Alianzas
Aborand estaba de pie frente al escritorio del General, quien lo veía entre curioso y receloso por la presencia de ese extraño y diferente hombre entre ellos. Los soldados que escoltaron a Aborand se quedaron de pie detrás de este hasta que el General les indicó que se retiraran. Durante unos minutos ambos hombres se miraron y el General pudo notar que el prisionero parecía muy tranquilo.
- Lo veo bastante receptivo. – Dijo el General.
- Estamos en su planeta, estamos bajo sus reglas. – Se limitó a decir Aborand.
- ¿Qué hacen ustedes aquí?
- ¿Es importante saberlo?
- Ustedes no están invadiendo. – Dijo el General con molestia levantándose.
- Lo siento, pero en eso se equivoca, no somos nosotros, es Eluard. – El General lo miró durante unos minutos y luego volvió a sentarse.
- Según nuestras investigaciones... - Aborand le interrumpió.
- Que, deduzco con resultados muy bajos debido a la obsoleta tecnología que poseen. – Dijo Aborand sin inmutarse. El General lo miró con ira pero no pudo refutar su comentario dado que era cierto. Respiró profundo y volvió a hablar.
- Según nuestras investigaciones, no existe ese planeta que ustedes llaman Doomm.
- Por supuesto que no señor. Nunca va a encontrar mi planeta en esta dimensión. Nosotros venimos de otra.
- No jugué conmigo. – Dijo el General levantándose de nuevo.
- No lo hago señor. Estoy diciendo la verdad. Nosotros venimos de otra dimensión igual que Eluard. – Todo lo que Aborand le estaba diciendo encajaba perfectamente con la información que Zaira le proporcionó.
- ¿Cómo puedo saber que lo que me está diciendo es cierto?
- Una prueba de ello es que no encuentra mi planeta. – El General lo miró estupefacto.
- Eso no es una prueba señor. Puedo creer que me está engañando. Además, la tecnología que ustedes manejan es la misma que la de Eluard. ¿Quién me dice que ustedes no están aliados?
- Eluard nos robó. – Dijo Aborand y el General se percató de una ligera molestia en su voz, pero su gesto no cambió. – Atacó mi planeta, mató al emperador y a mi familia. – Hubo una pausa. – Mi objetivo es encontrarlo, y matarlo para que no suceda lo mismo a otras personas.
- Pero llegó tarde señor. – Los dos se volvieron y Zaira estaba de pie en la entrada. Cerró la puerta tras de sí y se situó junto a Aborand. – Porque mató a mi familia, como imagino que ya se dio cuenta.
- Entiendo su dolor. – Dijo Aborand reverenciándola. – No quisimos llegar tarde. – Zaira lo miró durante unos minutos y luego asintió.
- No podían hacer nada de todos modos. – Zaira miró al suelo. – El objetivo de Eluard era ese. – Suspiró y luego miró al General. - ¿Me mandó a llamar?
- Si. ¿Cómo se siente? – Zaira iba a responder cuando Aborand, con la mirada perdida se adelantó.
- Imagino que como si nada importara. – Los dos lo miraron. – como si el mundo solo fuera un dibujo mal pintado. Como si ya nada valiera la pena y el único objetivo, el único fin posible para que todo se acabe es la venganza. – Aborand la miró. – Eso debe sentir usted en este momento. – Ella no respondió.
- ¿Cómo puede saberlo?
- Porque yo también perdí a mi familia y mi hermano perdió a la suya por Eluard. – El General los miró durante unos minutos y luego les indicó que se sentaran.
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Guerreros de las Dimensiones: Evolución
Science FictionTras años de perseguir a Eluard, Aborand y Baliand Aldar llegan a otra dimensión. Las similitudes entre Doomm y el planeta Dandors son impresionantes pero lo que les causa más temor aún es la presencia de los devoradores de almas en demasía. Con la...