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Es día hermoso con el clima perfecto para hacer cualquier cosa, el jardín privado de la familia Jiang se encontraba meticulosamente adornado con orquídeas blancas acentuando la bienvenida a la otra familia, los Lan, pequeñas decoraciones de flor de loto eran dejados a lo largo del pasillo donde entraría el hermoso novio, se suponía.

— Mierda, mierda, mierda, es una gran mierda todo esto — es lo que pensaba un apresurado Meng Yao, jamás imagino que en su primera semana de trabajo, corrección, su semana de capacitación para su nuevo trabajo tendría que lidiar con esta bochornosa situación. Estaba vestido con un traje elegante en tono beige y un broche en forma de loto haciendo alusión a la familia que trabaja, todo estaba listo para este evento importante, la boda de su nuevo jefe, caminaba rápidamente hasta que se desesperó y empezó a correr, odiaba no tener piernas más largas. No sabía que era lo que encontraría ciertamente probablemente el neurótico Jiang Cheng estaría destruyendo todo y gritando que les rompería los huesos a cualquiera que se le atravesara, maldecía el haberse ofrecido para recibir a los invitados no tan importantes para la ceremonia.

Al atender la llamada de Lan XiChen se vio obligado irse a un lugar más alejado y sin bullicio pero su sangre se congeló cuando le dio la noticia que estaba en el aeropuerto con su novio de adolescencia, patético cliché ¿no?.

— ¡Yo me opongo! — entró gritando — ¡Ese hombre es mío! Te amo jef... ¡Jiang Cheng! — lo único que quería era salvar a su jefe de la humillación y el escarnio público aunque no sabía ciertamente si su decisión era buena o muy mala.

No había caos. No había personas golpeadas ni bancas patas arriba como en su mente lo visualizaba lo único que encontró fue a un montón de gente mirándolo con aberración, un simple secretario junior se atrevía a irrumpir la boda de su jefe.

Jiang Cheng estaba con su ceño bastante fruncido. ¡Mierda! Le hizo una señal a su teléfono y su jefe lo captó de inmediato, le pidió a Zidian, su asistente personal, el teléfono y lo primero que vio fueron las veinte llamadas perdidas de Lan XiChen quien se suponía era la persona que entraría al muelle privado para la boda.

 ¡Mierda! Le hizo una señal a su teléfono y su jefe lo captó de inmediato, le pidió a Zidian, su asistente personal, el teléfono y lo primero que vio fueron las veinte llamadas perdidas de Lan XiChen quien se suponía era la persona que entraría al...

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Cuando leyó los mensajes entendió la estupidez de Meng Yao, su ceño se suavizó tomando un respiro para hablar con Zidian pero uno de los ancianos del consejo Jiang ordenó que sacaran al secretario escandaloso del muelle.

— ¡Llamen a la policía! Este sin vergüenza debe entender su lugar en esta reunión — ordenó con odio algo que asustó al pequeño Meng Yao.

Rápidamente unos fuertes brazos lo sujetaban levantándolo del suelo varios centímetros ¡que vergüenza! esperaba que mínimo su jefe le compensara con esta escena aunque conociendo a su jefe era capaz de dejarlo en la cárcel para que aprendiera una lección; empezó a forcejear y patalear para que lo bajaran mientras les gritaba que se arrepentirían si lo sacaban del lugar de esa manera, una escena bastante graciosa de no ser porque todos murmuraban la osadía del joven enamorado.

Estrategia inesperada || ChengYaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora