Capítulo 5

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Hace frío. No me gusta el invierno. No me gusta congelarme. No me gusta tener que sentir como mis huesos se entumecen.

Sentí tanto frío toda mi vida... Mi corazón estaba tan helado, tan dolorosamente frío, que debía vivir con esa angustia de que jamás nada podría darme ese calor.

De que jamás nada podría llenar aquel vacío quebrantado de mi ser.

En este punto, es claro decir y admitir que Izuku Midoriya era una primavera deslumbrante.

Una luz refulgente, un calor abrasador.

Un corazón tan cálido como el suyo era una verdadera añoranza para mi.

Más que eso, no importa que tantas personas pudieran ser igual a una primavera o un verano, nadie se comparaba ni compararía jamás con su primavera.

Tan brillantemente encendía esa luz, que plasmado, yo debía adorarlo.

Izuku.

Izuku.

¿Es justo decir que estoy enfriandome lentamente?

Todas las noches es un llanto que no puedo contener. Me duele.

Me duele demasiado.

Hace tanto frío en este lugar.

Hay tanto aire congelado.

Lastimado, confundido y ansioso.

Así es este invierno.

Mi primavera, mi amor, mi sol...

Mi corazón está helando, porque no está la calidez del tuyo.

Ni estará nunca más.

Junto a ti (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora