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—Honesty and kindness.
¿Cómo fue que la autoestima de Ace comenzó a bajar? Entrando a sus recuerdos, yace ese de su último año de secundaria, un grupo de niñas yacían platicando entre sonrisas cómplices y el joven pecoso logro escucharlas, su tema de conversación era particular, enlistaban a los chicos del salón, quien era más guapo, quien era una opción mejor para salir; él no fue opción y honestamente ni le importo, pero lo que no dejo de dar vueltas por su mente fueron aquellas palabras, "él ni siquiera es guapo, ¿lo has visto? es tan delgado, que asco".
Y aquellas palabras siempre volvían a su mente cada que se miraba al espejo, analizaba su cuerpo, desde su abdomen y brazos, allí comenzó al problema, dejo de sentirse cómodo con su propio cuerpo, no le gustaba su rostro, no le gustaban ni siquiera sus pecas, cuando antes las amaba por ser algo que tenía en común con su madre.
Fue allí, aquel verano, que quiso cambiarse a sí mismo, no pudo el evitar compararse con sus hermanos mayores, Shanks siempre había sido alguien bueno en deportes, poseía un buen cuerpo y era un campeón, tenia varias medallas y trofeos, pero sobre todo, era apuesto, y Buggy, era carismático y bromista, tenía un don particular para que la gente se divirtiese junto a él, y también era apuesto.
Ace quiso ser como ellos, apenas ingreso a la preparatorio se unió al equipo de atletismo para poder ganar un poco de musculo, cada mañana y tarde salía a correr, comía lo adecuado para no estar delgado pero tampoco gordo, y solo fue cuestión de tiempo para que ellos se dieran cuenta, siempre ha sido transparente ante su familia; asi que una noche, un día antes de su primera competencia, Shanks ingreso a su habitación y se sentó a su lado en la cama.
"¿Todo está bien? ¿Hay algo que quieras decirme?", con solo esas preguntas y su suave mirada, Ace rompió en llanto.
Se dio cuenta del daño que se hizo a sí mismo y se propuso el mejorar, con pasos de pingüino como Buggy le había dicho con una pequeña sonrisa, asi que con ayuda de su familia y amigos trato de hacerlo, leía cada post-it más de tres veces, se repetía a si mismo que era suficiente, lindo, de pies a cabeza.
Por ello vino el cambio en su cabellera, estaba mejorando lentamente, pero quería sentirse por completo cómodo consigo y ahora, con su nuevo corte y color, se siente asi, le gusta el cómo luce, se siente bien.
Lleva sus manos a su cabellera, paseando sus dedos con suavidad, paseo sus ojos por los post-it de colores que yacen pegados alrededor del espejo cuadrado que esta colgado a su altura, lee cada uno de ellos, como lleva haciendo desde ya un año, recuerda vagamente el cómo Thatch le escribió un poema exagerado que le hizo reír, pero esa era su función en las palabras del castaño, hacerlo reír.
