Enemigos mortales.
La puerta del despacho del emperador se abrió y Zaira los recibió. Primero entró el General seguido por Aborand y Baliand. El Emperador estaba sentado en su escritorio revisando algunos papeles cuando levantó la mirada para ver a Aborand. El mago y su hijo se sorprendieron al verlo.
- Buenas noches. – Dijo el Emperador poniéndose de pie. – Mi nombre es Dorn, - Dijo rodeando el escritorio y dirigiéndose a los invitados, les tendió la mano. Ni Aborand ni Baliand se movieron por la sorpresa. – ¿sucede algo?
Ninguno de los dos respondió. Era impresionante ver el parecido que tenía el Emperador de Dandors con su hermano Sebastián. El mismo color de cabello, los mismos ojos, incluso la misma altura, pero su voz era diferente y sus gestos lo delataban. Era en esos momentos en los que se percataban que no era Sebastián.
- Similitudes. – Susurró Aborand.
- ¿Disculpe?
- Lo siento. – Dijo Aborand estrechando la mano del Emperador. – Mi hijo Baliand. – Baliand lo reverenció.
- Pero no se queden en la entrada, siéntense. – Baliand miró a Zaira y se percató de que parecía no estar muy convencida de la presencia de los dos viajeros ante su Emperador. – Bien. Zaira me habló de todo lo que conversaron con el General. – Baliand miró a su padre que no le prestó atención. – Pero al parecer hay más.
- Si. Como el comenté a su General y a su guardián, venimos de un planeta que ya sufrió los ataques de Eluard. Incluso las personas con las que viajamos han sufrido por su causa. Hemos seguido a Eluard hasta aquí. Pero he de aclarar que las coordenadas de este lugar me fueron dadas desde mucho antes. – Baliand miraba a su padre sin comprender. – Sólo que preferí seguirlo.
- ¿Por qué no llegó antes que Eluard? Hubiéramos podido ahorrarnos muchos problemas. – Preguntó el Emperador.
- Porque no nos hubieran creído. – Soltó Baliand.
- ¿Qué les hace pensar eso? – En respuesta, Baliand le mostró las marcas de las ataduras que tenía en las muñecas.
- Fuimos apresados señor. – Miró a Zaira. – A pesar de haber ayudado a detener a Eluard.
- Ante usted señor, nos disculpamos. – dijo el General mirando al emperador. Luego miró a Baliand. – Pero deben comprender que no sabemos nada de ustedes ni de donde vienen. Es lógico que desconfiemos. – Baliand no respondió.
- Mi hijo tiene razón, no nos hubieran creído. Pero el caso es que ya estamos aquí y puedo hablar por mi Emperador al ofrecer una alianza con su planeta en contra de Eluard.
- No tenemos los recursos para enfrentarlo. La tecnología que usa Eluard es...
- La nuestra. – Dijo Aborand. – Eluard está usando nuestra tecnología. Durante el tiempo que estuvo en Doomm, nuestro planeta, Eluard robó la información y todo lo que pudo de nuestros avances tecnológicos.
- A pesar de que ya manejaba la tele transportación dimensional. – Dijo Baliand y Aborand asintió.
- ¿Qué proponen?
- Una alianza entre ambos planetas. En unos minutos tendremos contacto con él desde nuestra nave. Si le parece bien podemos hablar en su centro de mando con Doomm. Le enviaré las coordenadas a mi nave para que envíen la transmisión.
- Me parece estupendo. – Dijo el Emperador levantándose.
- Pero antes que nada. – Dijo Aborand con intensión de mantenerse sentado. – Me gustaría confirmar algo que escuché tras mi llegada. – El emperador volvió a sentarse.
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Guerreros de las Dimensiones: Evolución
Science FictionTras años de perseguir a Eluard, Aborand y Baliand Aldar llegan a otra dimensión. Las similitudes entre Doomm y el planeta Dandors son impresionantes pero lo que les causa más temor aún es la presencia de los devoradores de almas en demasía. Con la...