Capítulo 3

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Los secretos de Aborand. El otro poder del Gran Baliand

- ¿Qué tenemos? –Aborand se dirigió a sus soldados. Justo en el momento en el que ocupó su silla Joshua apareció en la pantalla principal. El hombre de aspecto japonés era mucho mayor, su cabello, que ya era poco, estaba entrecano y parecía cansado pero cuando habló, la firmeza y la resolución de su voz demostró todo lo contrario.

- Naves cazadoras nos atacan señor. Aparecieron de pronto.

- Debe haber una nave madre en alguna parte. No debe estar lejos.

- Pues tampoco está cerca. No la hemos podido encontrar.

- Sigan buscándola. Capitán. – Aborand miró hacia su derecha.

- Señor. – un hombre corpulento de cabello rubio lo miró.

- Envíe naves cazadoras. Debemos rechazar el ataque.

- Si señor. – el capitán salió de la sala de mando.

- Activen los campos protectores. Y los proyectiles. – Aborand se levantó. - ¿dónde se metió Baliand? – La computadora ahogó la respuesta que Aborand estaba esperando.

- Naves cazadoras han despegado. Intercepción en tres, dos uno. Contacto. – Aborand presionó un botón en la mesa de mando y la imagen de la pantalla cambió. Ahora mostraba la batalla entre sus naves y las naves enemigas.

- Eluard nos tomó desprevenidos señor. – Dijo el capitán a su lado.

- No del todo capitán. – todos se sobresaltaron al escuchar la voz de Baliand, gruesa, pero clara en la nave. Parecía susurrar, como si no quisiera que lo encontraran.

- ¿Baliand? ¿Dónde estás? – la pantalla principal se dividió y Joshua reapareció.

- Señor. – Joshua miraba a Aborand sorprendido. - Baliand está en la nave madre.

- La encontró. ¿Cómo?

En ese momento Baliand estaba en el hangar de la nave nodriza. Estaba oculto entre varios tanques enormes y justo al frente se encontraban dos de sus hombres. El muchacho de veinte y ocho años, tenía el cabello más claro y los ojos marrones. Era delgado pero lo que lo caracterizaba era su pícara sonrisa. Baliand le indicó con señas al soldado y este asintió. Luego los dos se dividieron y tomaron caminos contrarios.

- La sorpresa se la llevarán ellos. – susurró el muchacho. – Ni siquiera se imaginan la que les espera.

- ¿En qué momento subiste a esa nave Baliand? – Preguntó Aborand entre molesto, sorprendido y divertido.

- La detecté hace días. Nos estaba siguiendo. – Aborand miró al capitán que se encogió de hombros.

- ¿Por qué no lo informaste? – Preguntó Aborand.

- Papá. Este no es el momento de discusiones. Ya me amonestarás por eso. Ahora necesito un favor. Necesito que me indiques la ubicación exacta de Danna.

- ¿Danna? – Preguntó su padre surprendido.

- Si papá. Era ella quien nos seguía. Danna está en esta nave. Pero necesito saber su exacta ubicación.

- Pero Baliand.

- Transmisor 7425, clave de acceso Sebastián. – A pesar de que Baliand no fue quien colocó el transmisor en el oráculo. Conocía su existencia, todo gracias a Bryan.

- Baliand que...

- Papá no es el momento. Por favor. Ayúdame. Dime que tan cerca de nosotros se encuentra. – Aborand suspiró resignado.

Guerreros de las Dimensiones: EvoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora