Capítulo 6. Rechazo

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El tiempo avanza, WhiteCrystal creció siendo un hermoso ángel omega de 15 años, su figura fácilmente se podía confundir con el de una mujer, mantenía sus ropas blancas y sus alas bien cuidadas, el ángel va hacia donde encontró a su amigo aquel día, para su suerte estaba ahí; un atractivo ángel de 18 años que se había convertido en todo un alpha que llamaba la atención de varias ángeles y que querían con él.

Sin embargo, el corazón de ambos amigos estaba por cambiar, WhiteCrystal comenzaba a sentirse atraído por su amigo, sin embargo decidió callarse, pues era el hijo del rey supremo.

WhiteCrystal: Roy —le sonríe y saluda de una forma cortés.

Roy: oh, querida amiga, te estaba esperando —sonríe de una forma encantadora y deja su violín a un lado— ¿Te has enterado? Mi padre me va a otorgar una gran sorpresa por mi cumpleaños.

WhiteCrystal: es verdad, te has convertido en todo un ángel, incluso las demás te quieren —sonríe aún sabiendo lo que sentía por el príncipe, pero no quería provocarle problemas.

Roy: je, pero solo me interesa una, quiero que nos veamos aquí más tarde, quiero decirte algo muy importante —se levanta suavemente.

WhiteCrystal: o-oh… claro que sí

Con esa respuesta el ángel alpha extiende sus gloriosas e imponentes alas y comienza el vuelo, el pequeño omega estaba nervioso pero sonríe sonrojado por querer saber lo que era.

A esa hora acordada WhiteCrystal llega al mismo lugar, era una hora donde los ángeles poco a poco detienen sus actividades para concentrarse en adorar a su gran rey, así que no sospecharían de que estaban haciendo ambos ángeles, Roy llega al lugar con una ropa pulcra y elegante, al ver al angelito le sonríe de una hermosa forma.

Roy: hola, me alegra que pudieras venir, quería decirte algo.

WhiteCrystal: ¿Si? —lo mira de forma atenta.

Roy: ha pasado el tiempo y de forma que nos hemos ido conociendo, realmente eh tenido estos fuertes sentimientos, que quiero expresarlos con una melodía.

El angelito se ruboriza y el príncipe comienza a tocar una hermosa melodía con su violín y cantar con una hermosa voz digna de un ángel, la canción mencionaba lo mucho que le había gustado su compañía, la paz que siente a su lado y que ah quedado enamorado de su belleza.

Cuando termina la canción, el ángel toma con delicadeza la barbilla de su “chica” y le planta un romántico beso en los labios, su primer beso que se sentía tan especial al ir a un ritmo lento, el pequeño corresponde sintiendo su corazón tan feliz.

La danza en sus labios continúa un poco más profundo, donde el príncipe se le acerca más y atrapa su cintura para quedar juntos; al separarse suavemente le susurra de una forma tan delicada.

Roy: sé que es demasiado pronto consolidar nuestra relación de una forma más íntima… pero realmente quiero tenerte —acaricia su mejilla.

WhiteCrystal: si quiero…si —derrama unas lágrimas de felicidad.

Al recibir aquella respuesta, Roy comienza a besar su mejilla y su cuello de una forma tan cuidadosa, como si fuera algo tan preciado para él, el angelito no podía evitar liberar suaves gemidos, se sentía tan bien y tan deseado.

Todo iba bien, las caricias por encima de su ropa y rozaban sus labios de vez en cuando, pero Roy quiso meter su mano debajo de su ropa y al acariciar su entrepierna, se da cuenta de que realmente el pequeño ángel era un chico…esto hace que el ángel se aparte inmediatamente con una expresión de susto y preocupación.

WhiteCrystal: ¿Q-Qué ocurre?...

Roy: tú…todo este tiempo… ¿Eras un chico?...

WhiteCrystal: a-ahh…si… disculpa, es que creí que… realmente esto no tenía importancia…

Roy: ¡Lo tiene WhiteCrystal! —ese repentino grito hace que el pequeño ángel se sobresalte— esto ah sido una confusión…yo no puedo estar con un chico… ¡Eres un hombre! ¡¿Entiendes?!

WhiteCrystal: y-yo, si lo entiendo… —derrama unas lágrimas y mira su cuerpo.

Roy: ¿Te digo algo?...los hombres afeminados no son bien vistos por mi familia ni por el Empíreo… ¡Esto está mal! Un hombre y un hombre no pueden estar juntos, es una aberración.

Solo alcanza a decir un “lo siento” antes de irse volando y dejar al pequeño ángel con todas esas palabras que lastimaron su corazón.

Horas después de ese incidente, todos los ángeles incluyendo el rey Arkhelos supieron lo que sucedió, castigaron al príncipe Roy a ser el comandante de los ángeles, no iba a poseer las recompensas que se le tenía preparado, algunos ángeles se reían del futuro verdugo por su apariencia afeminado y comenzaron a insultarlo por ser tan insolente al querer tener una relación con el antiguo príncipe… la mirada de Roy parecía dolida, pero al mismo tiempo lo miraba como si el pequeño fuera el culpable de que ya no iba a tener ese gran lugar entre su familia.

Kurayami No Akuma 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora