Las mañanas siempre eran difíciles para Steven después de seguir una rutina para asegurarse de que su "problema de sueño" no le hubiera afectado, tenía que ir a su trabajo donde tenía que soportar todos los maltratos por parte de su gerente, tomaba el mismo autobús para llegar a su destino, el museo de mitología egipcia
–Mira que curioso... Aquí tenemos una pequeña que no sabe diferenciar entre la pirámide de Guiza y un contenedor de basura– Steven se acercó a la niña que había pegado un chicle en la representación a escala de la pirámide
–Lo siento Steven, estaba ocupada con los demás niños que no me di cuenta de esto– Murmuro la voz de una joven mientras se acercaba a la escena, al alzar la vista se encontró con la guía del museo
–Hola señorita LeGrow, no sé preocupe solamente estaba hablando con ella– Steven habló un poco nervioso pero con una sonrisa en su rostro
–Stevie sabes que puedes llamarme por mi nombre, Olimpia así de simple– La rubia se veía muy cómoda hablando con él, después de todo tuvieron conexión desde el momento en el que ella llegó al museo
–Ustedes dos, ¿qué creen que están haciendo? Esto no es un lugar para tener una cita– La voz de Donna los hizo romper la conversación y mirarla con cierta sorpresa –Olivia tu deberías seguir el recorrido y tu Steven tienes inventario que hacer...
–Mi nombre es Olimpia, no Olivia– La rubia estaba molesta porque Steven siempre aguantaba los malos tratos por parte de ella
–¿Crees que me importa tu nombre? Me importa más que sigas el recorrido– Dicho esto se dio la vuelta y siguió su camino, Steven y Olimpia se miraron ciertamente incómodos
–Nos vemos después Oli... Quise decir Olimpia– Steven comenzó a caminar de manera apresurada a su lugar de trabajo
–Esta bien que me digas Oli– La rubia siguió su recorrido con tranquilidad sabiendo que eran muy pocos los que estaban realmente interesados en lo que explicaba, al finalizar el recorrido siempre los guiaba al lugar donde vendían recuerdos –Y por último, no olviden comprar algo con Stevie– La rubia le sonrió al pelinegro mientras los niños curioseaban las cosas de la tienda –Te los dejo en tus manos, tengo que hacer otro recorrido...
El recorrido siguiente fue lo mismo, solo que esta vez no eran niños, aunque ella no veía la diferencia púes siempre había algunos que no prestaban atención, siempre al terminar el recorrido los llevaba con Steven para que pudieran comprar algún regalo relacionado con la mitología egipcia, en el último recorrido vio a Steven hablando con una chica del museo, al parecer tenían una cita
–Romeo, Romeo, ¿Dónde estás que no te veo?– La rubia estaba a punto de terminar su turno de trabajo así que tenía tiempo para hablar un poco con él –Eres todo un galán, ahora conquistas chicas– Ella comenzó a acomodar algunas cosas del mostrador que al parecer los visitantes anteriores habían desordenado
–Ella me invitó a mí, demasiado extraño a decir verdad– Steven sé veía ciertamente feliz, algo que sinceramente era contagioso para la chica sin importar el contexto de la situación
–Bueno ya he terminado con mi turno, pero... Te puedo ayudar con el inventario, obviamente sin que Danna se entere o estaremos en problemas ambos– Steven no parecía del todo convencido así que ella tomó una decisión –Espera un momento, regresaré enseguida...
No tomó sus cosas, solamente su bolsa y salió corriendo del museo para buscar algo que pudiesen cenar ambos, minutos más tarde regresó, el museo estaba a punto de cerrar y para su suerte Danna ya se había ido, al entrar se ganó la mirada confundida de Steven
–Creí que ya te habías ido– Susurro con una mirada de curiosidad, le extendiste un pequeño empaque y este lo tomo
–No sabía que comprar pero espero que te guste, mientras tanto vamos a apagar las luces y hacer el inventario– Al hacer la rutina de cerrar el museo pasaron a la trastienda y comenzaron a hacer el inventario
Cuando llevaban la mitad decidieron tomar un descanso y cenar lo que ella había comprado, un par de sandwiches llamados Subway, ella sonrió apenada por no haber comprado algo mejor y al cenar ellos sacaban temas triviales para no guardar silencio
–Si pudieras ser una diosa, ¿Cuál serías? ¿Y por qué?– Steven preguntó comiendo su sandwich, la volteó a ver esperando una respuesta que le agradará
–Sería Neftis, normalmente la mayoría de chicas escogerían a Hathor o a Isis, pero cuando les hablas sobre la diosa de la protección es difícil que puedan mantener una conversación sobre ella– La de cabellos dorados habló tan decidida, Steven sonrió ante la respuesta, realmente le había agradado la reacción de la chica
–Vaya, realmente en otra ocasión me gustaría hablar sobre faraones y dioses egipcios– Al terminar el inventario Steven se ofreció a acompañarla hasta su hogar, habían terminado más temprano debido a su ayuda y esa era su manera de agradecer
Ambos subieron al autobús que los llevaría a él hogar de ambos, se sentaron juntos y continuaron sus temas sobre el antiguo Egipto, podrían gastar millones de horas, días enteros y ellos no se aburrían del mismo tema, después de todo trabajaban para ello
–Nos vemos mañana Steven, que tengas linda noche– Él se despidió con la mano deseando que las palabras de la chica se hicieran verdad "Linda noche" dijo ella, lamentablemente para él era todo lo contrario
Al llegar a casa tenía que poner cinta en la puerta y cerrar la misma, esparcir arena en la orilla de su cama para asegurarse de que no se levantará y por último la correa en su pierna derecha, siempre tenía esos problemas y misma rutina que tarde o temprano no sería efectiva e inclusive acabaría con su cordura
Por su parte la chica tenía severos problemas de insomnio o algunos malos amigos que hacían desear no tener que verlos de vez en cuando, odiaba que la hicieran sentir apartada e insuficiente, esos pensamientos siempre la atacaban cuando estaba a punto de dormir...
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐧 𝐀𝐟𝐭𝐞𝐫 𝐌𝐢𝐝𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭
Фанфіки𝚂𝚝𝚎𝚟𝚎𝚗 𝙶𝚛𝚊𝚗𝚝 𝚞𝚗 𝚝𝚛𝚊𝚋𝚊𝚓𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚖𝚞𝚜𝚎𝚘 𝚎𝚗 𝙻𝚘𝚗𝚍𝚛𝚎𝚜 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚛á 𝚊 𝚟𝚒𝚟𝚒𝚛 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚢𝚘𝚛 𝚊𝚟𝚎𝚗𝚝𝚞𝚛𝚊 𝚢 𝚌𝚒𝚎𝚛𝚝𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚎𝚜𝚊𝚍𝚒𝚕𝚕𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚓𝚊𝚖á𝚜 𝚙𝚎𝚗𝚜ó, 𝚒𝚗𝚌𝚕𝚞𝚢𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚎�...