Crazy Over You (TPN)

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I'm sick of all the games I have to play
I'm tired of being careful, tip toe
Trying to keep the water warm
Let me under your skin
-Melanie Martínez 2015

Después de una semana tan extraña, lo único que deseaba Ray al llegar a su casa era poder descansar un rato. El fin de semana empezaba y lo que más anhelaba era poder callar todas las voces de su interior y de su exterior, por lo menos por un rato. No tardó mucho en quedarse dormido en su cama, con el uniforme puesto.

No pudo haber pasado más de una hora cuando despertó debido al sonido de su celular. Se restregó la cara y rodó sus ojos para proceder a tomar su teléfono, y con los ojos entrecerrados del cansancio y su voz ronca repondió aquella llamada.

—¿Hola?—

—Ray, ¿Estás en casa?—

—Mjm.—

—¿Nos abres? Estamos afuera.— Ray se rascó su cara nuevamente para observar el nombre de Norman en su teléfono.

—Ya voy...— Dijo para colgar. Confundido, pero no demasiado, salió de su habitación para bajar las escaleras y abrir la puerta de su casa. Norman y Emma esperaron hasta que Ray abriese, y cuando lo hizo, saludaron a un tierno, despeinado y aún casi dormido pelinegro.

—Lo siento. ¿Estabas dormido?— Pregunta la pelinaranja mientras ella junto a Norman entran en la casa.

—¿No es obvio?— Responde Ray.

—Era importante, tenemos que hablar sobre lo de Cora.— Menciona el albino.

—Creéme, es lo último de lo que tengo ganas de hablar ahora.—

—Lo sé, pero, ¿No quieres saber la verdad?—

—Emma, acabamos de hablar de esto.—

—Sí, pero Norman puede ayudarnos, estoy segura.— Ray observó los sinceros ojos de Emma, y luego miró a Norman. Soltó un suspiro, tal vez sí necesitaba dejarse ayudar.

—De acuerdo.—

—Ray, escucha. Creo que la respuesta podría estar más cerca de lo que pensamos. En primer lugar; para que alguien pudiera asesinar a Cora de la manera en la que lo hizo y en ese momento, debió haber sido alguien que definitivamente la conocía. Para que supiera que estaría en ese vestidor sola, debió haber tenido acceso a su horario, o haberla vigilado desde antes. Y probablemente, la tomó por sorpresa, ya que no intentó defenderse.— Ray y Emma se mantenían serios, escuchando con atención.

—¿Quiénes podrían tener acceso a su horario?— Pregunta la pelinaranja.

—¿Sus compañeros?—

—Exacto. Son nuestros compañeros. Emma, ¿Alguna de las chicas que conozcas pudo haberse quedado con Cora en los vestidores?— Emma se queda pensativa mientras busca en sus recuerdos algo que podría darle una pista. Algo que hubiera notado extraño, pero no lo logra.

—Hmmm. Ella siempre llegaba más tarde a cambiarse, todas lo sabíamos entonces ninguna argumentaba nada.—

—¿Puede que sea una de ellas?— Pregunta Ray, quien escuchaba con atención.

—Necesito una lista de nuestras compañeras, cualquiera de ellas sabía perfectamente el comportamiento de Cora habitualmente.— Ray asiente y toma de su escritorio una libreta y un bolígrafo. —Y con los chicos, me vendría bien saber quiénes eran cercanos a ella.— Añade Norman.

—No sé si ella era realmente muy cercana a alguno de sus compañeros que no fuéramos nosotros.— Explica el pelinegro.

—Igual, si uno de ellos no es el asesino por lo menos debió haber adquirido el horario por ellos.— Responde Emma.