LA SIRVIENTA DEL CASTILLO DIMITRESCU

CAPITULO 8: UNA NUEVA AMISTAD.

—Negligentes mortales... —dijo la señora en voz baja y con odio.

Las hijas escucharon —¿Qué pasa madre? —preguntaron las tres hijas.

—Ya se quien se comió mi plato, esa tal  Amelie, y la otra mujer quienes vimos Daniela y yo en los pasillos  hace rato, antes de las 10.

—Es verdad madre, iré por ellas —Dice Daniela levantándose de su asiento.

—Iremos las dos, ustedes dos hijas quédense, volveremos pronto, tendremos un nuevo platillo que probar.

La colosal mujer sale del cuarto donde se encontraban junto con Daniela, los fuertes golpes apresurados de los tacones de la señora Dimitrescu solo eran tic tac para las dos sirvientas.

—Cuando las vea, las voy a rebanar, no les quedara nada de sangre en sus cuerpos, usare sus pieles como alfombra —Dijo Dimitrescu furiosa, por la burla que sintió.

Daniela, detrás de su madre, pensaba un poco las cosas, tenia pensado hacer algo, por lo que mejor le dijo a su madre:

—Madre, yo se quien fue.

—Ya se quienes fueron hija, cuando entremos a su habitación quiero que les tires del cabello y las arrastres por el pasillo, que las demás sirvientas vean lo que les pasa cuando se meten con las Dimitrescu.

—Madre ellas no fueron, yo vi quien fue.

La enorme mujer reduce la velocidad hasta que se detiene, mira a su hija para escucharla.

—Antes de ver a las dos mujeres, una tercera estaba rondando por el castillo, la vi salir de la cocina con marcas de salsa en su boca y manos.

—...¿Y porque no me dijiste nada?.

—Lo olvide madre, perdóname.

—Mmmm ... tienes que ser mas atenta Daniela, ya es la 3ra vez que se te olvida algo en esta semana.

—Intentare ser mas atenta madre.

—¿Entonces quien fue? —arquea su ceja.

—No lo se madre, deja que la busque en los cuartos de las sirvientas, cuando vea su rostro lo sabré.

Las dos mujeres continúan con su paso adelantado, cuando llegaron a la puerta que llevaba a las habitaciones de las sirvientas, Dimitrescu se detiene.

—Tráela —Dice su madre.

—Si madre —asiente la cabeza.

La Doncella Daniela, entra por la puerta, entra al pequeño pasillo, y comienza a entrar por la puerta de su izquierda azotándolo fuertemente, despertando al instante a las dos sirvientas del cuarto, Daniela se acerca a una de ellas tomándola bruscamente de la cara para mirarla detenidamente, sin comentar nada se dirige a la otra mujer para verla, pero tampoco comenta nada y sale del cuarto, para entrar al siguiente.

El segundo portazo que realizo Daniela fue suficiente para despertar a la mayoría de las sirvientas, entre estas Amelia y Mónica.

—¿Qué pasa? —pregunte asustada.

Amelia escucha el alboroto del cuarto de al lado. 

—Creo que son las hijas de nuestra señora —Dijo Amelia.

—Joder ahora que quieren —Dije sentándome en la cama, preparándome psicológicamente a que las hijas de nuestra señora entren a reclamar, fue cuando vi en el suelo al lado de la cama el plato de comida con sobras de la carne que quedaba, espera, cuando fuimos a cenar hace un rato solo estaban 4 platos, la familia la conforman 4 mujeres...MIERDA.