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—Two particular idiots.
Nuestro joven pecoso posee un pequeño círculo de amigos, a los cuales les posee una gran confianza y aunque no lo diga en voz alta, les quiere muchísimo, considerándoles incluso parte de su familia, en este momento nos centraremos en dos jóvenes particulares, los protagonistas de este día.
Trafalgar D Law y Eustass Kid.
Presentémosles con rapidez, joven moreno alto y de cabellera azabache revoltosa, es el sarcasmo en personificación, excelente ignorando a las personas que no son de su agrado y perfecto intimidando a jóvenes menores, ahora pasemos al siguiente, pelirrojo de piel pálida, alto y fornido, después de todo practica boxeo, asi que por eso mismo muchos prefieren no meterse con él, quien es siempre tosco y brusco; y varias veces no tiende a medir sus palabras.
Esos dos son esa clase de amigos con los cuales puedes decir estupideces e irán añadiendo más, por lo cual estarán riendo a carcajadas, hasta que el aire les llegue a hacer falta.
Ante tal pensamiento, una pequeña sonrisa florece en el rostro del pecoso, quien ha ingresado al edificio, con rapidez su cuerpo se congela y su corazón bombea con fuerza, pues miles de miradas se han posado en él, negando, camina robóticamente hacia su casillero, debe ignorarles, no debe sobre pensar, debe mantener su mente ocupada con los recuerdos divertidos de sus mejores amigos.
—Por un momento casi pienso que eras un estudiante nuevo.
Alza la mirada con rapidez, a su lado izquierdo, un chico pelirrojo se ha recargado vagamente en el casillero a su lado, está viéndole con diversión, contrario al chico moreno, que yace de brazos cruzados y posee una mirada tranquila.
—Ahora entiendo porque rechazaste la salida —comenta el moreno—, pero aun asi debiste ir idiota, Yamato hizo el ridículo.
Kid suelta una carcajada, corta y ronca, Ace parpadea y se centra únicamente en sus amigos, una calidez comienza a envolverle, algo que siempre ocurre cada que esta junto a su familia y amigos.
—¿Qué fue lo que hizo Yams? —cuestiona, de reojo revisa unos cuantos cuadernos y libros que posee, hace una mueca al sacar un libro de ciencias, ese ni es suyo.
—Bueno, ya que preguntas, la torpe hizo...
Y así, mientras que caminan hacia su salón, el pelirrojo cuenta con lujo de detalles lo que hicieron el fin de semana, desde la caída ridícula de Yamato delante de la chica que le gusta, hasta el cómo a Sabo se le termino saliendo la soda por la nariz por culpa de Deuce, se ríe escuchándole e ignora todo a su alrededor.
