza de café, aún humeante, y di un sorbo mientras me sentaba a la mesa. Mi tía hizo lo mismo y se sentó en una silla cercana.

—No deberías tomar tanto café por la mañana, te hará daño —advirtió con preocupación, observando mi taza.

—Estaré bien —respondí, restándole importancia al comentario, y mordí una de las tostadas. Noté que mi tía seguía mirándome atentamente, como si quisiera decirme algo.

—Oye, Lucas... —comenzó, y supe que estaba a punto de tocar un tema importante.

—El sábado es el cumpleaños de tu abuela. Van a hacer una comida en su casa y todo eso —anunció finalmente.

—Déjame adivinar, no quieren que yo vaya —dije, ya esperando la respuesta.

Mi tía mantuvo su mirada en mí, expresando lástima en su rostro.

—Tía, no te preocupes, lo entiendo, de verdad. Si tú quieres ir, ve.

—Pero no quiero dejarte aquí solo —insistió ella.