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Años más tarde.

–¿Qué se siente regresar? Es nostálgico, ¿Verdad, Katsuki?

–Solo fueron unos meses, mamá, no exageres tanto.

–Pero dicen que si le quitas los ojos de encima a una mujer, crecerá mucho después de solo tres días.

–¿Qué mujer? La única que conozco en Sakuradani es la madre de Izuku.

–Bueno, él también pudo haber cambiado, ¿No crees?

–¡Para nada! No importa cuánto tiempo deje de verlo, siempre es el mismo.

Katsuki y su madre discutían en el automóvil de regreso a la ciudad.

-¿De verdad crees que Izuku nunca va a cambiar? Algún día lo hará, estoy segura, los hombres son así.

–¿No acabas de decirme que una mujer cambia mucho después de solo unos días?

–Eso es diferente, cambian para bien, al contrario de los hombres que se vuelven más inmaduros.

–¿Aún sigues molesta con papá?

–No...

–Hablando de inmadurez. -Murmuró más para si mismo que para su madre que seguro si lo escuchaba sería el fin de Katsuki.

–¡Llegamos!

–Desempacaré después, iré a visitar a Izuku primero.

–Bien, ten cuidado, regresa para comer, ¿Escuchaste?

–Sí. -Rodó sus ojos. –Me voy.

–¡Saluda a Inko y a Izuku de mi parte!

–¡Lo haré!

××

No marcó a el número de su amigo, tampoco le avisó que iría, así que claro, para el ojiverde sería una sorpresa encontrarse de pronto con Katsuki. Sí, así se supone que sería el caso, no al revés.

–Ah... Eh... Kacchan... No me avisaste que habías llegado...

–Acabo de hacerlo.

Izuku rio nervioso.

–Ella... Ella es mi... Novia. -Señaló a la chica que estaba en medio de ambos.

Katsuki quien apenas iba a tocar la puerta de el hogar de los Midoriya, se sorprendió al ver a una pelirosa a punto de salir de esta.

–... Ah, sí, claro. -Se despabiló él mismo al ver lo nervioso que estaba el otro chico. –Eh... Mucho gusto, soy Bakugou, el mejor amigo de Izuku.

–Hatsume Mei.

–Bueno... Ella ya se iba así que, pasa por mientras. -Le indicó a Katsuki quien asintió y dió un paso hacía adentro. –Ya regreso. -Avisó.

El cenizo fue directo a la habitación de su amigo, lo esperaría ahí. Pero, ¡¿Novia?! ¿Desde cuándo? ¿Por qué no le dijo nada? Tal vez su madre tenía razón, aunque Izuku no sea mujer, cambió. No por “ocultarle" su relación, su rostro de alguna forma se veía diferente.

–Me hubieras dicho que vendrías.

–Regresaste rápido.

–Solo me estaba despidiendo de ella.

–¿Y...?

–¿Qué?

–¿No vas a contarme?

Izuku suspiró antes de sentarse en el suelo, jugó con sus dedos sintiendo la mirada de Katsuki quien estaba sobre la cama.

Primer Amor - [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora